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A todo color, excesivo, divertido. Social e introspectivo. Estrella del cine mundial. La parábola de Pedro Almodóvar y de sus icónicas películas ha marcado de una u otra forma cuarenta años de cine español y europeo. En nuestro imaginario ha quedado la sensualidad de sus personajes, junto con la fuerza que los mueve: el deseo.
Hoy contaremos la historia de las películas de Pedro Almodóvar desde otro punto de vista: el del lettering y de sus decisiones tipográficas. Y descubriremos que también las fuentes nos dicen mucho sobre la evolución de este director de cine: los lettering propios del mundo del cómic, imprecisos pero originales, del Almodóvar inicial van dando paso poco a poco a elecciones tipográficas más elegantes y equilibradas. Entre ambas etapas hay un poco de todo, entre ellas la histórica colaboración recurrente con el diseñador argentino Juan Gatti, hasta el punto de que muchos han establecido entre ambos un paralelismo con la célebre colaboración entre Alfred Hitchcock y Saul Bass [enlace al artículo «Las fuentes de Alfred Hitchcock»].
Antes de pasar a comentar las fuentes y el lettering de las películas más conocidas de Pedro Almodóvar —desde Mujeres al borde de un ataque de nervios hasta ¡Átame!, pasando por su última película, Dolor y gloria— te proponemos, como acostumbramos a hacer, un primer repaso a algunos de los títulos más memorables.
¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Una comedia oscura y muy particular, así como uno de los mejores ejemplos de los inicios de Almodóvar, ¿Qué he hecho yo para merecer esto? salió en 1984 y es una película transgresora y muy irónica. No te vamos a contar mucho más: digamos simplemente que, a lo largo de la trama, se cometerá un homicidio usando un arma muy particular.
El lettering de los créditos iniciales nos transmite una de las primeras pasiones de Pedro Almodóvar: los cómics. De hecho, antes de convertirse en un famoso director de cine, cuando trabajaba en Telefónica —su principal empleo durante nada menos que 12 años—, el joven Pedro publicaba cómics en las revistas underground, además de interesarse por el teatro de vanguardia, la escritura y, obviamente, el cine.
Quizás precisamente por este motivo, los créditos iniciales de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? emplean un lettering de clara inspiración en los cómics, por sus formas, sus colores y el batiburrillo de estilos distintos puestos uno junto a otro, hasta llegar al enorme título principal, en negro sobre fondo rojo, que se introduce en la pantalla deslizándose rápidamente.
El responsable del diseño de los créditos es Iván Zulueta, artista y director de cine español, que afirma haberse inspirado en los rótulos de las botellas de los detergentes.
Mujeres al borde de un ataque de nervios
Mujeres al borde de un ataque de nervios, que salió en 1988, es una irreverente comedia de Pedro Almodóvar que entrelaza con ironía varias historias. Sus protagonistas absolutas son las mujeres, objeto recurrente de los relatos y homenajes del director español.
En este caso, lo que nos introduce en el mundo femenino son los maravillosos créditos iniciales, que marcan el comienzo de la histórica colaboración entre Pedro Almodóvar y el diseñador argentino Juan Gatti.
En contraste con la profundidad psicológica de las protagonistas del largometraje, los créditos son un irónico concentrado de los elementos femeninos más evidentes e ingenuos. Juan Gatti une en un astuto collage recortes y detalles tomados de revistas de moda de los años sesenta: siluetas elegantes, una flor, el lápiz de labios, un zapato de tacón…
Incluso el tipo de fuente utilizado en los créditos es el típico de las revistas del corazón de la época: el Bauer Bodoni, inspirado en los originales caracteres creados por Giambattista Bodoni que revolucionaron el mundo de la tipografía a finales del siglo XVIII (también por este motivo consideramos a Bodoni como uno de los cinco inventores que revolucionaron la imprenta.
La fuente Bauer Bodoni fue diseñada en 1926 por Heinrich Jost, director artístico de la histórica fundición Bauer de Frankfurt. Esta se considera una de las interpretaciones más delicadas de los caracteres Bodoni y de uso muy frecuente, utilizándose sobre todo en las revistas de la prensa rosa.
Una última curiosidad: para confeccionar estos espléndidos créditos iniciales, Pedro Almodóvar y Juan Gatti usaron la truca, una particular impresora para películas de cine muy en boga en esa época para crear pequeños efectos especiales.
https://www.youtube.com/watch?v=AaU8jkCSDY8&ab_channel=RaquelMoreno
¡Átame!
¡Átame!, que vio la luz en 1990, es una comedia romántica a su manera en la que Pedro Almodóvar trata algunos de los temas más importantes para él de sus primeras películas: el deseo, el amor y la obsesión. Efectivamente, la película cuenta, de manera bastante irreverente, la relación entre una actriz y su secuestrador.
También en esta película, Pedro Almodóvar recurre a la colaboración de Juan Gatti para el diseño de los créditos. Nacido en Argentina y formado en Nueva York, Gatti era uno de los diseñadores más estimulantes en activo en esa época. La relación entre ambos se asemeja mucho a la establecida entre Alfred Hitchcock y el diseñador neoyorkino Saul Bass [enlace al artículo «Las fuentes de Alfred Hitchcock»]. En ambos casos, se trata de colaboraciones duraderas —Gatti trabajará para los créditos y carteles de hasta 11 películas de Pedro Almodóvar— entre personalidades extremadamente creativas y, a su manera, geniales. «A veces no estamos de acuerdo —cuenta Gatti en una entrevista—: ambos podemos ser obsesivos y cabezones. Pero al final son estas diferencias las que hacen que la obra final sea mejor».
Ironías del destino, en los créditos iniciales de ¡Átame! y en el cartel de la película Juan Gatti rinde homenaje abiertamente precisamente al trabajo de Saul Bass. El irregular carácter palo seco del lettering, de un color azul claro resplandeciente y casi propio de los cómics, reproduce explícitamente algunas de las obras más famosas del artista americano: Anatomía de un asesinato y El hombre del brazo de oro de Otto Preminger.
Siguiendo con los homenajes, también observamos que el lettering creado por Juan Gatti aparece sobre una serie de imágenes que reproducen el Corazón de Jesús y María, casi como en una obra de Andy Wahrol. Una elección improvisada en el último momento por Almodóvar.
Julieta
Lanzada en 2016, Julieta es una de las películas de Almodóvar en su época de madurez y fama. A través de repetidos flashbacks, la película cuenta las vicisitudes de una madre y una hija a lo largo de tres décadas. La irreverencia deja paso a la melancolía y a elementos como el silencio, el abandono y la ausencia. Desde el punto de vista tipográfico, los letterings más vistosos ceden el paso a fuentes más equilibradas.
En la película, los destinos de madre e hija, de la joven y de la mujer madura, parecen unirse. De esta idea parte el cartel de la película, creado por el estudio gráfico madrileño Barfutura: lo que une las fotografías de las dos mujeres es un potente título central. «Buscábamos un tipo de fuente elegante, fuerte, de alguna manera distinto. Además, necesitábamos ese tipo de fuente porque, al estar compuesto por una sola palabra, el título tenía que resaltar la fuente», explican en una entrevista los creadores del cartel acerca de la elección del tipo de fuente.
La fuente elegida fue ITC Grouch, que también se usó en los créditos iniciales de la película.
El ITC Grouch es una fuente con gracias de alto contraste —es decir, con una gran diferencia de grosor entre las líneas gruesas y las líneas finas de los glifos— diseñada en 1970 por Tom Carnase y Ronne Bonder. Como recordarás, en nuestra serie de artículos sobre fuentes y directores de cine ya hablamos de Tom Carnase. En efecto, el tipógrafo, docente y diseñador gráfico estadounidense creó la fuente ITC Busorama que usó Quentin Tarantino para los títulos de Pulp Fiction.
Dolor y gloria
Dolor y gloria salió en 2019 y actualmente es la última película de Pedro Almodóvar. Es un largometraje sobre el acto de la creación y cuenta la historia de un director de cine de edad ya avanzada que debe afrontar su salud, la imposibilidad de rodar más películas y las pasiones nunca satisfechas del pasado.
Para Pedro Almodóvar, «Dolor y gloria» representa de alguna forma un regreso al pasado: en ella recupera a algunos de sus actores históricos, como Antonio Banderas y Penélope Cruz, pero también una nueva colaboración con Juan Gatti para los créditos de la cabecera (de hecho, la última vez que habían trabajado juntos fue en 2011 para La piel que habito).
Los títulos nos transportan inmediatamente a un mundo de arte y creatividad. Las fantasías sobre el fondo —azul claro, rosa, verde, rojo— poco menos que nos hipnotizan y recuerdan mucho a la marmolización, una técnica decorativa sobre papel que imita las vetas de color visibles en una superficie de mármol. Una curiosidad: la técnica se creó en Asia, se difundió a través del mundo islámico y llegó a Europa a través de los talleres de encuadernación venecianos del siglo XVI, que la usaban para forrar libros y demás objetos.
Sobre este fondo iridiscente aparecen los créditos iniciales en un rectángulo écru blanco bruto. También en este caso, el carácter tipográfico elegido es uno de los más equilibrados y usados: el Futura.
El Futura es uno de los caracteres tipográficos más apreciados y usados del mundo. Es una fuente moderna y geométrica, inspirada en los elementos visuales de la corriente Bauhaus. Fue diseñada por el alemán Paul Renner en 1927, inicialmente para ser utilizada en el contexto del Neues Frankfurt (en español, Nueva Frankfurt), un proyecto arquitectónico modernista que se llevó a cabo en la ciudad alemana a finales de los años veinte. ¿Sabías que también es el carácter fetiche de otro director de cine?
De esta forma, hemos visto cómo el diseño de los títulos representa en la filmografía de Pedro Almodóvar un detalle no secundario. A la hora de tomar decisiones gráficas y tipográficas, Almodóvar siempre ha recurrido a colaboradores excepcionales, como el artista Juan Gatti. Por otra parte, los pocos segundos que duran los títulos de cabecera tienen una función nada desdeñable: crear un paréntesis en nuestro mundo cotidiano y prepararnos para sumergirnos en el universo mágico de sus películas.