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Moda, elegancia y estilo se condensan desde hace más de un siglo en las páginas de una de las revistas más conocidas: Vogue. Todo el mundo la conoce, incluso si nunca la ha hojeado.
Al igual que The New Yorker, Vogue también encarna una visión enteramente neoyorquina que es, sin embargo, capaz de conquistar el mundo.
La revista se fundó en Nueva York en 1892 como una «revista de sociedad» y estaba dirigida a la alta sociedad, pero no fue hasta 1910, con la compra del que luego sería el grupo Condé Nast, que Vogue se convirtió en la revista con más autoridad del mundo en materia de moda, alcanzando tiradas de un millón de ejemplares a finales de los años setenta.
Hoy es una de las revistas más difundidas en el mundo, alcanzando la increíble cifra de más de 11 millones de ejemplares impresos en 27 ediciones internacionales. Contando también a la gente a la que llega la marca a través de la web, se puede entender por qué Vogue es tan importante e influyente. Solo la edición china, que es una de las más vendidas, es comprada por 1,6 millones de personas.
Vogue no solo representa un símbolo de riqueza y estilo, sino que resulta interesante por algunas innovaciones introducidas en la primera mitad del siglo pasado en el campo del diseño editorial, como el uso de fotografías artísticas, que rápidamente sustituyeron a las ilustraciones, y la creación de portadas icónicas que mantienen una disposición casi inalterada desde hace al menos un siglo.
Durante los últimos treinta años, el éxito de la revista también ha estado impulsado de alguna manera por su directora, Anna Wintour, estratégica e influyente reina de la alta costura, cuya fama ha aumentado exponencialmente gracias a la película El diablo viste de Prada y su correspondiente novela, en la que la antagonista, magníficamente interpretada por Meryl Streep, está claramente inspirada en ella.
Las ediciones publicadas en varios países del mundo tienen independencia propia, con direcciones editoriales muy fuertes y con opciones diferentes a la edición estadounidense; por ejemplo, Vogue Italia tuvo a Franca Sozzani, una directora carismática e innovadora.
Los directores de Vogue saben que tienen una enorme responsabilidad hacia el mundo de la moda y que son verdaderos creadores de tendencias e influencers.
Analicemos ahora cómo se elabora esta elegante y estilosa revista.
Cada portada es un icono
Lo sé, cada vez que hablamos de una gran revista, tendemos a decir que las portadas son icónicas, pero, en el caso de Vogue, la portada es verdaderamente un icono, en el sentido literal del término, es decir, una imagen sagrada. Porque, al igual que en los iconos bizantinos y los retratos renacentistas, las fotografías de portada de Vogue muestran la figura femenina en una contorsión de poses extraordinarias, miradas fascinantes, manos, sombreros, peinados y colores que se combinan para crear imágenes de refinada elegancia escultural.
La foto de portada (en los primeros años de la revista, excepcionalmente, también se podían encontrar ilustraciones en la portada) es solo una muestra de lo que se puede encontrar en su interior: Vogue ha contado con algunos de los mejores fotógrafos del mundo de la moda, contribuyendo incluso a su fama, y a menudo incluye a mujeres muy famosas en las fotografías.
Otro detalle que podemos destacar es que la estrella de la portada siempre mira a la cámara y, por tanto, al lector.
La imagen de la portada está incorporada, o más bien encajada, debajo del encabezado de la revista, escrito con la fuente Didot, que, con sus líneas del siglo XVIII, evoca fragilidad y elegancia; el color varía cada número de acuerdo con las tonalidades de la fotografía.
Los títulos, en letra sans serif, diferentes según las distintas ediciones internacionales, están alrededor de la imagen principal, de modo que se sabe inmediatamente, a primera vista, cuáles son los temas más importantes y exclusivos del número. A veces, el efecto inmediato puede parecer un poco caótico, pero en realidad la composición aparentemente aleatoria permite al lector orientarse rápidamente antes de empezar a leer.
Un diseño gráfico sencillo porque la fotografía es la protagonista
Desde los primeros números, la revista se caracterizó por el uso de títulos centrales y muy grandes y una alternancia de páginas a dos, tres o cuatro columnas. Lo que prevalece son las páginas con una disposición asimétrica para mantener alta la energía del lector, quien, hojeando entre las numerosas fotografías de modelos, podría encontrar la experiencia monótona.
Los contenidos editoriales fotográficos no se distinguen tan bien de los numerosos anuncios a toda página, que en algunas ediciones, como las estadounidenses y francesas, pueden llegar, según los números, incluso a dos tercios de las páginas.
Las fotografías pueden ampliarse y ocupar una columna en la página adyacente, reiterando que Vogue es una revista basada en imágenes y que los textos están siempre al servicio de la fotografía.
La fotografía tiene la ventaja de identificar al lector y, como señalan algunos estudiosos de la semiótica, la fotografía vende, mientras que un dibujo (o una ilustración) no.
En los ejemplos que vemos en este artículo, se puede observar cómo hay más dinamismo en las columnas de una sola página que en los artículos y el contenido editorial. Incluso las páginas de índice y colofón, utilizadas a veces por las grandes revistas para experimentar con nuevas soluciones, en Vogue permanecen ordenadas hasta el punto de la rigidez.
La biblia de la alta costura
A lo largo de los años, el prestigio de Vogue ha crecido constantemente. Incluso desde un punto de vista puramente gráfico, es la revista la que de alguna manera ha dictado el estilo del mundo de la alta costura. De hecho, la propia palabra Vogue significa “moda”, “estilo”.
La combinación de tipografías clásicas del siglo XVIII y fotografías de moda se ha convertido en lo único posible cuando queremos hablar de elegancia y estilo. Basta con ver cuántas revistas han copiado el estilo gráfico de Vogue, a veces mejorándolo o usándolo como pretexto para innovaciones gráficas y de diseño. De hecho, Vogue es gráficamente bastante conservadora y no presenta diseños creativos o disruptivos, como lo hacen otras revistas.
Pese a ello, su liderazgo se mantiene sólido y no se vislumbran revistas en el horizonte que puedan minarlo.
Vogue es sinónimo de estilo.
Punto.
Fuentes de las imágenes:
https://www.vogue.it/moda/article/total-black-anna-wintour-dice-no-al-nero-look
https://www.kerrytaylorauctions.com/story/always-in-vogue/
https://moshik.net/pages/100-years-of-vogue-logos
Parte de la información del artículo está extraída de los siguientes artículos y estudios:
https://typemedia.netlify.app/2021/09/26/the-importance-of-typography-vogue/
«L’illustrazione di moda tra arte, comunicazione e progetto» de Stefano Chiarenza
https://series.francoangeli.it/index.php/oa/catalog/download/693/542/4088?inline=1
«Localizing Graphic Design in a Global Media Environment: A Visual Social Semiotic Analysis of Vogue» de Melissa McMullen. International Journal of Communication 16 (2022).