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A mediados de los años noventa, alguien decidió reaccionar ante la imparable llegada de lo digital juntando matrices, caracteres, punzones y máquinas de imprimir abandonados a toda prisa por las imprentas de toda Italia. Decidió reunirlo todo en una fundación museo, dándole así al conjunto una nueva vida y un nuevo hogar: esta es la historia de la Tipoteca Italiana, un museo único dedicado por completo al mundo de la imprenta y del diseño tipográfico.
Estamos en Cornuda, una localidad italiana de la provincia de Treviso, en la región de Véneto, a pocos pasos del río Piave, el cual marca la frontera entre la llanura y la montaña. Esta historia nace en el seno de la familia Antiga, propietarios de una empresa de diseño gráfico que tenía su sede en los locales del antiguo Canapificio (planta de elaboración de cáñamo), actualmente ocupado por la Tipoteca. Son ellos quienes tuvieron la intuición de evitar la desaparición de un mundo —el de la impresión tipográfica— hecho de invenciones y mejoras técnicas, ideas gráficas, gloriosos emprendedores y magníficos diseñadores.
Pero el resultado es todo menos nostálgico: las máquinas que hay en el museo están todas en perfecto estado y se utilizan para imprimir libros de arte y otros productos (que se venden también en la tienda del museo), mientras diseñadores de todo el mundo llegan a la Tipoteca para reaprender el arte de la tipografía a través de talleres, seminarios y cursos de formación. «Parece que es precisamente por esa necesidad física de acercarse de nuevo de alguna forma a la sensación táctil del diseño gráfico —nos cuenta Sandro Berra, experto en historia de la tipografía y coordinador de la Tipoteca—, esa necesidad de enfrentarse a algo tangible, sensorial. Así, la imprenta y el diseño tipográfico asumen un sentido nuevo para los profesionales del diseño gráfico de hoy en día: es un mundo todavía lleno de ideas que reutilizar para nuevos proyectos, pero es también un entrenamiento para el ojo y para la mirada gráfica».
Unos 10 000 visitantes redescubren, cada año, el mundo de la tipografía en la Tipoteca: estudiantes, diseñadores gráficos, personas interesadas en la historia de la tecnología o simplemente curiosos.
Junto con Sandro Berra hemos decidido presentaros algunas de las miles de historias preservadas y contadas por la Tipoteca en sus diferentes formas de museo, archivo, biblioteca, imprenta, galería y auditorio. Así que aquí está la historia de un carácter (el Triennale), de una tecnología (la prensa plano-cilíndrica Optima) y de una empresa (la fundición tipográfica italiana Nebiolo).
Un carácter: Triennale, «estrechísimo y larguísimo»
Triennale es el nombre de la serie de caracteres modernistas que Guido Modiano (1899–1943) diseñó para la fundición tipográfica Reggiani en 1933, queriendo con él homenajear la «V Triennale di Milano», que inauguraba su nueva sede en el Palacio del Arte de Milán: un lugar que se convertirá en el templo de la arquitectura y del diseño italiano. Fundido en varios cuerpos tipográficos (12, 18, 24, 36, 48, 60) y posteriormente en la serie «grassetto» (negrita), el carácter Triennale se utilizaba sobre todo en publicidad, pero también en escritos murales en relieve.
Algunos cuerpos tipográficos del Triennale se conservan en el archivo de caracteres de la Tipoteca, que reúne caracteres de plomo y madera. Una pequeña muestra se encuentra en el sitio web del museo.
Una tecnología: Optima, la prensa de impresión plano-cilíndrica robusta y precisa
Optima es el nombre comercial de una prensa tipográfica plano-cilíndrica, una máquina de impresión fabricada en 1908 por la principal empresa tipográfica italiana del siglo pasado: Nebiolo. Optima es una máquina robusta, precisa y con alta calidad de impresión, que producía tiradas de unas 1500 copias por hora y permitía elegir entre una selección de modelos de papel diferentes, según las exigencias del formato de impresión. Así, se podían poner en la máquina cómodamente (pero solo de forma manual) hojas de 50 × 70, 70 × 100, 80 × 115 y 90 × 130 cm.
En la Tipoteca ha encontrado su hogar una Optima fabricada en Turín en 1914 y procedente de la histórica Imprenta Ghibaudo de Cuneo: colocada en la sala principal del museo, la máquina —como todas las conservadas en la Tipoteca— todavía se utiliza para imprimir libros de arte.
Una empresa: la gloriosa Nebiolo de Turín
Entre las historias contadas en la Tipoteca, seguramente una de las más importantes es la de la histórica fundición tipográfica Nebiolo de Turín.
En 1878, Giovanni Nebiolo compró una pequeña fundición tipográfica: es aquí donde comienza la aventura empresarial de la industria tipográfica más importante de Italia. Oficialmente, Nebiolo & Comp. de Turín nacerá 2 años después: en 1880. En 1888, con la llegada de nuevos socios, la sociedad se expande: ya no producirá solo caracteres, sino que también fabricarán prensas tipográficas. Las primeras máquinas que salen de Nebiolo son adecuadas para satisfacer la demanda de pequeñas imprentas repartidas por toda Italia. Después, a principios del siglo XX, Nebiolo impulsará el diseño de prensas más grandes también adecuadas para un sector en expansión como el de las imprentas de periódicos. Incluso el periódico Corriere della Sera comprará las prensas de Nebiolo.
Esta y otras historias del fascinante mundo de la tipografía italiana se narran a través de las máquinas, los documentos y los libros impresos y conservados en la Tipoteca, un museo que, sin lugar a duda, os aconsejamos visitar.