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El artista canadiense que transforma viejas enciclopedias en fascinantes paisajes, trabajando el papel con una arenadora
Resumen
Los paisajes de papel de Guy Laramée
Entre la antropología y el arte: una investigación continua
La erosión de la cultura
Guy Laramée es un artista canadiense que transforma libros y viejas enciclopedias en paisajes fascinantes con una técnica muy poco convencional.
Lo hace mediante una arenadora, una máquina que utiliza aire comprimido para pulir o eliminar materiales sobre superficies metálicas o de piedra. Sin embargo, Laramée ha metido libros en la arenadora, «excavando» dentro de las páginas para dar vida a verdaderas obras de arte. Tras ese paso, pinta, entinta y colorea los libros esculpidos.
La primera idea de crear estos increíbles paisajes de papel surgió en 1999. Desde entonces ha creado decenas de obras utilizando esta innovadora técnica.
Entre la antropología y el arte: una investigación continua
Antes de que el artista empezara a crear obras con esta técnica, se aventuró en muchos otros campos. Durante sus más de 30 años de práctica, ha trabajado en el campo de la escritura y la dirección teatral, la composición de música contemporánea, el diseño y la construcción de instrumentos musicales, el canto, la videografía, la escenografía, la escultura, la instalación, la pintura y la literatura.
Con sus obras ha logrado ganar más de 30 becas y sus trabajos han sido expuestos en Estados Unidos, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza, Japón y Latinoamérica.
Sin embargo, no todo fue sobre ruedas: «A los 42 años volví a estudiar porque, lo admito abiertamente, estaba totalmente perdido. Después de 20 años de carrera como compositor de música sentí la necesidad de parar, me era imposible continuar», declaró el artista durante su charla en TEDx.
La dificultad que experimentó Laramée se refería precisamente a su investigación artística. Una vez terminada una obra, llegaba el desánimo. Obra tras obra, no encontraba un sentido a su trabajo, un problema o propósito central, una motivación para continuar, hasta el punto que pensó: «¿La imaginación es una enfermedad?». Esto, como ocurre con todos los artistas, se refleja en la vida misma: ¿cuál es el propósito del arte? ¿Cuál es el propósito de vivir?
Su investigación lo impulsó a obtener simultáneamente dos títulos: uno en Antropología y otro en Artes Visuales.«En antropología estudié mi clase de artes visuales, esta extraña tribu de artistas, adictos a la imaginación. En artes visuales estudié mi clase de antropología, esa otra extraña tribu de académicos, adictos al conocimiento. Al final, mi tesis de antropología se puede resumir en una frase: “No hay justificación real en el arte más que la práctica del arte en sí”».
Con este conocimiento, decidió hacer algo que él mismo definió como «tontería».
«Estaba haciendo una escultura en un taller metalúrgico y en un rincón vi una pequeña arenadora. En ese momento tuve una idea extraña: ¿qué pasaría si pongo un libro en esa arenadora? Lo hice enseguida, introduje el libro, me puse los guantes y… ¡bingo! En unos segundos nació el proyecto «Biblios». Vi el viento esculpir dunas y acantilados, vi civilizaciones siendo barridas y transformadas en nuevas, vi la cultura devuelta a la naturaleza».
El proyecto «Biblios» engloba una serie de obras con esta técnica, pero en el fondo también hay una historia que da sentido a todo, concebida por el propio Laramée, que habla de una cultura antigua formada por personas que viven en los libros. Estas personas cavan túneles en los libros para unir palabras y adquirir más conocimientos, pero en un momento dado los túneles se vuelven demasiados y esta cultura se derrumba bajo el peso de sus conocimientos. Una metáfora que está en el corazón de toda esta producción artística.
Además del proyecto «Biblios», Laramée ha trabajado en muchas otras obras similares, como la serie «The Great Wall» y «Adieu». En la base de sus obras, a menudo hay una crítica a la ideología del progreso, especialmente fuerte en las culturas occidentales.
La erosión de la cultura
Con estas obras, el artista enuncia los significados que quiere transmitir: el tema central es la «erosión de la cultura». Así lo expresó el propio Laramée:
«Las culturas emergen, se vuelven obsoletas y son reemplazadas por otras nuevas. […] Se nos dice que el libro de papel está condenado a morir. La biblioteca, como lugar, está acabada. Cabría preguntarse: ¿y entonces? ¿Creemos realmente que las nuevas tecnologías cambiaran realmente algo de nuestro dilema existencial, de nuestra condición humana? E incluso si pudiéramos cambiar el contenido de todos los libros del mundo, ¿cambiaría eso algo en relación con el dominio del conocimiento analítico sobre el conocimiento intuitivo? ¿Qué hay en nosotros mismos que insiste en transformar el fluir de la experiencia en conceptos?».
Sus obras, por lo tanto, surgen de la idea de que el conocimiento último podría provenir de una erosión, más que de una acumulación. Y que, por tanto, la enorme cantidad de información resultante de los nuevos medios de comunicación y de la tecnología es solo una acumulación superflua.
«Por ello, esculpo paisajes de libros y pinto paisajes románticos. Las montañas del conocimiento en desuso vuelven a ser lo que realmente son: montañas. Se erosionan un poco más y se convierten en colinas. Después de eso, se aplanan y se convierten en campos donde aparentemente no pasa nada. Montones de enciclopedias obsoletas pasan a no necesitar decir nada, a simplemente ser. […] Después de 30 años de práctica, lo único que quiero para mi arte es esto: proyectarnos en esta densa “nube de ignorancia”».
El arte de Guy Laramée nos recuerda que la cultura y el conocimiento son elementos valiosos que hay que cuidar, pero no necesariamente acumular vorazmente. Su capacidad para transformar libros en obras de arte nos permite reflexionar sobre cómo se usa y almacena la información disponible para la humanidad. Y, tal vez, sobre cuáles de estos conocimientos son realmente dignos de ser preservados y compartidos con las generaciones futuras.