Para los gustos se hicieron los colores, o al menos eso dice el refrán. Lo mismo podría decirse del diseño, objeto de no pocos debates. Internet no parece ser el mejor lugar para debatir, y no solo desde que Donald Trump declarara su particular «guerra de tuits». Unos consideran que el diseño gráfico crítico es una revolución o, como poco, el comienzo de una nueva era del diseño, una visión de la que otros hacen mofa y escarnio, parapetados en el blog sarcástico de tumblr Critical Graphic Design.
El diseño gráfico crítico describe la tendencia cada vez más acusada entre los diseñadores en estos últimos años a considerar el diseño como un método de investigación, o al menos a recurrir al diseño como forma de búsqueda. Los diseñadores gráficos críticos son creadores que buscan redefinir el diseño y exponerlo a nuevos desafíos. Asimismo, pretenden poner en cuestión las fronteras del diseño gráfico contemporáneo. El diseño se convertiría así en una forma única de crítica que no duda en ocuparse de temas ajenos al propio diseño. Los diseñadores gráficos críticos ambicionan presentar o enlazar sus percepciones políticas, sociales y culturales en productos visuales.
Uno de los ejemplos más conocidos del diseño gráfico crítico es, sin duda, Metahaven. En esta oficina, radicada en Ámsterdam, se describen a sí mismos como un estudio colaborativo de diseño e investigación y aplican un planteamiento fuertemente conceptual a su diseño gráfico. En cuanto a los contenidos, trabajan con temas contemporáneos y de política social. Para la publicación de sus trabajos, este estudio recurre con frecuencia a ensayos y libros. En su película The Sprawl (Propaganda about Propaganda), Metahaven arrojó luz sobre el tipo y la forma de transmisión narrativa de la información en las redes sociales y las consecuencias que se derivan de esta práctica. Mediante superposiciones visuales, la película se funde en uno con su mensaje. Los conceptos de este estudio, que trabaja en cierto modo como un think tank, se traducen en piezas de exposición y carteles de estética radical que plantean una alternativa a la imagen de marca tradicional. A través de la investigación y de nuevas preguntas, Metahaven propone nuevas tareas para el diseño. Con su trabajo, ofrece un espacio para el pensamiento especulativo en combinación con el resultado visual.
Otro ejemplo de diseño gráfico crítico es el trabajo de fin de máster Sexed Realities – To Whom Do I Owe My Body? de Anja Kaiser. En su trabajo, Kaiser aborda el cuerpo humano como superficie de proyección. Su trabajo es una confrontación, tanto en sus aspectos teóricos como en el nivel visual, con el feminismo en la era de las redes sociales y presenta qué fuerzas sociales pesan sobre el cuerpo. En su conflicto teórico, reconoce que el cuerpo actúa hoy como superficie de referencia para realidades específicas de género caracterizadas por influencias tecnológicas, culturales y económicas. Su proyecto aporta al diseño una visión crítica de los nuevos medios. Con Sexed Realities, Kaiser muestra cómo la sociedad da forma a los cuerpos. Su proyecto abarca numerosos medios, entre otros una instalación de vídeo, un sitio web y una colección de toallas de baño.
El diseñador gráfico neerlandés Ruben Pater crea narraciones visuales acerca de temas políticamente complejos e impulsa el desarrollo de nuevas relaciones entre el periodismo y el diseño. También Pater se ocupa en su trabajo Drone Survival Guide de las nuevas tecnologías y desarrolla de este modo una nueva conciencia acerca de los drones. Su póster está impreso sobre papel de aluminio reflectante, una superficie que eligió no solo por motivos estéticos, sino porque buscaba aprovechar el hecho de que las cámaras de los drones sufren distorsiones ante la reflexión. El póster muestra en su anverso los contornos de los drones más extendidos, con sus aplicaciones y nacionalidad, además de su representación a escala. Bajo el lema «21st century birdwatching», el reverso contiene explicaciones en pastún e inglés para protegerse de los drones e ilustraciones adicionales. Su trabajo inspiró también al artista Jim Ricks, quien se desplazó a Afganistán y encargó la confección de una alfombra con el diseño de la Drone Survival Guide.
Los trabajos gráficos ricos en conceptos se ponen de relieve en exposiciones cada vez más reconocidas internacionalmente, como es el caso de «Forms of Inquiry», cuyo comisario es el antiguo director de la Architectural Association, Zak Kyes. Para esta exposición, se invitó a los diseñadores gráficos a responder con trabajos gráficos a distintos temas conceptuales, con la oportunidad añadida de presentar sus líneas de investigación. La exposición tuvo una buena acogida y estuvo de gira por distintas ciudades europeas. Otra exposición más joven que gozó del reconocimiento internacional fue «All possible futures», dirigida por Jon Sueda. En este caso se trató de diseñadoras destacadas del diseño gráfico crítico y especulativo. La muestra albergó proyectos de iniciativa propia y trabajos por encargo caracterizados por un elevado nivel de autonomía, y arrojó luz sobre la forma de trabajar y el potencial del diseño gráfico crítico. El catálogo «All possible futures» ofrece una perspectiva más detallada de los distintos trabajos. También la publicación Iaspis Forum on Design and Critical Practice: The Reader, que vio la luz en el contexto de la exposición «Forms of Inquiry», constituye una buena visión de conjunto de distintos trabajos del diseño gráfico crítico.
Estos ejemplos muestran que cada vez más trabajos de diseño gráfico se rigen por un estilo libre, conceptual y artístico. Podría decirse que el diseño gráfico crítico amplía e impulsa el diseño como disciplina, crea nuevos procedimientos de trabajo y estrategias, y ayuda a suscitar nuevas preguntas. Su trabajo multidisciplinario contribuye a considerar el diseño desde otro ángulo. Así, el diseño gráfico se integra como una práctica académica, ya que su planteamiento multidisciplinario y más amplio entre campos dispares contribuye a acumular nuevas percepciones para el diseño visual. Con el diseño gráfico crítico, el diseño visual tiene la oportunidad de forjar una forma de crítica propia y autónoma.