Muchas veces, los tipos no se valoran como se merecen. Después de todo, son uno de los elementos de diseño más importantes, y uno que no se puede decidir al azar ni siguiendo meras preferencias personales. A la hora de diseñar o emplear un tipo agradable de leer, hay que combinar el conocimiento sobre el sistema de escritura y seguridad en el diseño. La estrecha relación entre el diseño de tipos y los avances tecnológicos se pone de manifiesto en los tipos variables.
Frente a la tipografía tradicional, un trabajo artesano que exigía precisión, la tipografía generativa constituye toda una revolución que transformará en profundidad el proceso del diseño de tipos y símbolos. Ahora basta con variar uno o varios parámetros para crear diseños tipográficos adicionales a partir de un tipo inicial. Dentro de unos valores límite establecidos, se interpolan anchuras, grosores y posiciones de escritura o estilos diferentes que dan lugar a innumerables posibilidades, más allá de las variantes típicas como la seminegrita o la extrafina. De esta forma, las posibilidades de variación rebasan los 64 000 ejes referidos no solo a la anchura o el grosor de los tipos, sino también a características tales como la forma serif.
Otro de sus logros es que la interpolación también permite crear breves animaciones tipográficas, una posibilidad especialmente interesante para los tipos de pantalla experimentales. Gracias a este tipo generativo de diseño de tipos, también se abre la posibilidad de crear animaciones (tipográficas) idóneas, sobre todo, para la rotulación en movimiento. En teoría, también es posible concebir formas no alfabéticas para su integración en las animaciones. El tipo Wind, un tipo de pantalla experimental diseñado por Hansje van Halem y publicado por la fundición de tipos Typotheque, es solo uno de los muchos ejemplos de esta tipografía móvil.
Los fundamentos para el diseño de tipos variables son fruto de la colaboración entre las empresas tecnológicas líderes Apple, Adobe, Google y Microsoft. El proyecto se presentó en 2016 en el marco de la conferencia de tipografía «Convergence» de Polonia, como una ampliación de las especificaciones OpenType. El objetivo principal fue simplificar la gestión de los tipos digitales en cuanto a la fabricación, difusión y posterior aplicación.
La idea no es nueva. Ya a principios de la década de 1990, Adobe estuvo trabajando con Multiple Master Fonts en un proyecto similar que buscaba satisfacer el deseo de una variabilidad ilimitada en el diseño de tipos. Sin embargo, el proyecto no salió adelante por problemas de compatibilidad y su elevada complejidad. Gracias a que Adobe ha terminado entendiéndose con otras empresas, el nuevo modelo, ahora más fácil de manejar, tendrá cabida en aplicaciones de web y, más adelante, en aplicaciones de escritorio.
No obstante, la existencia de más variantes no supone necesariamente que se seleccionen más tipos ni que se trabaje mejor con ellos. Para los diseñadores gráficos, los tipos variables suponen ante todo que pueden elegir dentro de un conjunto mayor de una familia de tipos. Por ejemplo, el tipo Acumin del tipógrafo Robert Slimbach estuvo entre los primeros tipos propuestos para los usuarios a través de Illustrator CC y Photoshop CC en otoño de 2017, con 90 variantes. Permitía la modificación por los usuarios mediante la herramienta de ejes y distintos controles deslizantes, para producir así nuevas versiones del tipo. En contraste con las numerosas características modificables y su selección ilimitada que se abre gracias a los tipos variables, existen ciertas limitaciones que cada vez resultaban menos frecuentes en la tipografía digital: por ejemplo, en Acumin, al igual que en otros nuevos tipos variables, existen carencias en cuanto a caracteres especiales, ya que solo se ofrecen los caracteres imprescindibles. Entre las 90 variantes de Acumin están tan solo dos versiones en cursiva; a través de un eje, se permite únicamente regular la inclinación de las letras.
Otro problema para los usuarios durante el trabajo con los tipos móviles es que la mezcla de tipos y sus posibilidades ahora ilimitadas requieren más tino y conocimiento. La creación automática de versiones de los tipos es todo un ejercicio de equilibrio durante su aplicación. Otro pequeño obstáculo que aún supone una traba para el uso generalizado de los tipos en la web es la insuficiente compatibilidad con los navegadores, dado que los tipos variables solo funcionan con las versiones más actuales de navegadores como Chrome o Safari. Hasta ahora, los textos eran elementos estáticos de las páginas web o las aplicaciones. Ahora ya es posible cargar familias de tipos completas de un solo archivo de fuentes, con más variantes y (con ayuda de código) con colores adicionales. No solo se adaptan a los requisitos del diseñador, sino que también producen una experiencia de lectura más agradable y mejorada visualmente. Por ejemplo, en el tipo Merit Badge de David Jonathan Ross, la tipografía y el color se funden en uno. Este tipo multicolor nació durante su proyecto «Font of the Month» y cambia de color mediante un código adicional.
Para probar los tipos variables conviene tener a mano Variable Fonts —abreviado v-fonts—, una práctica herramienta en forma de página web desarrollada por Nick Sherman. El objetivo de esta página es poder probar los tipos variables de forma sencilla. Otra característica práctica es que proporciona la información fundamental sobre los tipos, los diseñadores y otros muchos aspectos.
Otra fuente de información es Very Able Fonts, de la fundición de tipos Underware de los Países Bajos. Obviamente, esta página funciona únicamente en los navegadores que admiten los tipos variables.
Los tipos variables revolucionan la tipografía y suponen nuevos retos, pero también dejan preguntas sin respuesta, sobre todo en cuanto al procesamiento de pagos o la gestión de las licencias: ¿Supone la interpolación simple y progresiva de los tipos una reducción de los precios de la tipografía de alta calidad? ¿Qué precio le ponemos a una familia de tipos que contiene numerosas versiones, en parte generadas automáticamente? ¿Conllevan los tipos variables una diferencia de calidad? Son preguntas que, sin duda, deberemos abordar en el futuro.