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Ya falta poco para la noche de Halloween… ¿Qué mejor momento para desempolvar un buen clásico del cine de terror?
¡Nosotros lo hacemos a nuestra manera, claro! Hemos buscado cinco obras maestras del cine de terror que forman parte del imaginario colectivo, no solo por sus estremecedoras escenas, sino también por el uso de fuentes y lettering fuera de lo convencional, ya sea en el cartel oficial o en los títulos de la película.
En este breve repaso veremos el lettering expresionista de la inolvidable Nosferatu; la fuente años ochenta de la película de culto Halloween, de Carpenter; una anécdota particular sobre Stanley Kubrick y su película El resplandor… ¡Pero no queremos desvelarte ya demasiados detalles! Como en las buenas películas de terror: un poco de suspense no hace daño.
Halloween, de John Carpenter
Fue en 1978 cuando salió una película de terror que rápidamente se convertiría en un culto, sentando las bases de todo un género. Hablamos de Halloween de John Carpenter.
El lanzamiento de la primera película de terror fue acompañado de un cartel que pronto pasó a formar parte del imaginario colectivo. Incluye todos los elementos característicos del género: un cuchillo afilado y empuñado por una mano desconocida, una calabaza encendida y amenazadora, una frase escalofriante y, en la parte superior, el título de la película: Halloween.
El título aparece en blanco con el contorno naranja sobre un fondo negro: es pesado y gótico pero, al mismo tiempo, moderno. Sin duda, es inquietante y puede que ese fuera el motivo por el que se convirtió en un icono, sobre todo en los ochenta. De hecho, esa misma fuente se usó después en muchas otras películas de terror de esa década.
La fuente usada para Halloween de Carpenter es ITC Serif Gothic Heavy, creada por el diseñador estadounidense Herb Lubalin y el italiano Tony DeSpigna en 1972. Se trata de un carácter híbrido que combina la sencillez del estilo gótico con la elegancia de los caracteres romanos. La misma fuente en su versión estándar también se usó en películas menos cruentas, como en los últimos episodios de la saga de Star Wars: Los últimos Jedi y El despertar de la Fuerza.
Nosferatu, de Friedrich Wilhelm Murnau
La larga sombra de Nosferatu, el vampiro cuya silueta se alarga sobre las paredes mientras sube las escaleras para llegar a su víctima… A pesar de tener ya casi un siglo de vida, el clásico de terror Nosferatu todavía logra angustiarnos.
Gran parte del encanto de la película se basa, entre otras cosas, en el toque estético heredado de los principales movimientos artísticos de la época: el expresionismo alemán, el art nouveau y el art déco. Encuadres lúgubres e inquietantes, arquitecturas frías, claroscuros acentuados… Y, por supuesto, ¡la atmósfera lúgubre de la película, que se complementa maravillosamente con la fuente utilizada para el título!
El carácter usado es Berthold Herold Reklameschrift BQ, diseñado en 1901 por el alemán Heinz Hoffmann, quien, en aquella época, trabajaba en Berlín en la fundición tipográfica Berthold AG. Es una fuente que presenta las características del art nouveau y emplea caracteres góticos que en realidad eran muy populares en la Alemania de la época. De hecho, si traducimos el nombre de la fuente, su aura lúgubre desaparece inmediatamente: ¡es simplemente texto para publicidad!
Aquí puedes encontrar una versión digital de Berthold Herold Reklameschrift BQ.
El resplandor, de Stanley Kubrick
Que Stanley Kubrick era perfeccionista y extremadamente puntilloso es algo bien sabido. ¡Pero puede que pocos sepan que sus duras exigencias también se referían al lettering y los carteles de sus películas! Hay una anécdota sobre una de sus obras maestras: la película de suspense psicológico El resplandor.
La adaptación cinematográfica de la novela de Stephen King llegó a los cines en 1980. Si se piensa en la escena inicial, es difícil no verse atrapado en una angustia particular: un plano muy largo sigue al coche de la familia mientras avanza por un paisaje montañoso y perdido; la música recalca preocupación, pero el toque final lo aporta la fuente escogida. Una Helvética neutra que contrasta con todo el resto, pero que tiene un elemento perturbador: el color. Aquí puedes ver la secuencia completa.
El carácter usado en el cartel para el título se le encargó a Saul Bass y la anécdota es precisamente sobre él. Saul Bass es el maestro de los carteles (hablamos de él también aquí): suyos son los carteles de Vértigo (De entre los muertos), de Alfred Hitchcock, y de otras obras maestras. Y, sin embargo, tampoco él se salvó de la meticulosidad de Kubrick.
Saul Bass presentó con orgullo y confianza cinco pruebas de carteles para El resplandor, pero ninguna de ellas satisfizo al director, que se quejó del tipo de letras escogido: «demasiado difícil de leer» o «no lo suficientemente compacto», comentó. Aquí puedes ver la historia completa.
El exorcista, de William Friedkin
Estrenada en 1973, El exorcista ha aterrorizado a generaciones enteras, pero ¿qué decir de la fuente utilizada? Es seria, casi universal, con un rojo sangre que anticipa lo innombrable a quien la está viendo. Basta con el cartel para despertar en el espectador el estado de ánimo más adecuado para ver la película: la inquietud.
El lettering lo diseñó expresamente el diseñador Dan Perri utilizando la fuente Weiss Titling. Y, sin duda, trajo mucha suerte a su creador. El exorcista fue la primera película taquillera para la que Dan Perri trabajó: con esta obra de culto en su cartera, logró acaparar grandes proyectos. En 1976 diseñó el lettering y los títulos para Taxi Driver de Martin Scorsese y en 1977 realizó los legendarios títulos de Star Wars.
La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero
La película de culto del género zombi fue el debut de George A. Romero detrás de la cámara. No solo abrió el camino a un nuevo género para el cine estadounidense, sino que el carácter usado para el cartel y para los títulos fue muy a menudo imitado en las décadas posteriores o se usó como inspiración.
Si lo quieres utilizar para tus proyectos, el más similar es Deanna, creado por Chris Hansen y basado en el lettering original de la película.
Precisamente, el lettering original de la película también tuvo un pequeño papel en el proceso judicial que George Romero emprendió contra El regreso de los muertos vivientes —una película de 1985 de Dan O’Bannon que, según el director estadounidense, se presentaba sin derecho como secuela de su obra maestra de 1968—. Entre los elementos que el tribunal tuvo en cuenta también estuvo la fuente: ¡la utilizada en El regreso de los muertos vivientes era la misma que la de la película de Romero!
¿Qué te parece? ¿Hemos conseguido que te entren ganas de volver a ver una de estas obras maestras durante la próxima noche de Halloween?