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Si la primera parte sobre identidad de marca despertó tu curiosidad, es probable que trabajes en una pequeña o mediana empresa o que seas autónomo (en España, las pymes y los autónomos representan más del 90 % del total de empresas y la mayoría de las pymes tienen un máximo de 9 empleados).
Puede que siempre hayas pensado que estos razonamientos de marketing solo interesan a las grandes empresas. Sin embargo, todas las empresas están en el mercado y el marketing está afecta a cualquier cosa que suceda en el mercado. Por tanto, la identidad de marca también está relacionada con tu empresa, por pequeña que sea. Voy a intentar darte algunos consejos para gestionar bien (o al menos empezar a ocuparte de) tu imagen corporativa.
1.Habla de ti, date a conocer: construye tu imagen a partir de una historia
A menudo, las empresas olvidan la importancia de su historia: ¿cuántas empresas, negocios familiares y profesionales tienen una historia interesante que contar? Más de las que pensamos.
Piensa en lo romántica que es la historia de los bombones Baci («besos») de Perugina y de su creadora Luisa Spagnoli (sí, la de la marca de moda femenina).
Si no la conoces, te aconsejo que la leas. Una vez que la conozcas, te gustarán todavía más estos bombones, porque parecen totalmente el fruto de un amor clandestino, nacido en una pequeña fábrica de chocolate de Perugia, Italia. Si eres un profesional, podrías tener una historia increíblemente variada y nada lineal para contar, o un recorrido recto como una línea: en ambos casos, ¡encuentra en tu historia tus puntos fuertes! Y trata de darlos a conocer al público. Tu historia es lo que te hace único y te diferencia en el mercado del resto de competencia que se dedica a lo mismo.
2.Las ventajas de tus servicios o productos
Es importante saber definir bien cuáles son los beneficios que se ofrecen a los clientes: a menudo uno se concentra en la descripción de un producto o servicio, usando tecnicismos, sin pensar en cuáles son realmente las utilidades o ventajas que interesan a quienes los adquieren. Este es un paso decisivo para entenderse a uno mismo y, de esta forma, hacer que te entiendan mejor los clientes.
Verte desde fuera, saber cómo te percibe el público y si comprende o no lo que comunicas es un paso que se da por descontado y, sin embargo, muchas empresas no se aseguran de hacer estas comprobaciones. Como consecuencia, la identidad de marca resulta estéril y queda desconectada de sus actividades productivas. La identidad de marca está en la historia particular, pero también en las ventajas que el producto o servicio aporta a los clientes.
Desde el punto de vista técnico, significa que hay que trabajar, y mucho, en los contenidos textuales: son la base para crear el sitio web y después usarlos en los distintos productos de la imagen corporativa como los folletos, los informes y todo el material informativo de la empresa.
3.Cuidar la imagen
La identidad de marca también se compone, y en gran parte, del aspecto visual. ¿Cómo se ven desde fuera la empresa y sus productos? ¿Cómo se percibe a la empresa o al profesional cuando se mira su comunicación visual?
Hace falta cuidar las imágenes en su totalidad: desde las fotografías de los perfiles y la sede corporativa hasta las imágenes que viajarán por las redes sociales, desde la imagen coordinada (logotipo, tarjetas de visita, folletos, etc.) hasta los materiales de papelería y los artículos promocionales.
La empresa no está hecha solo de productos, sino de un lenguaje visual continuo y coherente para comunicarse con el mundo exterior.
El mundo de los profesionales y de las empresas pequeñas tiende a no cuidar este aspecto, dando preferencia a las relaciones públicas o la publicidad, pero es un poco como si pretendiésemos hablar con una persona, cuidar el lenguaje, medir las palabras y tratar de persuadirla… mientras estamos vestidos de cualquier manera, despeinados y en zapatillas. Esta es la impresión que algunas empresas y algunos profesionales trasmiten.
4.Consolidar la identidad de marca con productos de comunicación sencillos
Como ya hemos comentado antes, a veces basta con pequeñas inversiones para transmitir de la manera adecuada la identidad de marca: hacer buenas tarjetas de visita, folletos corporativos, realizar tarjetas de felicitación, lonas y pósteres para decorar los espacios de trabajo o de venta, producir material informativo para el público… Y también mejorar el sitio web con las historias y la información adecuadas. Hay muchas formas de comunicar y cada empresa o profesional debe encontrar las herramientas más coherentes para construir su imagen. Los medios para hacerlo hoy en día son muchos, y muchas son también las posibilidades de darse a conocer y de mostrarse al público, despertando una sensación de claridad y coherencia al hablar de la empresa, su historia y sus productos.
5.Ponerse siempre en manos de profesionales
Textos poco cuidados, diseños sosos, impresiones en materiales demasiado baratos, sitios web que funcionan mal… Todo ello empeora, más de lo que uno se pueda imaginar, la reputación de una empresa. Por este motivo, siempre es importante contar con profesionales expertos que puedan guiarnos de la mejor manera posible y colaborar para crear buenos productos.
La cuestión de la identidad de marca es más compleja de lo que hemos contado en este artículo, pero no cabe duda de que toda empresa o profesional debe saber que la construcción de su imagen de cara al público, los clientes y los consumidores pasa por un conjunto de acciones que contribuyen a mejorarla o empeorarla y que la comunicación no es solo publicidad —venta directa de servicios o productos—, sino también conversación e información. Lo importante es darse cuenta de que la identidad de marca transmitida influye en la decisión de compra de los productos y servicios, y por este motivo se construye y corrige en el transcurso del tiempo.
¡Suerte!