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¡Cuesta creer que un simple papel o vinilo con reverso adhesivo pueda hacer tanto! También se sorprende Shepard Fairey, el artista que probablemente transformó por primera vez un simple adhesivo en una obra de arte: lo afirma él mismo al principio de su ensayo de 2003, en el que cuenta cómo estaba fascinado por las pegatinas como forma expresiva.
Es la década de 1980, época en la que las pegatinas empiezan a difundirse entre skaters y punks estadounidenses. Los chicos parecen obsesionados con las pegatinas, empiezan a pegarlas en sus mesas y en su ropa: son logotipos, etiquetas e imágenes que ofrecen la posibilidad de repetirlas y difundirlas miles de veces. Hoy tenemos un término muy conocido para todo esto: imágenes virales.
Es en el ambiente de los skaters donde nació la primera imagen viral en formato pegatina: representa a un luchador francés y una frase críptica. La imagen «Andre the Giant Has a Posse» en pocos años estaba pegada en cientos de ciudades de todo el mundo. ¡Así es como fue!
OBEY GIANT: la primera obra de arte en forma de pegatina
Fue en 1989 cuando Shepard Fairey, un estudiante de la escuela de diseño de Rhode Island, creó la primera pegatina «Andre the Giant Has a Posse». La pegatina representa al luchador francés Andre the Giant. Junto a su característica imagen, están anotadas su altura y su peso (2,24 metros y 236 kg) y la frase críptica «Andre the Giant Has a Posse».
Shepard empezó a propagar la pegatina por la ciudad de Providence, Rhode Island: le llevó todo un verano. Luego se apuntaron amigos y artistas de otras ciudades y, en pocos meses, Shepard se encuentra reproduciendo a mano miles de pegatinas. Opta por varias soluciones técnicas hasta que da con la que más le conviene: pegatinas de serigrafía impresas en vinilo. Se calcula que desde 1989 hasta 1996 produjo millones de ellas. Después de 1996, decide imprimirlas externamente: todavía hoy en día se puede pedir (solo en Estados Unidos) una pegatina a través del sitio web de Shepard Fairey.
Con el tiempo, la imagen original se modificó y en la parte inferior aparece escrito con frecuencia OBEY o OBEY GIANT.
Arte accesible y democrático
«Creo que el arte debe ser accesible y democrático —escribe Shepard Fairey en una entrada reciente en su página de Facebook—; el arte callejero es una parte importante de este enfoque, pero también uso diferentes enfoques, como impresiones a buen precio, camisetas, Internet, etc. Quiero llegar a la gente con mi arte de tantas formas como sea posible».
Sin duda, las pegatinas han sido para él un medio fundamental. Tanto que, en 2008, creó otra imagen icónica —Barack Obama Hope— que se difundió ampliamente gracias también a las pegatinas.
La accesibilidad y la relación con el tejido urbano parecen características fundamentales para la pegatina artística que, como el resto del arte callejero, se mueve en la delgada línea gris entre la legalidad y la ilegalidad. La pegatina es algo liberador y fácil de pegar por las calles incluso de día (a diferencia de los grafitis).
Pero ¿qué comunican las pegatinas? Dejamos que respondan a esta pregunta los propios artistas. A continuación, una frase de Dave Kinsey, artista y diseñador gráfico, en el ensayo de Fairey de 2003: «me gustan las pegatinas porque dejan una marca que puede influir en el humor de la gente, hacer que les surja un pensamiento e inspirar una reacción. Me gusta la idea de que mis pegatinas pasen a formar parte de un movimiento de la calle al ser vistas por la gente».
En resumen: parado frente a un semáforo, uno se encuentra con una imagen que no es obvia… que quizá se ha visto en otras partes de esa u otra ciudad. La imagen nos presenta un desafío y estimula nuestra imaginación. Por ello, incluso de un simple trozo de papel con pegamento detrás, se puede nacer arte. Toma nota: ¡las pegatinas podrían ser la forma más adecuada para tu creatividad!
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