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Pocos directores tienen un estilo tan reconocible al instante como Wes Anderson. Basta con un encuadre extremadamente simétrico, un movimiento particular de cámara o una determinada paleta de colores para exclamar de inmediato: ¡Wes Anderson!
Pero, el director estadounidense, con ya más de veinte años de carrera a sus espaldas, debe su fama también a otro motivo: un poco como ocurría con los libros que leíamos de pequeños, Wes Anderson tiene la increíble capacidad de teletransportarnos a mundos de fantasía, tan creíbles y coherentes que nos parecen reales. Ya sean naciones enteras imaginarias, barcos extraños o ciudades retrofuturistas, cada detalle está siempre meticulosamente cuidado, desde la ropa hasta los objetos cotidianos, pasando obviamente también por los caracteres tipográficos.
Justamente por esto, el artículo sobre tipografía y cine de hoy está dedicado a Wes Anderson y a las curiosidades tipográficas que hemos encontrado en sus mejores largometrajes.
Los Tenenbaums. Una familia de genios
«Los Tenenbaums. Una familia de genios», estrenada en 2001, es la película que dio a conocer a Wes Anderson al gran público. Cuenta la historia de una familia disfuncional y es un compendio de todos los elementos que definen el inconfundible estilo del director texano: imágenes fuertes, una atención obsesiva al encuadre y zooms dominantes. Y, obviamente, una fuente en concreto. Wes Anderson tiene una pasión declarada por Futura, tanto que la ha utilizado en casi todas sus películas y cortometrajes.Pero en «Los Tenenbaums. Una familia de genios», su pasión por la fuente Futura se vuelve casi una obsesión. La encontramos en el título —Futura Bold—, en las pantallas que introducen los capítulos y en los créditos finales, pero, además, prácticamente en cualquier texto que la cámara encuadra: en los autobuses de la Green Line, en los carteles de los museos, en los pósteres y en las cubiertas de los libros.
Por otra parte, la fuente Futura es uno de los caracteres tipográficos más populares del mundo. Es una fuente moderna, funcional y muy geométrica, inspirada en los elementos visuales de la Bauhaus, aunque no esté directamente asociada a dicha escuela. Fue diseñada por el alemán Paul Renner en 1927, en un principio para ser utilizada dentro del Neues Frankfurt (un programa de vivienda pública asequible en Frankfurt que comenzó en 1925 y finalizó en 1930), un proyecto arquitectónico modernista que interesó a la ciudad alemana a finales de los años veinte. Desde aquel momento, su fama se volvió imparable, tanto que llegó a la Luna: está en la placa de identificación de nuestro satélite para celebrar el alunizaje de 1969.
Los italianos reconocerán la fuente en el logo de la RAI —la televisión publica del país— y en la señalización de la compañía ferroviaria nacional.
Moonrise Kingdom
Un gran director también sabe cuándo dejar de lado sus fetiches y cómo hacerlo bien. Así, en su séptimo largometraje, «Moonrise Kingdom», estrenado en 2012, Wes Anderson abandona Futura, la fuente que lo había acompañado hasta aquel momento. Para diseñar los títulos de esta imaginaria historia de amor de adolescentes (el mismo Anderson admitió que es la historia que siempre había soñado vivir en esa edad), el director confía en la artista de lettering Jessica Hische.La artista se inspiró en el lettering de una antigua película de la Nouvelle Vague, «La Femme Infidèle», estrenada en 1969 y dirigida por Claude Chabrol. Era una de las referencias sugeridas por el propio Wes Anderson, pero aún era necesario dar a la tipografía el toque adecuado de la América de los años sesenta, más acorde con el imaginario estético de la tranquila provincia estadounidense recreado en la película. Tras varias propuestas presentadas al meticuloso director, el resultado es una fuente elegante, dulce e inocente, que se convierte en un carácter distintivo de la película, utilizado de manera divertida en diferentes colores vivos en los créditos de apertura y de cierre.
Un resultado excelente también porque es la primera vez que la artista de lettering experimenta con el diseño de una fuente para el cine (aquí puedes leer una larga entrevista al respecto). En 2014, el carácter tipográfico fue comercializado después por la misma Jessica Hische y por Font Bureau con el nombre Tilda.
El Gran Hotel Budapest
Wes Anderson tiene un talento especial: consigue, magníficamente, recrear en su película pequeños mundos a caballo entre cuento de hadas y un imaginario personal vintage. En el pasado, Anderson nos hizo sumergirnos en ambientes hogareños y nos acogió en un barco con toda su tripulación. En «El Gran Hotel Budapest», estrenada en la Berlinale de 2014, el director nos ofrece incluso toda una nación.
Como toda nación que se respete, la República imaginaria de Zubrowka tiene su propia historia, sus propios uniformes, una bandera, y hasta billetes, sellos postales, llaveros, periódicos, libros, cajas de confitería, pasaportes y menús, con todos los respectivos caracteres tipográficos. Esto hace que la película sea una delicia para los amantes de una determinada tipografía.
La ardua tarea de dar vida a este mundo de fantasía se encargó a la diseñadora gráfica Annie Atkins, quien se inspiró de lleno en los caracteres tipográficos de moda en la Europa oriental de los años treinta. Por ejemplo, el letrero del Gran Hotel Budapest es una reelaboración de un letrero original de metal de los años treinta procedente de El Cairo. Pero aún más complejo fue idear los diferentes periódicos impresos en la República imaginaria, cuyos artículos fueron escritos uno por uno por el propio Wes Anderson.
Para los créditos de los actores, en esta película, Anderson usa el carácter tipográfico Archer, abandonando, una vez más, la fuente Futura. Archer es una fuente creada en 2001 para la revista estadounidense de estilo de vida y entretenimiento Martha Stewart Living, y se hizo público después en 2008.
Isla de perros
Estrenada en 2018, «Isla de perros» es la segunda película de animación de Wes Anderson, filmada en stop-motion (aquí hablamos de esta y otras técnicas de animación). Ambientado en Japón, el largometraje cuenta la historia de un futuro distópico en el que los perros de Megasaki City están confinados en una isla debido a una nueva gripe canina.
Una vez más, Wes Anderson nos sumerge en un imaginario inusual: Megasaki City tiene un toque retrofuturista y es, obviamente, muy muy japonés. Quien se encargó del lettering y la tipografía en el largometraje fue Erica Dorn, diseñadora e ilustradora con sede en Londres, pero nacida y criada en Japón. Esta fue su primera experiencia con el cine.
También en este caso la diseñadora tuvo que crear más de mil objetos nuevos, entre ellos: pósteres, letreros, latas de cerveza, cartones de leche y las placas de identificación personalizadas de los perros. Pero lo que es especialmente interesante es el lettering de los títulos: una mezcla entre caracteres occidentales y japoneses, que atraen armoniosamente la atención de los espectadores. La fuente japonesa varía continuamente y fue diseñada a mano. Como bien explica la propia Erica Dorn, habría sido difícil encontrar la fuente adecuada: las fuentes que incluyen todos los casi 2000 caracteres de la escritura japonesa son ciertamente muchas menos que las fuentes occidentales. La tipografía occidental en los títulos, por otro lado, permanece constante, casi como un apoyo a la fuerte imagen japonesa. Después de evaluar varias opciones, se decidió en el último minuto dibujar esto también a mano.
Para terminar, destacamos esta pequeña joya. Un breve vídeo (en inglés) muy bien hecho que celebra la pasión de Wes Anderson por la tipografía.
¿Qué importancia tiene la elección de los caracteres tipográficos en las películas de Wes Anderson? Mucha. Wes Anderson es un director con una profunda cultura visual, además de ser meticuloso y muy atento a los detalles. Es muy consciente de que la credibilidad de sus imaginarios depende también de la elección de la fuente adecuada: por ello, cada fuente que vemos en la pantalla tiene detrás laboriosas investigaciones y numerosas propuestas rechazadas. ¿Y cuánto le gusta la fuente Futura? Aquí la respuesta es bastante obvia: ¡muchísimo!
Para terminar, destacamos esta pequeña joya: un breve vídeo (en inglés) muy bien hecho que celebra la pasión de Wes Anderson por la tipografía.