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Qué es la serigrafía
La serigrafía —silkscreen printing en inglés— es una técnica de impresión que implica el uso de una pantalla (una malla tensada en un marco) para transferir tinta a un sustrato. La pantalla, normalmente de seda o poliéster, está preparada para que algunas zonas dejen pasar la tinta y otras no. Al presionar la tinta a través de la pantalla con una espátula o un rodillo, la imagen deseada se transfiere al material que se encuentra debajo.
Cómo funcionaba la serigrafía en el pasado
En sus orígenes, la serigrafía era una técnica manual utilizada especialmente en Asia. Las raíces de esta técnica se remontan a miles de años, cuando se utilizaba para estampar telas en China. Los antiguos artesanos utilizaban hilos de seda estirados sobre marcos a modo de pantalla y creaban plantillas utilizando hojas o cartón para bloquear la tinta. Una curiosidad: el uso inicial de la seda como el material principal para este proceso da nombre a la técnica. De hecho, la palabra «serigrafía» deriva del término latino seri (seda) y del griego graphein (escribir).
Con la llegada de la Revolución Industrial, la serigrafía comenzó a mecanizarse más, pero el proceso siguió siendo fundamentalmente manual hasta principios del siglo XX.
Cómo funciona la serigrafía moderna
Hoy en día, la serigrafía moderna utiliza materiales y técnicas avanzadas para lograr resultados precisos y reproducibles. En lugar de utilizar pantallas hechas a mano, las técnicas modernas de serigrafía utilizan emulsiones fotosensibles que se aplican a la pantalla. Una vez expuestas a la luz, estas emulsiones se endurecen en las zonas que no deben dejar pasar la tinta, mientras que las zonas no expuestas permanecen solubles y se pueden lavar, creando así la imagen deseada en la pantalla.
La tinta utilizada en la serigrafía moderna es altamente pigmentada y resistente, lo que la hace adecuada para una gran variedad de sustratos, desde telas hasta plásticos.
Cómo funciona la serigrafía automatizada
A medida que avanzaba la tecnología, la serigrafía dio un paso más con la llegada de las máquinas automatizadas. Estos dispositivos son capaces de imprimir rápidamente grandes cantidades de productos con una precisión increíble.
Una máquina de serigrafía moderna típica utiliza un sistema de brazos mecánicos para mover la pantalla y el sustrato a través de varias estaciones. Estas máquinas pueden gestionar diferentes etapas del proceso de impresión, desde la preparación de la pantalla hasta la aplicación de la tinta y el cuidado final del producto impreso.
Para qué productos se usa la impresión serigráfica
La serigrafía es extremadamente versátil, por lo que se utiliza para imprimir en una amplia gama de productos. Algunos de los usos comunes incluyen:
Telas: camisetas, ropa deportiva, banderas, sábanas, etc.
Materiales rígidos: adhesivos, vallas publicitarias, rótulos, paneles de control y componentes electrónicos.
Artículos promocionales: bolígrafos, alfombrillas para ratón, tazas, etc.
Embalajes: bolsitas, cajas y pegatinas.
Cuáles son las ventajas de la serigrafía
La serigrafía es popular por varios motivos:
Versatilidad: adecuada para una amplia gama de materiales, desde telas hasta productos plásticos.
Durabilidad: los productos serigrafiados son resistentes al desgaste, al calor y a la humedad.
Calidad del color: la serigrafía produce colores vibrantes y saturados que no se desvanecen fácilmente.
Economicidad: para tiradas grandes, la serigrafía puede resultar más económica que otras técnicas de impresión.
Personalización: gracias a la posibilidad de utilizar tintas especializadas, como las fluorescentes o las metálicas, la serigrafía puede crear productos únicos y distintivos.
En conclusión, la serigrafía es una técnica potente y versátil que ha pasado por siglos de evolución e innovación. Ya sea para crear camisetas personalizadas o componentes industriales, la serigrafía sigue siendo una opción popular para muchos profesionales del sector gráfico.