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Estamos inundados de imágenes: pero ¿sabemos descifrarlas?
El mundo en el que vivimos está plagado de imágenes. Vivimos en la sociedad de la imagen y nosotros mismos somos una imagen (tal como nos sucede cada vez que nos hacemos un selfie).
Nos encontramos en un mundo lleno de imágenes que, sin embargo, tiene poca imaginación, es decir, capacidad de crear imágenes con nuestra mente.
Recurrismos a todo lo que nos ofrece la Web, el cine, que nos ofrecen las revistas, los pósteres, los anuncios… Nos vemos bombardeados con imágenes que sufrimos sin comprender.
Uno de los problemas es que no sabemos hacerlas: no sabemos cómo se construye una imagen.
Cuando probamos a hacernos una foto bonita, por lo general no lo conseguimos: «no tenemos la capacidad técnica», pensamos, es decir, la capacidad técnica para manejar de manera óptima la cámara de fotos.
Pero no es así.
El motivo no es solo ese: es que carecemos de la capacidad para saber construir una imagen.
Cada vez que un diseñador gráfico termina un trabajo, ha creado como mínimo una imagen. Pongamos el ejemplo de un póster: el resultado final del trabajo será una imagen que probablemente contendrá una figura (fotografiada, dibujada o ilustrada) y textos, dispuestos de una cierta manera, con un cierto estilo y ciertos colores, dimensiones y posiciones.
¿Cuántas de las características citadas somos capaces de captar mientras describimos un póster?
¿Qué parte del proceso creativo y de las decisiones de diseño de ese póster somos capaces de comprender?
En general, lo percibimos como un todo sin comprender bien cómo se ha construido.
En pocas palabras, creamos continuamente imágenes sin entenderlas.
La mayor parte de nosotros puede definirse como un analfabeto visual. No sabemos leer las imágenes; pero, aprendiendo a construirlas, podremos comprenderlas mucho mejor.
Aprender a leer y comprender las imágenes
¿Cómo se hace?
Entretanto, no podremos comprenderlo solo con leer las leyes escritas en los manuales de diseño gráfico.
Tenemos que experimentar. Hacer.
Solo hay que coger un lápiz y una hoja de dibujo y probar a recrear ese póster y hacerlo nuestro.
Tenemos que aprender a idearlo y diseñarlo, a liberarlo de los elementos decorativos y a comprender su estructura.
Tenemos que mover los objetos, el telón y los actores y mirar entre bambalinas: intentar comprender qué pasa dentro, cómo se mueve todo, se forma y se crea.
Dibujar es la manera más inteligente y sencilla de comprender cómo se construye una imagen.
Cada diseñador dibuja después de haber pensado. A veces, dibuja mientras piensa o, mejor aún, razona dibujando.
En esta fase del diseño, no le interesa el resultado final, sino la construcción. Se preocupa por la puesta en escena o la construcción, o la superposición o composición de los elementos que tiene a su disposición: cambia el verbo en base a la manera distinta de pensar de cada uno.
Para añadir colores, bastan unos rotuladores.
Es importante observar el proyecto desde lejos, muy lejos, y después dibujarlo en pequeño: cuanto más grande lo hagamos, más nos veremos obligados a añadir detalles y pasaremos por alto la estructura de la imagen. Una vez establecida la estructura, podremos introducir los demás elementos.
Componer y descomponer una imagen, probar y volver a probar la mejor combinación, es una de las muchas actividades que podemos hacer para estimular nuestro pensamiento visual (en inglés, «visual thinking») para mejorar nuestra capacidad de diseño.
¿Cuál es el secreto? Dibujar, descomponer e imaginar
Quienes hayan estudiado diseño se acordarán de cuántos bocetos dibujaron para los trabajos de clase.
Pero ¿cuántos seguimos dibujando cuando trabajamos para nuestros clientes?
¿Cuánto recurrimos a estructuras e imágenes fáciles que recordamos, sin explorar y experimentar otras vías?
El dibujo (a lápiz o con iPad, da igual) sigue siendo el mejor amigo del diseñador, porque es la herramienta que mejor permite visualizar los pensamientos: es rápido, económico, está al alcance de todos y no requiere capacidades artísticas, puesto que basta con saber trazar líneas, cuadrados, círculos y letras del alfabeto.
¿Un consejo para empezar a pensar de nuevo el proyecto dibujando?
Volver a dibujar la disposición de los diseños gráficos de grandes diseñadores e intentar comprender sus secretos: basta con hacer una búsqueda en Google, usar cualquier libro de diseño gráfico o nuestro ebook gratuito «Geografías del diseño gráfico» para encontrar ejemplos de buen diseño para dibujar de nuevo, haciendo el proceso inverso y volviendo a la que podría haber sido la idea original.
Para terminar, para el próximo montaje, póster, cubierta o flyer que tengas que desarrollar, primero intenta pensarlo en papel, dibujarlo con rotuladores y lápices; después busca todas las soluciones que creas posibles y, solo entonces, ponte delante de la pantalla de tu ordenador.
Verás cómo, poco a poco, volverás a despertar tu imaginación, mientras que tus dedos volverán a mancharse de color y tus diseños serán cada vez más creativos.