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La introducción de la autoedición o desktop publishing (DTP)
La introducción de la autoedición o desktop publishing ha sido uno de los acontecimientos que ha revolucionado más profundamente la profesión de diseñador. La facilidad y la rapidez de reproducción de imágenes y la posibilidad de combinar textos e imágenes sin esfuerzo hicieron que, en poco tiempo, los ordenadores equipados con programas de autoedición sustituyeran los métodos de composición usados hasta entonces. A partir de la década de 1980, el simple hecho de tener un ordenador y una impresora digital hizo posible una producción casera, sin necesidad de conocimientos ni equipos específicos: algo imposible hasta aquel momento.
Por una parte, la autoedición democratizó la práctica y aceleró el proceso, permitiendo experimentos mucho más rápidos. Por otra parte, determinó un alejamiento progresivo de los diseñadores respecto al proceso de producción y creó una división entre fases de concepción y realización de los diseños.
El retorno de la impresión con tipos móviles
La composición tipográfica tradicional con tipos móviles, que con algunas modificaciones ha sido el estándar de producción de cada material impreso durante más de cuatro siglos, pronto fue reemplazada por la fotocomposición y la impresión offset primero, y por la autoedición y la impresión digital después.
Cajones llenos de caracteres de metal y madera de distintos cuerpos y fuentes, materiales para la composición y maquinaria de todo tipo —desde la prensa tipográfica hasta la linotipia y la monotipia— se convirtieron de la noche a la mañana en objetos obsoletos y engorrosos.
Sin embargo, en los últimos años se ha redimensionado la estética digital basada en la repetibilidad y la regularidad. Ahora, técnicas y materiales que pertenecían al mundo analógico de la impresión han vuelto a introducirse en la producción gráfica. Tras un par de décadas en el olvido, las máquinas y los materiales de la impresión con tipos móviles se han recuperado con un nuevo objetivo.
La impresión con caracteres móviles es muy laboriosa y costosa con respecto a otros métodos; pero, si se ejecuta correctamente, el resultado final tiene un grado de detalle y un encanto incomparables.
No obstante, el valor de la impresión con tipos móviles a día de hoy no reside solo en los resultados que pueden obtenerse, sino en el método de diseño: de hecho, el desarrollo de una idea de composición se produce mediante la manipulación de objetos físicos —con su forma, peso y color— que deben colocarse en rejillas de metal, donde los mismos espacios en blanco son objetos en la tipografía tradicional.
El valor educativo de los tipos móviles
La composición con tipos móviles implica la necesidad de abstraer el espacio visual y visualizar un resultado en nuestra mente, sin la necesidad de una respuesta inmediata en la pantalla. Efectivamente, el aspecto educativo del uso de técnicas de producción gráfica ya en desuso ha sido evidenciado en varias ocasiones por profesores y diseñadores. Los límites físicos que impone la dureza de los materiales no restringen la creatividad, sino que más bien la estimulan, animando a encontrar soluciones a través de la manipulación de las propias herramientas. Varias universidades, como la Royal College of Art y la London College of Communication, ambas en Londres, y la School of Arts de Nueva York ofrecen talleres muy bien equipados y cursos específicos para aventurarse en el mundo de los tipos móviles.
Experimentos que miran hacia el futuro de la impresión con tipos móviles
Máquinas que, a principios de este tercer milenio, se vendían por unos pocos cientos de dólares para liberar espacio, ahora valen fácilmente decenas de miles. Muchos diseñadores y artesanos previsores han logrado, a lo largo de los años, recuperar equipos de al´tísimo nivel y crear su propio taller, como es el caso de la Officina Tipografica Novepunti de Milán o de New North Press y de Thomas Mayo en Londres. Una fuente inagotable de inspiración para los amantes de los tipos móviles es el Type Archive, dotado de una conocida colección de numerosas formas originales, punzones y matrices de algunas de las fundiciones de tipos de madera y metal más famosas del mundo.
No nos enfrentamos a una recuperación nostálgica de las artes perdidas, sino a un redescubrimiento dirigido a explotar las técnicas tradicionales de una manera innovadora, combinando tecnologías antiguas con nuevos contenidos e ideas y utilizando la tipografía como un lenguaje expresivo, no como una herramienta utilitaria. Así, el uso de los tipos móviles se adapta a una comunicación moderna. El trabajo de Alan Kitching, diseñador y profesor inglés conocido a nivel internacional por su innovador uso de los tipos de madera y metal, es, sin duda, un ejemplo excelente. Alan Kitching comienza su aprendizaje como compositor en una imprenta siendo todavía muy joven: aquí es donde entra en contacto con el diseño moderno y se empieza a interesar por la tipografía. En 1988, Kitching comienza su propio negocio. «No sabía lo que iba a hacer, pero quería comprar la prensa tipográfica y los caracteres e ir a imprimir a algún lado», recuerda de aquella época. También asume el papel de ayudante de tipografía en la Royal College of Art, donde transmitirá a varias generaciones de estudiantes el arte de la impresión con tipos móviles, manteniéndola viva y transformándola en una nueva forma expresiva.
Los trabajos de Kitching van desde proyectos personales hasta trabajos comerciales. Entre sus clientes figura The Guardian, para el cual lleva realizando trabajos tipográficos más de 14 años, atestiguando cómo la impresión con tipos móviles no se presta a ser apreciada solo por un nicho de mercado específico, sino también por el gran público. Usando tipos móviles de madera, aprovechando la superposición, la materialidad de la tinta y la textura de la madera, Kitching ha creado diseños que están a caballo entre la tipografíay la ilustración.
Otra investigación muy interesante es la llevada a cabo por Dafi Kühne, diseñador gráfico y tipógrafo de Zúrich, que combina el diseño gráfico contemporáneo con técnicas antiguas. Desde 2009 trabaja en su estudio Babyinktwice, en el que diseña e imprime sus diseños de papel para varios clientes. Junto a su ordenador, utiliza prensas manuales de los años 60 para la impresión térmica, caracteres de madera y plomo, máquinas para el corte láser de madera, metacrilato, linóleo, tablas de fotopolímeros… Las numerosas herramientas y máquinas que usa permiten al diseñador tener un control total de todo el proceso de diseño y producción, de los colores, el papel, la presión y la tinta. El objetivo de Dafi Kühne es, sencillamente, encontrar las herramientas adecuadas para hacer realidad sus ideas y responder a las necesidades de sus clientes. Un proyecto de Kühne puede partir de una inspiración analógica, que luego elabora en el ordenador para producir una matriz de impresión, que se realizará con diferentes herramientas y luego se usará en las prensas tipográficas para imprimir.
Un experimento que integra y combina la impresión tradicional con tecnologías modernas es también la base del proyecto A23D (citado y descrito también aquí), una fuente con tipos móviles impresa en 3D, ideada por Richard Ardagh, diseñador y socio de New North Press, diseñada por A2-Type y realizada físicamente por los especialistas en creación de prototipos de Chalk Studios.
No solo la impresión con tipos móviles no es contraria al diseño con herramientas digitales, sino que, como demuestran los ejemplos citados, adquiere una nueva vida precisamente debido a las posibilidades expresadas por las nuevas tecnologías.