Reader’s Digest: la revista compendio que ha acercado la lectura a millones de familias

Reader’s Digest: la revista compendio que ha acercado la lectura a millones de familias

Alessandro Bonaccorsi Publicado el 6/10/2024

De él decían que era hiperactivo y que no haría nada bueno, hasta el punto de que lo expulsaron de la universidad. William Roy Dewitt Wallace era un chaval inquieto y creativo incapaz de atenerse a las rígidas reglas de la sociedad tradicional de Minnesota. En los primeros años del siglo pasado, tras haber abandonado sus estudios universitarios en Berkeley después de un par de años para trabajar en una editorial agrícola, Wallace empezó a darle forma a la que sería su gran idea: fanático de la lectura de artículos periodísticos y de revistas, tomaba notas de forma metódica para extrapolar de lo que leía los hechos realmente interesantes. Así, se dio cuenta de que la mayoría de la gente se perdía muchos artículos potencialmente interesantes simplemente porque no sabían dónde encontrarlos o porque no compraban la revista «adecuada» para ellos.
Había que crear un agregador de noticias que seleccionara, reescribiera y resumiera las noticias, los análisis detallados y los muchos artículos que aparecían cada mes en los periódicos y revistas estadounidenses, haciéndolos fáciles de digerir para un público numeroso y sin educación.
Así es como surgió la idea de una revista que pudiera realizar esta función.

En febrero de 1922, Dewitt Wallace, junto con su esposa Lila, una ávida lectora y apasionada escritora de cartas, publicó el primer número de Reader’s Digest, que rápidamente se convertiría en la publicación periódica más leída del mundo, el único producto editorial capaz de competir con La Biblia en número de lectores. Trabajaron duro, durante tres años su oficina de alquiler estuvo ubicada en un establo para ponis, desde donde leyeron y escribieron muchísimo. Poco a poco la revista fue creciendo, hasta alcanzar los casi 300.000 lectores suscritos en 1929 y, por tanto, reportarles unos ingresos suficientes para consolidarla y publicarla en los quioscos.

A partir de ese comienzo pionero, Reader’s Digest no dejó de crecer:ya contaba con un millón de ejemplares en 1935 y posteriormente se publicaron ediciones en otros idiomas, llegando también a Europa, lo que elevó la tirada a más de 20 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. mundo. Es probablemente en la década de 1970 cuando alcanzó su apogeo, logrando ser la revista más leída en Estados Unidos con más de 17 millones de ejemplares. En los años ochenta, inició un lento declive que llevó al grupo editorial a la quiebra y a una reorganización en 2009, a pesar de seguir vendiendo más de 6 millones de ejemplares. A día de hoy, la edición estadounidense resiste a pesar de haberse reducido aún más su número de lectores.

Portada del Reader’s Digest de 1951. Todos los derechos reservados

Un formato fácil de… «digerir»

Reader’s Digest es diseñado como una revista portátil, que se puede leer en cualquier lugar: más grande que un libro de bolsillo, pero más pequeña que una revista al uso. El formato presenta la inusual proporción de 3:2, 14 cm de ancho x 21 cm de alto, formato que precisamente tomará el nombre de la revista, es decir, el formato «digest».

El tamaño fue una de sus innovaciones más importantes porque ofrecía una experiencia visual más cercana a la de un libro, en comparación con los formatos editoriales más grandes (¡en aquella época, ¡los periódicos eran auténticas «sábanas»!).

Portada de Reader’s Digest en manos de un lector. Todos los derechos reservados.

El uso decorativo del diseño gráfico.

Otra característica no inmediatamente comprensible de Reader’s Digest que lo hace innovador en comparación con otras revistas de la época es el uso de un diseño gráfico que es informativo y, al mismo tiempo, decorativo. Al estar dirigido a un público general, formado por familias de la mediana burguesía, y probablemente femenino que pasaba la mayor parte del tiempo en casa y con su familia, el diseño gráfico de Reader’s Digest intenta recrear ese universo doméstico en el que se leerá, utilizando colores pastel, letterings de colores en la portada y muchas ilustraciones.

El punto fuerte de la revista, que con el paso de los años llegó a convertirse en su limitación, fue el hecho de permanecer firmemente anclada en la tradición.

Hasta el rediseño de finales de los noventa y de los años posteriores, las ilustraciones se limitaban a representar la vida, a menudo bucólica, de las familias estadounidenses y realmente no tenían nada de moderno.

El diseño gráfico era como el de un libro, pero simplificado: títulos grandes, índice en la portada, texto en dos columnas y letras capitales rojas para dar un discreto toque animado.

Este planteamiento gráfico se mantuvo hasta los años noventa, cuando el primer cambio de diseño de la revista la hizo cada vez más moderna y acorde con el mercado editorial, recurriendo incluso al cómic y a las ilustraciones conceptuales.

Páginas de Reader’s Digest. Todos los derechos reservados.
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Portadas informativas

En todos los demás artículos dedicados a revistas que hemos escrito para este blog, siempre llegamos al tema de las portadas hablando de lo icónicas, reconocibles, sorprendentes, narrativas, etc. que son. Sin embargo, en este caso, nos encontramos ante portadas extremadamente funcionales y que sacrifican el impacto visual al informar inmediatamente sobre el contenido, mostrando el índice y trasladando así una parte interna al exterior. De esta manera, la ilustración quedó relegada a la contraportada, apenas mostrándose más allá del nervio del lomo, en la cubierta.

Esta decisión inusual se debe en parte a la propensión literaria y periodística de los fundadores y, en parte, a la distribución, que se realizaba mediante suscripción y, por lo tanto, no necesitaba abrirse paso a codazos en los expositores de los quioscos.

Por el contrario, el cambio de diseño de los últimos años ha hecho que Reader’s Digest se parezca a cualquier otra revista, con fotografías e ilustraciones a página completa en la portada y títulos que indican los contenidos internos más importantes.

Páginas de Reader’s Digest. Todos los derechos reservados.
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Conclusiones

Reader’s Digest fue una de las revistas de mayor éxito del siglo XX, aunque no tan conocida por el público general. Sus lectores han leído con pasión durante años las síntesis, los resúmenes y la literatura de segunda mano de esta singular e innovadora revista.

Páginas de Reader’s Digest. Todos los derechos reservados.
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Desde el punto de vista del diseño gráfico y del aspecto visual en general, la lección que podemos extraer es que el éxito editorial no siempre va de la mano de un diseño sorprendente; en este caso, las tipografías y el diseño gráfico estuvieron al servicio de una lectura tranquila, haciéndose a un lado y dejando espacio a la experiencia de uso. Después de todo, ¿no es eso lo que nos enseñan todos los grandes diseñadores gráficos, es decir, que el diseño gráfico que realmente funciona es el que no puedes ver?

Fuentes:

https://www.rd.com/list/vintage-readers-digest-covers

https://www.chrisbuzelli.com/midsummer-night

https://www.alexgorodskoy.com

https://jaretts.com/readers-digest-canada

https://www.flickr.com

https://pocketmags.com/it

www.tonicradio.fr

https://www.gingernutdesign.co.uk/readersdigestmagazine

https://art-now-and-then.blogspot.com/2017/08/readers-digest-art.html

https://digestart.tumblr.com