Table of Contents
Un misterioso prisma parece flotar en el espacio profundo. Un rayo de luz blanca de origen desconocido lo impacta, generando un espectro de colores que se pierde en la oscuridad. Nada más, ni siquiera un título o una palabra. Esta es la simplicidad y el poder de una portada legendaria. Hablamos evidentemente de la portada de uno de los discos más famosos de la historia: The Dark Side of the Moon de Pink Floyd.
The Dark Side of the Moon, el octavo álbum de la banda británica, fue publicado el 1 de marzo de 1973 por la discográfica Harvest Records, ocho años después de que la banda se formara en 1965. En el año del lanzamiento de The Dark Side of the Moon, Pink Floyd estaba formado por el batería Nick Mason, el bajista y cantante Roger Waters, el teclista y cantante Richard Wright y el guitarrista y cantante David Gilmour; ya habían perdido por el camino a su brillante fundador, Syd Barrett, quien abandonó la banda tras el álbum debut, también debido al deterioro de su salud mental.

Pero en esos años, algo más había cambiado en la banda: después de unos inicios plenamente psicodélicos, su sonido ahora se estaba volviendo más experimental, complejo y maduro. Fue en este contexto que Pink Floyd hizo uno de los discos más vendidos de todos los tiempos. Un álbum conceptual único del que se extrajeron canciones clásicas que aún se escuchan en la radio y en streaming, como «Time», «Money» y el increíble viaje vocal de «The Great Gig in the Sky».
En total, The Dark Side of the Moon vendió 45 millones de copias. Pero el álbum cuenta con otro récord particular: nada más salir a la venta pasó directamente al número uno de las listas estadounidenses. Lo increíble es que no salió de esa lista hasta 15 años después: un récord para cualquier otro álbum en la historia de la música.
Y hay algo más sobre este álbum histórico que sigue teniendo una importancia inigualable hasta el día de hoy: su icónica portada. Hoy te contamos su historia.
Una portada diferente: la historia del prisma de The Dark Side of the Moon
Para la portada de The Dark Side of the Moon, Pink Floyd contó con el histórico estudio de diseño Hipgnosis. Fundado en 1968 en Londres por Storm Thorgerson y Aubrey Powell, conocido como Po, Hipgnosis creó las portadas de Led Zeppelin, Genesis y AC/DC en los años setenta, pero fue la portada de The Dark Side of the Moon la que lo consagró como un estudio legendario.
Thorgenson y Powell no eran caras nuevas para Pink Floyd. Habían creado otras portadas de sus álbumes, utilizando su típico estilo fotográfico abstracto: por ejemplo, para Atom Heart Mother, el quinto álbum de Pink Floyd lanzado en 1970, habían elegido una foto de una vaca. Hoy esa portada también se ha convertido en un icono, pero en su momento la discográfica EMI hizo caso omiso a la propuesta de esa estrafalaria imagen sin títulos ni el nombre de la banda.

Sin embargo, para The Dark Side of the Moon, la banda —y en particular Richard Wright— querían algo diferente. Algo muy sencillo, un diseño gráfico más que una fotografía. Aquí los distintos relatos del proceso creativo cuentan diferentes versiones: la inspiración podría haber venido hojeando una revista estadounidense que hablaba de la refracción de la luz, o bien un libro de física. Otras fuentes hablan de una lluvia de ideas durante una noche. Pero independientemente del origen exacto de la idea, sabemos con certeza que cuando los diseñadores gráficos se la propusieron a la banda, todos se entusiasmaron de inmediato: definitivamente se trataba de una imagen al estilo Pink Floyd.

En cualquier caso, el prisma y el haz de luz tuvieron excelentes inspiraciones. Una de ellas fue una de las primeras portadas jamás creadas para un álbum de música, diseñada en 1942 por Alex Steinweiss. Considerado el inventor de las portadas de discos ilustradas, Steinweiss había creado una poderosa imagen para la grabación del concierto para piano n.º 5 de Beethoven en la Filarmónica de Nueva York: un rayo de luz que, al encontrarse con un piano, se descomponía en los colores del arcoíris.
Además, en aquellos años, el juego de luces era una de las marcas registradas durante los psicodélicos conciertos en vivo de Pink Floyd y otras bandas de vanguardia. Los llamados espectáculos de luz se creaban gracias a láseres de colores o mediante soluciones líquidas de diferentes colores que se agitaban frente a los proyectores para crear patrones cambiantes de luz y colores.

Una vez recibida la aprobación de la banda, Hipgnosis encargó a un colaborador externo suyo desde hacía mucho tiempo, George Hardie, la creación de la imagen final. Hardie modificó ligeramente la idea inicial y proporcionó los porcentajes de color exactos que se utilizarían para imprimir cada uno de los rayos de colores. Después, el prisma se retocó en negro sobre blanco y luego se invirtió sobre un fondo negro para reproducir el efecto final.
El resto, como dicen, es historia.
Si te gustaría saber más sobre la historia de esta portada icónica, te recomendamos ver un documental reciente, Squaring the Circle de Anton Corbijn, que cuenta la historia creativa detrás de esta y otras portadas creadas en los años sesenta y setenta por el legendario estudio de diseño Hipgnosis.
¿Qué representa la portada de The Dark Side of the Moon?

Entre ellos, Thorgerson, Powell y Hardie crearon una imagen impactante. Comercialmente hablando, fue una auténtica bomba: era vibrante, simple e inolvidable. «Quedará genial en los escaparates de las tiendas», comentó David Gilmour, aunque no supo explicar por qué funcionó tan bien.
En la portada no aparece ningún tipo de texto: ni el nombre de la banda ni el título del álbum. Esto ayuda a hacerla aún más misteriosa y evocadora. La refracción de la luz es un excelente símbolo del universo sonoro de la banda británica, que combina ciencia, psicodelia y existencialismo. El fondo es negro, espacial y contrasta con el arcoíris de seis colores que a menudo se interpreta como un símbolo de la complejidad de la experiencia humana.
El álbum conceptual habla precisamente de la fragilidad del ser humano —la salud mental se evoca en temas como «Brain Damage» y «Eclipse»—, de su sensación de pérdida en el espacio y del enigma que representan las fuerzas que lo gobiernan, como el tiempo («Time») y el dinero («Money»).
El resto de la carátula de The Dark Side of The Moon
Inicialmente, el disco de Pink Floyd debía estar dentro de un estuche cuadrado clásico. Pero la discográfica decidió invertir en un formato más complejo. Se eligió la funda gatefold: una cubierta que se abre como un libro, muy popular desde mediados de los años sesenta. Este formato, además de utilizarse para vinilos dobles, fue muy apreciado porque proporcionaba una mayor superficie para imprimir materiales adicionales: otras imágenes, letras de canciones y notas de portada.
Esto ofrecía una tentadora oportunidad para un álbum conceptual como The Dark Side of the Moon, que Pink Floyd y los diseñadores de la portada no dejaron escapar. A Roger Waters se le ocurrió la idea de ampliar la imagen de la portada, de modo que la franja de luz del arcoíris continuara su viaje dentro de la carátula del disco y eventualmente se convirtiera en el latido del corazón que aparece varias veces durante el transcurso del disco. También se incluyeron las letras de las canciones de Roger Waters; era la primera vez que se publicaron en un álbum de Pink Floyd. La portada terminaba con otro prisma que reunía los colores del arcoíris en una franja de luz blanca.

También hubo una sorpresa para los fans dentro de la funda: dos carteles y dos pegatinas. Uno de los dos carteles era una impresión muy artística: la fotografía infrarroja de la pirámide de Keops tomada bajo la luz de la luna, imagen que retomaba así el motivo del prisma de la portada y la atmósfera lunar del álbum. El otro cartel —más clásico— contenía una composición de fotografías de un concierto de la banda.

Portadas alternativas de The Dark Side of the Moon
La portada de The Dark Side of the Moon funciona tan bien que ninguna de las versiones posteriores (ediciones especiales lanzadas para celebrar aniversarios importantes) se ha desviado del concepto original. Más bien jugaron con variaciones más o menos sutiles del tema del prisma.
Hablando de variaciones, debemos decir que ya en 1973, en el momento del lanzamiento del álbum, se distribuyeron ediciones ligeramente diferentes de la portada —hoy objetos de colección—. Aquí, por ejemplo, está la versión japonesa del álbum original en la que desaparece la idea de no insertar ningún elemento textual.

Un caso muy particular es la rarísima versión italiana del álbum, distribuida en Italia en 1973 por la discográfica Harvest Records. Curiosamente, la portada tiene una versión ligeramente diferente del icónico prisma: el rayo del arcoíris tiene colores más vivos y el diseño del triángulo es ligeramente diferente.

En 2004, con motivo del 30.º aniversario del lanzamiento del álbum, la banda decidió renovar la icónica portada original. Un trabajo tan complejo solo podía encomendarse a la persona que ayudó a crear la portada de 1973: Storm Thorgerson.

El propio Thorgerson cuenta la historia del origen de esta nueva versión del famoso prisma. Se trata de una fotografía de un vitral real hecho a medida con vidrio francés antiguo con las proporciones exactas de la cubierta original.
La icónica pirámide es también el elemento inicial del packaging que celebra el 50.º aniversario, que tuvo lugar en 2023.

Hipgnosis confió la producción de la caja especial al estudio Pentagram, que para la ocasión exploró la idea del sarcófago. De hecho, la caja está formada por cajas que encajan entre sí, como un antiguo y misterioso sarcófago. ¡El resultado es un gran ejemplo de ingeniería en cartón!
La portada de The Dark Side of the Moon alrededor del mundo
La portada de The Dark Side of the Moon es ya un icono cultural universal. Además de ser una de las portadas más citadas y parodiadas por otros músicos, el diseño gráfico de Hipgnosis sigue siendo reconocido y celebrado en todo el mundo.
En 2016, Royal Mail —la oficina de correos británica— decidió conmemorar este y otros discos de Pink Floyd con sellos que representan sus portadas. The Dark Side of the Moon fue sin duda uno de los mejores de la serie.

Para celebrar el 50.º aniversario del álbum, la imagen de portada fue proyectada, reelaborada y aplaudida en complejos espectáculos de luces en plazas, planetarios, centros espaciales, teatros y ciudades de todo el mundo. El famoso prisma también aparece en numerosos murales, desde Bogotá hasta Estados Unidos.

Y no faltan los homenajes artísticos en jardines privados.

A falta de un muro, hay quienes han decidido utilizar su furgoneta para inmortalizar la portada del álbum, celebrando así los 50 años de su lanzamiento.

Incluso hay quien ha construido un tocadiscos con la forma de la portada del álbum.

Pero la imagen de Hipgnosis y George Hardie es probablemente la más popular hoy en día en el mundo ultracreativo de los artículos de promoción comercial.

Puedes comprar el famoso prisma impreso en objetos de todo tipo: camisetas, gorras, alfombras, tazas, encendedores, puzles, patinetes, imanes, guitarras y muchos otros objetos (casi) impensables. ¡Quién sabe si los creadores de esta pequeña obra maestra del diseño gráfico habrían imaginado todo esto!

Parodias: https://blog.travelmarx.com/2021/11/album-cover-parodies-and-tributes-to-Dark-Side-of-the-Moon.html
¿Y tú? ¿Alguna vez has pensado en rendir homenaje a la portada de «The Dark Side of the Moon» en alguno de tus proyectos?