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Hace algunos siglos, eran muchos los artistas, mecenas y aristócratas de toda Europa que viajaban a Italia para poder cultivar su propio gusto y sentido estético. Al llegar a la zona de Nápoles, muchos describían en sus diarios y relatos su admiración por un elegante color rojo que decoraba las villas y otros edificios de una antigua ciudad.
Esa ciudad era Pompeya (que fue sepultada por una erupción volcánica y redescubierta, para el asombro de muchos, en el siglo XVIII) y ese peculiar rojo, que no tardó en hacerse famoso, recibió el nombre de «rojo pompeyano».
Así fue como el rojo pompeyano irrumpió con fuerza en los cánones estéticos occidentales: actualmente es un color clásico, con protagonismo en la arquitectura, en el diseño y en la moda. Por todo ello, vamos a hacer una parada en nuestro recorrido de colores icónicos para hablar sobre el rojo pompeyano.
¿Qué color es el rojo pompeyano?
Al rojo pompeyano se le conoce también con muchos otros nombres, como el rojo ercolano, tierra de Pozzuli, rojo inglés y tierra roja de Verona. Es un colo intenso, austero, clásico y elegante.
El rojo pompeyano tiene su propio código Pantone: 18-1658 TPX. Si lo queréis usar online, afirma que el código HEX del rojo pompeyano es el #a42a2e.
Algunos identifican erróneamente al rojo pompeyano con el color que en inglés llaman Dragons’s blood (en español, rojo sangre de drago). En realidad, esta comparación no acaba de ser del todo exacta: aunque ambos son pigmentos que utilizaban los antiguos romanos, sus orígenes son completamente diferentes. El rojo sangre de drago es un pigmento elaborado a partir de una sustancia orgánica, la planta del género Dracanea, mientras que el rojo pompeyano, como veremos, no proviene de ningún material orgánico, sino de un mineral.
¿De dónde viene el rojo pompeyano?
El rojo pompeyano se hizo famoso cuando, en el siglo XVIII, mientras se llevaban a cabo unas importantes excavaciones arqueológicas, se descubrieron dos antiguas ciudades romanas muy bien conservadas: Pompeya y Herculano.
Muchas de las villas romanas de ambas ciudades tenían mosaicos y frescos increíbles y perfectamente conservados. Entre los elementos que más llamaron la atención de los primeros arqueólogos se encontraba el color: mucha de las paredes estaban pintadas de un rojo muy intenso. Desde entonces, conocemos este color como rojo pompeyano.
El rojo pompeyano no tardó en ganar prestigio en las cortes y los salones de toda Europa. El recorrido por Pompeya y Herculano ya era famoso en aquella época y lo hacían eruditos, aristócratas y personas con mucho poder. Estos viajes, llamados «Grand Tour» (de donde deriva la palabra actual turismo), dieron forma al gusto de las clases más poderosas de la época. Por ejemplo, el escritor y poeta Johann Wolfgang von Goethe, estudioso de la teoría de los colores, a la que dedicó un extenso ensayo, dedicó unas páginas durante su viaje a Italia a la descripción de las paredes y pinturas monocromáticas de Pompeya.
En resumen, el rojo pompeyano jugó un papel muy importante en la definición de los cánones estéticos occidentales de la época y, por consiguiente, de los gustos que tenemos en la actualidad. Pero aún hay algunos mitos que hay que desmentir sobre este color.
El rojo pompeyano no viene de Pompeya
La primera sorpresa que nos trae la historia del rojo pompeyano está relacionada con su origen. Este pigmento no se creó en Pompeya, sino en Turquía, según se cree. De hecho, en la antigua Roma, al rojo pompeyano lo llamaban sinopsis. Sinope fue la ciudad turca en la que, según cuentan las crónicas antiguas, se utilizó por primera vez el rojo pompeyano.
El pigmento del rojo pompeyano no tiene un origen orgánico, es decir, no proviene de una planta como muchos otros pigmentos, sino de un mineral. En particular, este color proviene de una mezcla de cinabrio, un compuesto de mercurio, y de minio, un compuesto de plomo.
Por lo tanto, estos pigmentos eran bastante raros, muy caros y, sobre todo, perjudiciales para la salud. Es bastante probable que la toxicidad del rojo pompeyano ya se conociera desde la antigüedad: en las minas de España e Italia de donde se extraía el cinabrio, que también se utilizaba para producir mercurio, trabajaban esclavos principalmente.
Otro mito que hay que desmentir: no todos los rojos pompeyanos eran rojos
Hay un segundo mito que hay que desmentir sobre el rojo pompeyano. Según un equipo de investigación, solo algunas paredes de Pompeya se pintaban de rojo. En realidad, eran de un color más parecido al ocre, por lo que se asemejaba más al amarillo.
Estos recientes estudios han determinado que el color rojo que tienen actualmente la mayoría de las paredes pompeyanas se debe a las altas temperaturas y a los gases volcánicos a los que se vio expuesto el pigmento ocre durante la famosa erupción del Vesubio en el año 79, que hicieron que este pigmento amarillento se volviera similar al rojo pompeyano .
Por lo tanto, es muy probable que solo algunas paredes y frescos en Pompeya fueran rojos en su origen. De hecho, este color era muy caro. Los lavaderos, por ejemplo, seguramente fuesen de este color amarillo ocre, un color mucho menos caro, mientras que el rojo se reservaba para ambientes más ricos, como la fascinante Villa de los Misterios, en la que destacan muchas pinturas sobre el fondo rojo de las paredes.
La moda del rojo pompeyano en la arquitectura
A raíz de las excavaciones de Pompeya y Herculano, el rojo pompeyano se convirtió en un color elegante y cada vez más utilizado en la arquitectura.
Por ejemplo, se dice que Sir John Soane, el arquitecto inglés que creó el diseño de la famosa cabina roja británica, tenía cierta predilección por el rojo pompeyano. Pero no fue John Soane el único arquitecto que se quedó prendado por este elegante color rojo.
En Italia, en el centro de Bolzano, una ciudad del norte de Italia, destaca un edificio en rojo pompeyano. Se trata de un antiguo palacio de las Juventudes Italianas del Littorio, similar a todos los que se construyeron a lo largo de todo el territorio italiano durante los años del fascismo. El edificio actualmente es un centro de investigación. Entre los coloridos edificios de Positano, también destaca un antiguo palacio de color rojo pompeyano: hablamos del histórico hotel Le Sirenuse, que, además, utiliza este icónico color en algunos elementos del uniforme de la empresa.
Un ejemplo mucho más famoso del uso del rojo pompeyano en la arquitectura es la Casa Malaparte, en Capri. Su extraña estructura es muy conocida por todos porque fue el escenario en el que aparecía la divina Brigitte Bardot en la obra maestra del cine francés El desprecio, de Jean-Luc Godard.
El edificio fue diseñado por el arquitecto italiano Adalberto Libera y está a medio camino entre el surrealismo y el racionalismo. Se trata de un paralelepípedo de color rojo pompeyano que destaca sobre el mar y que está presidido por una extraña escalera.
Del pop a la moda: el rojo pompeyano en la actualidad
Hoy en día, el rojo pompeyano se utiliza en otros muchos contextos, desde el deporte hasta el diseño.
El equipo de fútbol italiano AS Roma, por ejemplo, luce el rojo pompeyano combinado con el ocre amarillo en su escudo. Ese mismo rojo es el protagonista de las equipaciones que utilizaron en los años 90 y a principios de los 2000. Y si cambiamos totalmente de sector, Jennifer Lopez, en los premios Billboard Music Awards de Las Vegas de 2014, se presentó luciendo un espléndido vestido de la estilista Donna Karan. Con ese tono rojo pompeyano, la cantante estadounidense le hizo un guiño a la antigua Roma.
En el diseño de interiores, el rojo pompeyano es una opción que se utiliza a menudo en muchas estancias de la casa, desde el salón hasta la cocina, tanto en la pintura de las paredes como en el mobiliario.
También hay muchos objetos de diseño que lucen el rojo pompeyano. Este color fue el elegido para la renovación de una pieza icónica del diseño: las sillas de Arne Jacobsen, rediseñadas por la galerista Carla Sozzani.
En resumen, desde sus remotos orígenes, este antiquísimo color ha recorrido un largo camino,durante el que se ha ido reinventando y encontrando nuevos espacios en las ideas de los creativos de todo el mundo.
¿Y vosotros como usaríais el rojo pompeyano en vuestros proyectos de diseño?