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1Hay cosas que nos hacer pensar. Sobre todo si sabes que, en nuestras casas u oficinas, no todo lo que se debería reciclar acaba en la papelera adecuada. Con un poco más de esfuerzo o de conciencia bastaría para poder reducir el volumen de residuos que acaban sin reciclar.
Hoy queremos hablaros de este tema. Vamos a recopilar algunos consejos sobre sostenibilidad y a contaros algunas curiosidades sobre el tema. ¡Acompañadnos!
¿Qué es la separación de residuos? ¿Cómo se hace?
Todo empieza con nosotros, los ciudadanos, que somos los que debemos hacer una primera separación de los residuos. De hecho, somos nosotros los que tiramos los residuos reciclables en los contenedores adecuados, mientras que todo lo que no se puede reciclar acaba con los residuos indiferenciados. De esta forma, cada tipo de residuo se transporta a la instalación de eliminación o de reciclado que le corresponda:
- Los residuos indiferenciados acaban en el vertedero o incinerados.
- Los residuos orgánicos se reutilizan mediante compostaje.
- Los materiales reciclables se seleccionan y se distribuyen a empresas que se encargan de su reutilización. Allí se transforman en materia prima para poder obtener un nuevo material utilizable.
¿Qué materiales se pueden reciclar? Depende del lugar en el que os encontréis. Para conseguir una información más precisa, debéis contactar con el centro de gestión de residuos local donde os podrán indicar cómo funciona la separación de residuos en vuestra zona. En general, los residuos que siempre se suelen reciclar son: orgánicos, papel, plástico, vidrio, metales, baterías, ropa y aceite. Hay un contenedor específico para cada uno de ellos.
Pero esto también sucede a menudo: encontrarse frente a los contenedores de reciclaje sin saber dónde tirar cada residuo. Para salir de toda duda, la Decisión de la Comisión del 28 de enero de 1997 estableció códigos internacionales que ayudan a identificar el material del que está compuesto un producto reciclable. ¡Así nadie corre el riesgo de equivocarse!
Como habréis visto al echarle un vistazo a la lista de códigos, el símbolo del reciclaje es un triángulo formado con tres flechas. Estas hacen referencia a la banda de Möbius, que representa el concepto del infinito. Un concepto que se ajusta bien al principio de la economía circular. Este logo en concreto lo diseñó Gary Anderson en 1971 para un concurso organizado por la Container Corporation of America. El símbolo se utiliza también para el reciclaje de papel y, en su versión estilizada, indica que estamos ante un material reciclable o reciclado. El número que venga indicado en su interior nos informa de qué material se trata.
Pero ¿por qué es tan importante reciclar? La pregunta puede parecer trivial, pero nunca está de más recordar las razones.
La importancia de la separación de residuos y algunos consejos para reducirlos
Con los años nos hemos vuelto cada vez más conscientes de lo urgente que es que protejamos nuestro planeta reduciendo el impacto que tenemos sobre él, sobre todo si hablamos de explotación de recursos y de contaminación.
Hay motivos muy importantes para que los países se comprometan en la lucha contra los residuos.
Estos tres importantes motivos son:
- El crecimiento de la población mundial. Y el consiguiente aumento en el uso de los recursos del planeta.
- El agotamiento de los recursos naturales. Es nuestro deber protegerlos evitando el desperdicio. ¿Cómo? El reciclaje es una muy buena forma.
- El impacto de los residuos no diferenciados sobre las nuevas generaciones. Van a provocar mucha contaminación y unos daños medioambientales considerables.
Incluso nosotros, por nuestra parte, podemos hacer muchísimo para que la «máquina del reciclaje» se ponga a funcionar. Nuestros esfuerzos no han de limitarse a una correcta separación de residuos (aunque eso ya sería un mundo). También debemos adoptar otros buenos hábitos para reducir la cantidad de residuos.
Buenos hábitos como:
- Llevar una bolsa reutilizable cuando vamos a hacer la compra.
- Preferir los productos a granel a aquellos envasados.
- Dar preferencia a productos fabricados o envasados con materiales reciclados o reciclables.
- Sustituir los productos de usar y tirar (platos, vasos, tazas, recipientes y cubiertos de plástico) por utensilios reutilizables o biodegradables.
- En la oficina, utilizar dispensadores de agua en vez de botellas de plástico.
- Optar por los envases de vidrio, que son totalmente reciclables.
- Aumentar el uso de papel reciclado.
Con esta lista ya le haríamos un gran favor a nuestro planeta.
Reciclaje: curiosidades del mundo
Nos hemos ido a dar una vuelta porque, en lo que respecta a la separación y reciclaje de los residuos, cada país tiene sus propias reglas. Hemos descubierto, por ejemplo, que Alemania es el país que más recicla del mundo: se reciclan alrededor de un 56 % de los residuos. Es un gran ejemplo. Pero en esta sección, te queremos contar algunas de las curiosidades que nos han dejado boquiabiertos.
En Japón hay una ciudad que está a punto de convertirse en la «ciudad sin residuos»
En Japón, cada persona es responsable de la separación de sus residuos. Antes de desecharlos, hay que lavar todos los envases, doblar los cartones para que ocupen poco espacio, quitar las etiquetas y, encima de los residuos, deben aparecer los datos de la persona que los tira. De esta forma, los residuos pasan a ser rastreables y así las personas se comprometen a desecharlos de una manera correcta. En otros países hay procedimientos similares, pero nos ha impactado especialmente lo que sucede en el pueblo de Kamikatsu: los residuos se separan en 34 categorías distintas para garantizar que casi todos los materiales se reciclan. ¿El objetivo? Convertirse en una ciudad sin residuos en 2020.
Nueva York a la caza de las latas
Algo sucede en Nueva York desde 1982: los distribuidores de bebidas imponen una comisión de 5 centavos por cada lata vendida. Si esta se devuelve vacía a la tienda, el consumidor recibe 5 centavos. El comerciante, a su vez, puede devolverla al distribuidor y cobrar 3,5 centavos. Y no queda ahí la cosa: hay toda una caza de latas abandonadas que, si se devuelven a la empresa de eliminación de residuos, valen 5 centavos cada una. Esta iniciativa, que nació para fomentar el reciclaje, ayuda a sobrevivir a entre 4000 y 8000 personas.
En Suecia no existe el «problema de los residuos»
Todo lo que no se pueda reciclar acaba incinerado en este país. Pero, a diferencia de otros países, Suecia ha transformado este «problema» en un recurso que aumenta el PIB. Este país está equipado con 34 plantas de conversión de residuos en energía que suministran la electricidad necesaria para 680 000 hogares.
En Dinamarca, la planta de conversión de residuos en energía es una pista de esquí.
Hablamos de la Amager Bakke, inaugurada en 2017 en Copenhague. Se trata de una planta de última generación para convertir residuos en energía que cuenta con una avanzada tecnología capaz de generar la máxima energía y calor a partir de residuos. Sin embargo, el proyecto es mucho más ambicioso que todo eso: el incinerador también está diseñado para que sea un punto de encuentro para los ciudadanos de Copenhague, con pistas de esquí artificiales y un muro de casi 90 metros para hacer escalada. Amager Bakke ha recibido premios por su eficiencia energética, por el tratamiento de residuos, por su compromiso medioambiental, por su calidad visual y por la acogida que ha recibido por parte de la comunidad.
En los Países Bajos hay una carretera hecha de plástico reciclado.
En 2018, en las ciudades de Zwolle y Giethoorn, se construyó un carril bici utilizando única y exclusivamente plástico reciclado. ¿Qué es más sostenible que utilizar materiales reciclados para construir estructuras que fomenten una movilidad sostenible?
Ahora es cuando podemos decir: «Donde fueres, recicla lo que vieres».