El de Martina Flor es “un trabajo de amor”, como ella misma lo describe. Y es que, cuando dibuja una letra, nada queda al azar. Cada curva, cada textura, cada color está trabajado de una forma tan minuciosa que al final las letras adquieren vida propia. “Por eso digo que es un trabajo de amor, en el sentido de que uno confía que toda esa dedicación que le está poniendo en algún momento brilla”. Brilla, y mucho. Por eso esta diseñadora gráfica e ilustradora está considerada como una de las mejores artistas de lettering del momento.
Martina creció en Buenos Aires, ciudad en la que se graduó como Diseñadora Gráfica. Durante años, ejerció esta profesión, pero llegó un momento de desencanto y de búsqueda de nuevos caminos. Todo empezó a cambiar cuando le concedieron una beca para estudiar un Postgrado en Diseño y Estrategias de Comunicación en la escuela Elisava de Barcelona. “Es como que me volví a enamorar del diseño. Y ahí decidí seguir estudiando para desarrollar mi interés por la tipografía”, nos cuenta.
Tras obtener un Master en Diseño de Tipografía en la Real Academia de Arte de La Haya, Martina se instaló en Berlín y fundó su propio estudio. Desde la capital alemana, la artista de lettering atiende encargos de clientes privados, agencias, revistas y editoriales de medio mundo. Entre sus clientes figuran The Washington Post, Vanity Fair, Cosmopolitan, Harper Collins, Fontshop, Monotype, Etsy y Penguin Random House y Planeta. Para esta última editorial ha creado, recientemente, la portada del fascinante libro ‘Alicia en el país de las maravillas’.
Otro de sus trabajos más impactantes es el que ha realizado para la conocida empresa estadounidense de software Adobe. Durante tres días, retransmitieron en vivo el proceso de creación de una pieza de lettering, desde el boceto hasta el dibujo digital final, un corazón con la palabra ‘love’. Martina no se considera, para nada, una artista conceptual: “Lo que hago es muy directo; si estoy hablando de amor, voy a utilizar el rojo y va a tener forma de corazón. Pero aunque sea la obviedad total, el reto es que cada forma pulida de esa pieza haga que comunique amor”.
Como en el caso de Adobe, Martina suele crear el boceto a mano porque se siente más cómoda buscando formas y estructuras sobre papel. Además, es un proceso que ahorra tiempo, puesto que “permite resolver problemas antes de pasar al dibujo digital”, según explica la diseñadora e ilustradora. Una vez pasa al dibujo digital, empieza a trabajar las formas de las letras con vectores. “Hay toda una parte de creación de imaginar una historia, de elegir los colores. Pero la verdad es que gran parte de ese trabajo es técnico, porque consiste en poner los puntos en el lugar preciso para que esa curva se vea bien. Y eso es, justamente, lo que más me gusta”.
Además de los encargos, Martina intenta encontrar tiempo para sus propios proyectos. Así, es la creadora de Letters Collection, una web para enviar postales escritas a mano por la artista de lettering a otras personas. Ha puesto en marcha una tienda online para vender productos creativos para la vida cotidiana a base de tipografías customizadas, como por ejemplo broches e impresiones con letras del alfabeto, y acaba de publicar el libro ‘The golden secrets of lettering’, en el que da a los lectores ejemplos y herramientas para iniciarse o profundizar en este arte.
La enseñanza es otra de las pasiones de Martina, por eso organiza workshops de diseño de letras bajo el nombre de Good Type y también imparte cursos online en inglés y español a través de su web y de plataformas como Domestika. “Hasta hace poco, la enseñanza del lettering era muy informal, cuando en realidad tiene sus fundamentos, sus leyes, y es una herramienta muy importante para diseñadores e ilustradores. Con mi perfil de enseñanza, lo que intento es formalizar un poco más el valor que tiene el lettering”, afirma Martina.
En este sentido, imparte conferencias por todo el mundo para ayudar a diseñadores a mejorar sus habilidades. Fue así cómo, en 2016, ofreció una charla TEDx en su tierra natal ante miles de personas, a los que Martina explicó cómo crea historias a través del dibujo de letras, con algunos de los trabajos más representativos de su trayectoria y una obra de 30 metros de largo creada especialmente para la ocasión: Fin.