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Milán, finales de los setenta. El reino de la moda corona a su nuevo rey: el rey Giorgio, como se le llama con mucho respeto en el extranjero. De la mano de Giorgio Armani, Milán consigue convertirse en la capital de la moda y el «Hecho en Italia» deja de ser solo una etiqueta: pasa a ser un sinónimo de elegancia, de refinamiento, de clase.
¿Cómo nació una de las marcas más icónicas del mundo de la moda? ¿De dónde surgió la idea de ese águila con las alas desplegadas que, sin parar de volar, ha llegado a todas las boutiques del mundo? Te lo contamos en este artículo.
El rey Giorgio y el origen de un imperio
Giorgio Armani nace en Piacenza en 1934. Tras dejar la Facultad de Medicina de Milán, empieza a colaborar con los arquitectos de la Rinascente, encargándose de la imagen de estos prestigiosos almacenes. Bajo el cobijo de sus resplandecientes rincones, el futuro diseñador desarrolla su creatividad y su predisposición a la estética, lo que deja muy claro el destino que le espera. Poco después, en 1964, llega su primer contacto con el diseño de ropa gracias a una exitosa colaboración con Cerruti para Hitman, una marca de ropa de hombre. Este primer encargo en el mundo de la moda, que dura hasta 1970, se convierte en su experiencia formativa más importante.
Tan importante fue que, solo cinco años después, en 1975, funda Giorgio Armani Spa, una firma de moda independiente de ropa para hombre y, desde 1976, también para mujer.
El resto es historia: desde el vestido de Armani que lució Diane Keaton para recoger su Óscar en 1978 hasta el vestuario de Richard Gere en la película American Gigolo de 1980. Entre sus admiradores se encuentran Madonna, Lady Gaga, Laura Pausini, Christian Bale, Cate Blanchett, Leonardo Di Caprio, Tom Cruise, Julia Roberts o Renée Zellweger. Es imposible mencionarlos a todos.
Pero vamos con la idea de Emporio Armani. Nos encontramos a principios de los ochenta y Giorgio Armani quiere ampliar su público dirigiéndose a los más jóvenes y adaptándose a todos los bolsillos. Con esta idea en mente, crea una línea de ropa más económica. La prenda principal de la nueva propuesta son los vaqueros. Hoy es algo normal, pero, por aquel entonces, no lo era tanto: ningún diseñador había incluido antes vaqueros en sus colecciones. La decisión tuvo un aire revolucionario y fue criticada por los más conservadores. Lo cierto es que sus futuros y numerosísimos clientes la recibieron con un gran entusiasmo: Emporio Armani tiene colecciones que se pueden llevar en el día a día, sobrias, elegantes y a precios asequibles. ¡Una revolución!
¿Por qué el nombre «Emporio»? ¿Y por qué el águila del logo? Veamos los motivos.
El imperio Emporio: origen del nombre y del logo
Vamos a empezar con el nombre de la marca. Fue el propio Giorgio Armani el que quería que la palabra «emporio» diese nombre a la nueva línea. El diseñador explica la razón de esta elección en una entrevista publicada en Vogue en 2018.
Me gustaba la idea de crear un lugar donde se pudiese encontrar de todo y a un precio justo. Esa idea sigue siendo válida hoy: en mi opinión, Emporio es un conjunto de prendas, complementos e ideas dirigido a un público transversal, cosmopolita y metropolitano.
Vamos con el logo.
Se trata de un águila con el cuerpo dividido en rayas horizontales y con las iniciales del diseñador. La fuente elegida fue la Didot LT, una serif muy elegante. Pero ¿por qué un águila? Cuenta la leyenda que el símbolo es un homenaje a su principal socio comercial: Estados Unidos. Sin embargo, el águila mira en dirección contraria, hacia el este. Ese es un detalle que nos lleva a pensar que es solo una leyenda urbana infundada. En la misma entrevista publicada por Vogue, el diseñador habla del origen del logo como una imagen que se le ocurrió de forma repentina.
Fue casualidad. Todavía me acuerdo del momento en el que lo diseñé. Estaba hablando por teléfono con mi socio Sergio Galeotti, que necesitaba el logo con urgencia. Dibujé el boceto, sin pensarlo mucho, y ese símbolo de inaccesibilidad lanzó mi nombre al olimpo de los jóvenes. Nunca me habría imaginado que ese diseño, hecho a toda prisa, pudiera ser una marca así de potente.
Era un logo que se creo sin ningún estudio o proyecto, y por eso resume tan bien la identidad de la marca. Es minimalista, armonioso, esencial, elegante y noble. Tal y como las creaciones del diseñador.
A veces, las grandes ideas parecen llegarnos por casualidad, como si ya las llevásemos dentro y estuviesen esperando el momento en el que emprender el vuelo.