Cuando, en 1964, el manager de los Rolling Stones quedó prendado de ella en una fiesta, Marianne Faithfull era una adolescente de aspecto inmaculado de Londres descendiente de familia aristócrata. Ese mismo año la joven interpretó ‘As tears go by’, escrita por Keith Richards y Mick Jagger, con quien poco después empezó a salir. Y aquí empezó su declive. Eran los transgresores años 60, cuando el alcohol y el consumo de drogas estaban a la orden del día en los círculos londinenses. En una ocasión, la policía sorprendió a los invitados a una fiesta en casa de Keith Richards en posesión de LSD. Les acompañaba una mujer, a la que encontraron desnuda envuelta en una alfombra de piel de conejo. Era Marianne.
La relación, que dio lugar a un aborto, numerosas infidelidades e incluso un intento de suicidio por parte de la actriz y cantante, duró cuatro años. Y nos dejó un puñado de míticas canciones de los Rolling, como ‘Sympathy for the Devil’, inspirada en ‘El maestro y Margarita’, un libro de Mijaíl Bulgákov que Marianne regaló a Jagger, o ‘Wild Horses’, en la que el cantante explica el fin de la relación.
El de Marianne Faithfull y Mick Jagger es uno de los romances que nos acerca ‘I will always love you’. El libro, de la ilustradora Marisa Morea (1982), toma como punto de partida las grandes historias de amor del mundo de la música para hablarnos de álbumes y canciones que han marcado el imaginario musical de varias generaciones. Historias como la de Jane Birkin y Serge Gaisbourg, que crearon ‘Je t’arme… moi non plus’, uno de los temas más sensuales de todos los tiempos; la relación de John Lennon y Yoko Ono, que dio lugar al himno ‘Imagine’; el ‘Verano del amor” en el que se conocieron Nico y Jim Morrison; el flechazo de Cher y Sonny Bono cuando ella tenía solo 16 años, cuyo single ‘I Got You Babe’ los lanzó al estrellato; Tina Turner, cuya relación con Ike Turner estuvo marcada por el maltrato; o incluso triángulos amorosos como los de Leonard Cohen, Joni Mitchell y Graham Nash. Todas ellas con el colorido toque personal de la ilustradora, que ha trabajado esta obra a partir de dibujos a mano que posteriormente escanea y define digitalmente.
“La idea del libro surgió de pasión por la música y mi amor por la ilustración”, nos cuenta Marisa Morea, que se define como una persona curiosa y gran consumidora de música, documentales y biografías de cantantes, entre otros. La editorial le dio libertad para ilustrar una temática que le gustara y no dudó en volcar todo su conocimiento en los 21 capítulos que componen ‘I will always love you’, que empieza con toda una declaración de intenciones de la autora: “la palabra ‘siempre’ me aterra, sobre todo a continuación de un ‘te quiero’”.
De ahí que todas las historias jueguen con la idea de que el amor eterno no existe. “A lo mejor es que soy un poco morbosa, pero cuando me gustaba una canción y me interesaba por ese artista, siempre coincidía que había estado enamorado de otro artista y ya no estaban juntos”, reconoce. Al final, sin embargo, añadió una especie de epílogo con parejas que, a pesar del tiempo, todavía permanecen juntas, como Gloria y Emilio Estefan, Alaska y Mario, Elvis Costello y Diana Krall o Beyoncé y Jay-Z. “No quería ser tan pesimista”.
En su día a día, Marisa, que un día dejó su trabajo como directora de arte en una agencia de publicidad para hacer de una afición, la ilustración, un oficio, ilustra cuentos infantiles, principalmente, un campo en el que ha logrado reconocimiento internacional. En la actualidad, por ejemplo, está entregada de pleno a una serie de libros para niños sobre la historia de la humanidad en colaboración con el British Museum. Pero también intercala proyectos de publicidad y dirigidos a un público adulto.
“Creo que tengo un estilo personal pero a la vez muy comercial, que encaja bien con nos niños porque es un poco naif, pero también con la publicidad porque es una disciplina con mucho colorido. Yo, mientras pueda hacer de todo, me quedo con todo”, dice convencida. Pocas veces tiene la oportunidad de escribir ella misma las historias, como ha hecho en ‘I will always love you’, por eso no descarta, en un futuro, volver a repetir la experiencia.