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Nos jugamos lo que sea a que tenéis algún producto de la empresa de la que vamos a hablar hoy. Aunque sea solo un lápiz pequeño para tomar apuntes. Hoy vamos a hablar de Ikea, vamos a analizar la historia de una de las ideas empresariales con más éxito de la historia y analizaremos la evolución de su logo.
¿Cómo nació Ikea?
Lo del lápiz no lo hemos mencionado porque sí, ya que la historia de esta empresa comenzó, de hecho, con productos de papelería. Nos encontramos en Småland, provincia histórica del sur de Suecia, la tierra que vio nacer a Ingvar Kamprad. En 1943, con solo 17 años, este ingenioso adolescente decide fundar una empresa que vende bolígrafos, carteras, marcos y productos similares. La llama Ikea, que es el acrónimo de las iniciales de su nombre y su apellido, junto a Elmtaryd y Agunnaryd, la finca y el pueblo que le vieron crecer.
Para aquellos que no conocen la zona, no viene mal hacer un apunte: Småland es una región alejada y pedregosa, no se puede cruzar con demasiada facilidad. El hecho de estar desconectada de las grandes ciudades, su limitación, pasa a ser la motivación del joven Ingvar Kamprad para encontrar soluciones innovadoras. En primer lugar, el catálogo de Ikea, inventado precisamente para dar a conocer la empresa más allá de los confines de Småland. El primer catálogo se publicó en 1951, cuando la empresa ya había incluido muebles en su oferta.
Sería curioso hojearlo a día de hoy: encontraríamos muebles de estilo de los años 50, con un diseño refinado y precios muy competitivos, unos rasgos que aún hoy distinguen a la empresa.
Otra innovación también fue la forma de entrega de los productos. De hecho, los famosos «paquetes planos» son una invención «hecha en Ikea». Esta idea también surge a partir de una limitación: la dificultad, también en términos económicos, de enviar muebles grandes. A partir de aquí, llega la intuición: en 1956, Ikea empieza a vender muebles desmontados en paquetes planos. Los mismos que se utilizan a día de hoy.
La evolución del logo de Ikea
Acabamos de mencionar que la forma de envío de los productos es una de las grandes innovaciones de Ikea. Ahora nos resulta mucho más evidente por qué el logo de 1951 se asemeja a un sello de cera de color burdeos (por aquel entonces, los sellos de cera se utilizaban para cerrar cartas y paquetes de valor antes de su envío). En el centro del logo, vemos el nombre de la empresa en cursiva y, en la parte exterior, la frase «kvalitets garanti», que significa «calidad garantizada». Esta frase tiene su razón de ser: la empresa aún es bastante desconocida, sus productos cuestan poquísimo y la venta a través de catálogo no permite comprobar con la mano la calidad de los muebles. Por ese motivo, para que no se realizara la asociación «precio bajo = calidad baja», Ikea enfatiza este aspecto a través del logo.
En 1954, el logo cambia: desaparece la especificación sobre la calidad y lo único que permanece es el nombre sobre un fondo marrón con bordes irregulares. El texto está escrito en diagonal y le da dinamismo al logo. Se utilizan las mayúsculas y una tipografía bastante gruesa para enfatizar la solidez de la empresa.
En 1967, Ikea elige un logo que ha permanecido casi inalterado hasta el día de hoy. Aquí ya vemos las dos formas geométricas que conocemos muy bien: el rectángulo y la elipse. El logo es en blanco y negro, y la tipografía es gruesa con bordes estilizados y esquinas puntiagudas.
Pasan los años, cambian los colores, pero el logo permanece prácticamente sin cambios: tras un breve periodo en rojo (1981-1983), el logo de 1983 ya es amarillo y azul. Son colores que nos recuerdan a la bandera sueca, pero no exclusivamente: el amarillo es el color de la positividad, de la energía y que estimula la acción; el azul transmite confianza y fiabilidad, y tiene un efecto tranquilizador. Los colores tienen su propio poder comunicativo.
Los cambios posteriores son muy pequeños, casi imperceptibles, y tienen como objetivo favorecer la legibilidad y la reproducción del logo. Por lo demás, el logo sigue siendo el mismo hasta el día de hoy.
Sencillez, inmediatez y reconocimiento. Estas son las tres palabras claves del logo de Ikea.