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Anémonas de colores con detalles refinados, peces y murciélagos representados con una simetría perfecta, orquídeas voluptuosas y seres marinos microscópicos con formas increíblemente geométricas: las ilustraciones naturalistas de principios del siglo XX de Ernst Haeckel te siguen dejando ojiplático a día de hoy.
A lo largo de su vida, Ernst Haeckel, un respetado científico alemán, realizó más de mil acuarelas y bocetos de animales muy particulares. Algunos solo eran visibles bajo el microscopio y otros los descubrió él mismo durante sus estudios. En 1904, el litógrafo Adolf Glitsch reunió cien de estas ilustraciones en un libro excepcional llamado Kunstformen der Natur (en español «Formas artísticas de la naturaleza»). Gracias a este libro, los dibujos de Haeckel dieron la vuelta al mundo en muy poco tiempo y acabaron influyendo a artistas y arquitectos de la época, tanto que se convirtieron en una de las fuentes de inspiración del modernismo.
Sin embargo, tan solo unas décadas antes, Ernst Haeckel era un joven científico un poco inseguro y que estaba indeciso en cuanto a seguir el camino de la ciencia o su pasión por el arte. Se sentía amenazado por su padre, que temía que sus tentaciones por el arte le influyeran, pero le fascinaba muchísimo la belleza del mundo natural.
Hoy os vamos a contar su historia y cómo se hicieron así de famosas sus imágenes
La historia de Haeckel: el científico con espíritu de artista
En la época en la que se publicó Kunstformen der Natur, Ernst Haeckel no necesitaba presentación alguna: era un famoso científico alemán, uno de los primeros que difundió las ideas de Darwin en Alemania, descubridor de numerosas especies nuevas y conocido en la academia por haber acuñado varios términos científicos nuevos (algunos de los cuales seguimos usando).
Sin embargo, la juventud de Ernst Haeckel, de complexión atlética y con una gran pasión por el mundo natural, no fue un camino de rosas. Obligado por su padre a estudiar medicina, decidió intentar convertirse en zoólogo para poder seguir su pasión innata por la naturaleza. Durante un viaje en Italia en busca de un proyecto científico que pudiera realizar, conoció al poeta y pintor alemán Hermann Allers. Fascinado por el arte, Ernst dejó de dedicarse a la investigación durante semanas y comenzó a vivir como un artista. Solo las amenazas de su padre le hicieron volver a su ocupación inicial: encontrar un proyecto científico propio que le sirviese para labrarse una carrera.
La solución llegó unos meses después, en Mesina, cuando unos pescadores le llevaron unos cubos de agua llenos de unos invertebrados minúsculos: eran radiolarios, organismos marinos que nadie había observado antes. Haeckel los puso bajo el microscopio y descubrió su increíble estructura geométrica.
Este descubrimiento se convirtió en el proyecto que le aseguró el comienzo de una carrera científica. Pero fue mucho más que eso: Ernst Haeckel se pasaba horas y horas con el microscopio, fascinado por la belleza de estos seres recién descubiertos. Los dibujó con mucho cuidado, con su particular estilo artístico. Ya tenía solución a su conflicto entre la pasión por el arte y la vida científica. Aquí os dejamos una ilustración de los radiolarios realizada por Haeckel en aquella época.
La influencia de los dibujos de Ernst Haeckel en el modernismo
Al igual que las dos almas de Ernst Haeckel se reconciliaron, sus excepcionales tablas científicas fueron de muchísima utilidad para que los artistas modernistas pudiesen reconciliar a una sociedad cada vez más tecnológica e industrial con la naturaleza.
A finales del siglo XIX, la sociedad se estaba transformando: la industrialización se expandía y, con esta, lo hacía la contaminación. Las ciudades estaban cada vez más pobladas y llenas de confusión. Los artistas del modernismo buscaron, a su manera, la forma de recomponer la relación entre el ser humano y la naturaleza, por lo que decidieron inspirarse estéticamente en el mundo natural para realizar sus creaciones artísticas, de diseño y arquitectónicas.
Muchos artistas de aquella época, como el decorador francés Émile Gallé, el arquitecto holandés Hendrik Petrus Berlage y el diseñador René Lalique, tenían en casa una copia de alguno de los dibujos de Ernst Haeckel.
Aquí, por ejemplo, podemos encontrar una particular lámpara de araña decorativa diseñada por Berlage e inspirada en la discomedusa que pintó Ernst Haeckel.
En la Exposición Universal de París de 1900 , la exposición más grande que ha tenido lugar en Francia y que debía dar el paso triunfal a un siglo de progreso, había otros elementos que nos recuerdan a las tablas de Haeckel. René Binet, para su ambiciosa puerta monumental de de marcado estilo modernista, se inspiró en formas animales y vegetales. En particular, la puerta recuerda muchísimo a los radiolarios dibujados por Haeckel.
Antoni Gaudì, el célebre arquitecto y exponente del modernismo catalán, también utilizó los organismos marinos de Haeckel para sus elementos arquitectónicos, como las balaustradas o los arcos. Al otro lado del charco, Louis Sullivan, el padre de los rascacielos, tenía los libros de Ernst Haeckel y decoró las fachadas de sus palacios con motivos florales. Andrea Wulf ha recopilado estos y otros ejemplos de influencias e inspiraciones en el libro La invención de la naturaleza, en el que hay un capítulo entero dedicado a Ernst Haeckel.
Imágenes de Ernst Haeckel: descargables y de uso gratuito
Si también os habéis quedado intrigados con esta historia y os fascinan las imágenes naturalistas de Ernst Haeckel, tenemos una buena noticia: gran parte de los grabados de Kunstformen der Natur se pueden descargar en alta definición y utilizar libremente, ya que son de dominio público. En la página de Wikipedia dedicada al Kunstformen der Natur, por ejemplo, podéis encontrar muchas de las tablas escaneadas y aptas para uso digital.
¡Dejaos inspirar por la belleza de la naturaleza!
Ernst Haeckel – Kunstformen der Natur (1904), tabla 42: ostraciidae (detalle). Imagen: dominio público.