Table of Contents
Rojo Valentino: un color icónico
Valentino. Nos apostamos lo que sea a que antes de haber pensado en sus prendas, sus bolsos o sus zapatos, el nombre ya os ha hecho pensar en un color muy concreto: un rojo muy particular. Este tono, el rojo Valentino, es el color que marcó un antes y un después en la historia de la moda.
El nacimiento de la firma Valentino
Aunque con el nombre es suficiente para reconocerlo, se llama Valentino Clemente Ludovico Garavani. Nació el 11 de mayo de 1932 en Voghera, en la provincia de Milán. El suyo fue un camino directo, sin desvíos: desde pequeño, ya mostraba interés por la moda y, con el apoyo de su familia, se matriculó en un programa para hacerse diseñador en el Instituto de la calle Santa Marta de Milán. Su sueño le llevó hasta París, donde se inscribió en la Fédération de la Haute Couture et de la Mode. Sus primeros trabajos llegaron como aprendiz de Jean Dessès y Guy Laroche. Pero su destino no era trabajar para otros: Valentino quería tener una firma de moda con su nombre. De este modo, en 1959, el joven diseñador inauguró su primer taller de moda en la calle Condotti, en Roma. Y, desde ese momento, ya destacaba ese color que le daba un toque distinto a sus colecciones, el color que acabaría convirtiéndose en el emblema del «emperador de la moda».
Un rojo que es visión
Es el rojo Valentino, ese color inventado por el diseñador. Un pigmento puro que no cambia hacia ningún otro. Intenso, envolvente, brillante, parece que desprende luz y que ilumina a quien lo lleva. Es elegante, majestuoso y desprende una sensación de impalpabilidad, como si estuviese hecho solo de luz.
Puede que la mejor definición sea: un color que es pura visión. Después de todo, ese es justo su origen: el color surge a partir de una imagen que se le quedó grabada en la mente al diseñador.
¿Cómo nace el rojo Valentino?
La anécdota es curiosa. La idea de este color se le quedó grabada en la mente a Valentino cuando aún era estudiante. Estaba en la Ópera de Barcelona y, entre la multitud, se queda absorto mirando a una anciana con un vestido de terciopelo rojo. Era imposible no verla, el color era brillante, destacaba entre la multitud y le daba a la señora un aire elegante y solemne. Este recuerdo es lo que le llevó a crear un color que se convertiría en la firma del diseñador.
«El rojo es un color que llevo conmigo desde la infancia. Tiene tanta vitalidad y tanto encanto que no solo me encanta verlo en la ropa, sino también en las casas, en las flores, en los objetos, en los detalles. Es mi amuleto de la suerte. Una mujer vestida de rojo nunca se equivoca: es un color que le queda bien a todo el mundo. Es un color fuerte, pero que, al mismo tiempo, no es un color, es neutro: es como el negro, el marrón, el azul o el blanco. No es un verde claro, no es un tono pastel. Confiere mucha energía, mucho brillo. El rojo es vida, pasión, amor, es el remedio contra la tristeza. Creo que una mujer vestida de rojo, especialmente por la noche, es maravillosa. Y, entre la multitud, representa la imagen perfecta de una heroína». De un artículo dedicado al diseñador publicado en Esquire.
El rojo Valentino es más que un color: es el símbolo de una mujer nueva. Una mujer que no quiere esconderse detrás de colores tenues, sino que quiere resplandecer y ver realzada su belleza. El emperador de la moda ha vestido a su «mujer reina».