Podría decirse que un logotipo es como el escaparate de una tienda: es lo primero que vemos de una marca. Puede estar formado por un monograma, una tipografía, un pictograma, una mascota, un emblema o la combinación de varios elementos. Tenga la forma que tenga, debe transmitir un mensaje, diferenciarse del resto y, sobre todo, ser reconocible. Se trata de un símbolo sencillo a la par que complejo, donde cada uno de sus elementos ejerce gran influencia en cómo se percibe un logotipo. En la actualidad, cada vez más marcas intentan adoptar un logotipo desprovisto de nombre, aunque son pocas las empresas que gozan de tanto prestigio como para poder permitírselo. La estadounidense Mastercard es una de ellas.
Esta nueva identidad anónima es fruto del trabajo del estudio londinense de diseño Pentagram y de Michael Bierut, uno de los socios de la sede de Nueva York. Michael Bierut es un reconocido diseñador gráfico que, entre otros trabajos notables, creó el logotipo de campaña de Hillary Clinton para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016. En lo que respecta al estudio Pentagram, es uno de los creadores de la identidad de Wizarding World, que concentra los universos mágicos de Harry Potter y Animales Fantásticos.
Recientemente, han creado la nueva identidad gráfica de Slack, la plataforma de comunicación colaborativa lanzada en 2014 y que ya utilizan millones de personas en todo el mundo.
No obstante, esta es la segunda vez que el prestigioso estudio de diseño y diseño gráfico presta sus servicios a Mastercard. Pentagram sigue transformando el logotipo de la marca, que ya había modernizado en 2016 depurando su aspecto visual y cediendo a la tendencia de la tipografía de palo seco. Mastercard explica este deseo de cambio en un comunicado: «En respuesta a la continua evolución del panorama del consumo y el comercio, el símbolo de Mastercard representa a Mastercard mejor que una palabra y, gracias a su diseño moderno y flexible, podrá desenvolverse de manera transparente en el entorno digital».
Esta transición se está llevando a cabo de forma progresiva: antes de nada, Mastercard realizó un estudio para determinar si el público era capaz de identificar la marca sin el nombre. Raja Rajamannar, director de Marketing y Comunicación de Mastercard, explica: «Más del 80 % de las personas reconoce el símbolo de Mastercard de forma espontánea sin la palabra “mastercard”, por lo que sentimos que estábamos listos para dar el siguiente paso en la evolución de nuestra marca. ¡Estamos impacientes por ver cómo se las arreglan por sí solos nuestros icónicos círculos!».
De hecho, los círculos rojo y amarillo entrelazados representan a la marca desde hace más de 50 años. Forman parte de su ADN. Por sí solos, simbolizan una infinidad de cosas y hoy en día están muy arraigados en el espíritu de los consumidores. Tal y como explica Michael Bierut, cada vez son más las marcas que persiguen esta sencillez gráfica: «Vivimos en una época en la que, para comunicarnos, recurrimos cada vez más a los símbolos e iconos que a las palabras. Mastercard ha tenido la gran suerte de estar representada por dos círculos entrelazados, uno rojo y otro amarillo, desde su nacimiento en 1966».
Aunque Mastercard haya decidido en 2019 que ya no necesita su nombre para comunicarse, otras marcas ya dieron el paso con esta decisión atrevida hace ya bastantes años. Este es el caso de la famosa manzana mordida de Apple, que lleva siendo ejemplo de sencillez y sofisticación desde 1977. El logotipo de Apple ha seguido la evolución estética de sus productos y ha sabido reflejar siempre a la perfección la personalidad de la marca.
También podemos poner como ejemplo la coma más famosa del mundo: esa que está del revés y en horizontal. Evidentemente, hablamos de Nike. En 1995, la marca estadounidense decidió prescindir del nombre para dejar únicamente la coma. El «Swoosh», que es como se la conoce popularmente, representa el ala de Niké, la diosa griega de la Victoria.
Ya en otro sector, Shell tan solo utiliza el pictograma de la concha desde 1999. Al igual que Mastercard, esta petrolera angloneerlandesa ha utilizado desde siempre este símbolo relacionado con su nombre, ya que «shell» significa «concha» en la lengua de Shakespeare. Hoy en día, es uno de los logotipos más consolidados del mundo.
También podemos mencionar a Target, la gran cadena estadounidense de tiendas de descuento. En 1989, la empresa retiró temporalmente el pictograma de su logotipo, que por entonces solo constaba del nombre de la marca. Sin embargo, la diana roja y blanca era tan conocida que todo el mundo la asociaba a la marca. Tanto es así que la famosa diana regresó en 2006 en sustitución del texto, que pasó a mejor vida.
Otro ejemplo es el de McDonald’s, que lleva años comunicándose únicamente a través de sus arcos dorados. El logotipo es tan famoso que la empresa estadounidense incluso se ha permitido el lujo de llevar a cabo campañas publicitarias sin ningún logotipo, nombre de producto ni tan siquiera firma. Pocas marcas pueden permitirse semejante decisión…
Para terminar, el último gran ejemplo es el de Starbucks, que en 2011 prescindió de su nombre para quedarse únicamente con la sirena, otra decisión que hizo correr ríos de tinta en unas redes sociales en plena ebullición desde que se crearon.