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Dedicarse profesionalmente al dibujo y la ilustración es la aspiración de muchos. Sin embargo, no todos consiguen convertir su pasión en un trabajo que les permita pagar las facturas. Con el paso del tiempo, muchos abandonan, pensando que no tienen talento o tirando la toalla ante los primeros obstáculos. Pero el talento no es necesariamente algo innato: la creatividad es, de hecho, un ejercicio que se debe cultivar a diario.
Transformar tu pasión en profesión, en el caso de la ilustración, supone una serie de pasos importantes que hay que seguir. Hoy vamos a ver un esquema con consejos prácticos para convertirse en ilustrador/a.
1- Empezar es lo más difícil
Una base sólida en cualquier trabajo creativo es fundamental. Se debe, sobre todo:
- Practicar mucho: debes dominar tu campo, practicar cada día para conocer a fondo la anatomía, el color y la composició Asistir a una escuela de ilustración para tener una formación adecuada podría ser útil, pero no es necesario. También hay distintas soluciones online, entre ellas, Skillshare, que ofrece cursos válidos de ilustración, impartidos por profesionales de éxito.
- ¿Ilustración digital o tradicional? Poco De hecho, se deben experimentar ambas técnicas. Es fundamental «mancharse las manos«, equivocarse, volver a probar. Una ilustración terminada es mejor que una perfecta. Hay que fijarse unos objetivos, incluso aunque sean extremos como, por ejemplo, producir una ilustración terminada cada semana. El libro «How to Be an Illustrator» es un buen punto de partida.
- Aprender de otros profesionales con más experiencia: la ilustración hay que estudiarla, tanto el trabajo de los autores contemporáneos como el de los grandes del pasado. Se hace para conocer los estilos, las técnicas y las posibilidades que puede ofrecer esta profesió «Fifty Years of Illustration» es un libro imprescindible para tu escritorio.
2 – Entenderse antes de ser entendido
Una vez creada una base técnica sólida y conocidos los trabajos de varios autores, comienza nuestra andadura, que puede ser larga y complicada, pero es necesaria. La primera pregunta fundamental que debe hacerse uno mismo es: ¿quién soy? La respuesta no es sencilla, porque al principio se tiende a copiar el estilo de los autores preferidos.
En algún momento tienes que encontrar tu propia voz, sin duda influenciada por lo que has estudiado, pero lo suficientemente única como para hacer personal lo que produces, para ser reconocible y para crear una personalidad fuerte a través de tus ilustraciones.
Con el tiempo, entenderás qué se te da bien, creando lo que te gusta: ¿ilustraciones infantiles? ¿ilustraciones de ciencia-ficción? ¿O abarcar varios géneros pero manteniendo un estilo coherente? Esto sirve para distinguirse y resulta útil para los objetivos de marketing de una revista específica o de una agencia de comunicación. El objetivo no es mirar tu ilustración y sentirte satisfecho, sino comprender las necesidades de los clientes potenciales (periódicos, revistas, agencias, eventos) y producir un trabajo que funcione, que cuente una historia clara y emocionante si está asociada a un texto.
3 – Construir tu marca
Muchos ilustradores trabajan como autónomos: esto significa buscar clientes con los que trabajar, además de, sobre todo, comunicar lo mejor posible tu trabajo para que te encuentren. No basta solo con ser bueno, también hay que tener una visión clara para captar la atención, dentro y fuera de Internet, de clientes potenciales.
El concepto «personal branding» o marca personal engloba mucho más que una lista de clientes o el porfolio, del que hablaremos luego. Se trata de todo lo que hace un ilustrador, de lo que escribe, sus intereses, su personalidad. Aquí tienes algunos consejos y herramientas para construir una identidad fuerte:
- Proporcionar una imagen sincera de uno mismo: de esta forma, tus seguidores y clientes potenciales podrán interpretar correctamente también los trabajos que les muestres. Promocionar tu marca personal significa crearse una reputación: si eres honesto con la gente, verás que vuelven a ti.
- Ser coherente: en el lenguaje que usas, en tu estilo y en los temas que ilustras.
- Tener una identidad visual concreta: en este caso es necesario tener un logotipo y un nombre reconocibles, tarjetas de visita… (aquí puedes ver algunos de nuestros consejos).
- Ponerse unos objetivos a corto, medio y largo plazo: son útiles para centrar la atención en una meta. «En dos años quiero publicar una de mis ilustraciones en esa revista». Puede que no lo consigas, pero mientras tanto habrás estado trabajando en algo: la producción de nuevas ilustraciones o el objetivo de contactar con ese director artístico especí Todas ellas son experiencias útiles para intentarlo de nuevo en el futuro. Además, este proceso se puede compartir (fuera y dentro de Internet) para mostrarse activo a los ojos de todos.
4 – Promover tu trabajo fuera de Internet
Una vez que hayas acumulado experiencia en la materia, que hayas elegido las mejores ilustraciones para mostrar y el tipo de clientes con los que quieres trabajar, toca pasar a la fase de captación. Significa hacer saber a los clientes potenciales que estás listo para asumir la responsabilidad de determinados trabajos. Si realmente quieres ganarte la vida con esta profesión, necesitarás verte como un negocio, lo que significa buscar activamente encargos y conexiones con los clientes. En definitiva, empezar a llamarse «ilustrador(a)», en lugar de «aspirante a…». A continuación mencionamos algunos consejos para darse a conocer:
- Construir tu porfolio (y mostrarlo): esto es fundamental y debe representar lo mejor posible tu estilo y tus ideas, además de contener los mejores trabajos. Pixartprinting ofrece, por ejemplo, varias soluciones de impresión, como revistas, libros y catálogos. Las posibilidades son muchísimas y pueden satisfacer gustos diferentes: imprimir tu porfolio de manera profesional es fundamental
- Entrar en contacto con la industria: participar en ferias y eventos del sector en tu zona y «hacer networking» conociendo a gente en persona puede ser muy útil para el futuro. Hay que salir del estudio y no tener miedo a mostrarse por lo que se es
- Que el trabajo llegue a manos de los directores artísticos: crear una lista potencial de clientes con los que te gustaría trabajar y averiguar quién toma las decisiones relativas a las publicaciones. Hay que conocer a fondo qué hace la agencia o revista con la que se pretende colaborar; es inútil ofrecerse sin saber qué problemas se es capaz de resolver para el cliente. Un método tradicional, pero todavía muy útil, es enviar cartas con material impreso como, por ejemplo, una pequeña ficha o tarjetas con una ilustración propia para anunciar que se está disponible
5 – Promover tu trabajo online
Hoy en día, Internet juega un papel fundamental para la promoción de tu trabajo. Es importante desarrollar a diario tu presencia digital, algo crucial para ver tu trabajo «florecer». El consejo es crear un porfolio online de tus trabajos, incluso con un blog para contar tu trayectoria y experiencia y para que te encuentren también en Google. Además, es importante tener presencia en al menos 3 plataformas:
- Instagram: muy útil y llena de directores artísticos en busca de ilustradores. En esta plataforma, los hashtags son importantísimos (por ejemplo, #art, #illustrationtoday y muchos más). Sirven para dar visibilidad a tus ilustraciones, por lo que, al menos en este caso, deben usarse siempre, claramente con moderació Lo aconsejable es crear una cuenta específica para mostrar tus obras y participar activamente. Seguir a tus ilustradores de referencia (aquí hay un motor de búsqueda útil de ilustradores) y publicar con regularidad puede ayudar mucho. Transmitir tu aprecio por el trabajo de otros también es muy útil: sin exagerar, se puede comentar el trabajo de otros artistas desde tu cuenta. Deben ser comentarios constructivos, no comentarios de marketing en masa.
- Facebook, Behance y Dribble: estas también son plataformas útiles donde poder crear un perfil y mostrar lo que haces. Lo importante es participar activamente y ser consistente en la publicación de material. Mostrar tu trabajo, pero también el contexto: no es necesario publicar solo tus ilustraciones o dibujos terminados. Se puede publicar el proceso que ha llevado al trabajo terminado, bocetos o un vídeo mientras se crea algo.
- Correo electrónico: muchos directores artísticos prefieren que se les contacte simplemente por correo electró Por tanto, se puede preparar una lista de correos y escribir a los directores artísticos, incluyendo algunos ejemplos de tus trabajos y enlaces a tus perfiles en redes sociales. También existen soluciones de pago que ofrecen bases de datos de contactos, pero, por ejemplo, incluso una sencilla búsqueda de las palabras clave «art director» o «director artístico» en LinkedIn podría dar sus frutos. Obviamente, nunca mandes material sin conocer a fondo la empresa con la que estás contactando.
6- Convertirse en ilustrador: gestionar la burocracia
Tal como sucede con cualquier actividad, si estás decidido a convertirte en ilustrador, deberás averiguar cómo enfocar esta profesión desde el punto de vista legal y fiscal.
Orientarse en este aspecto no es nada fácil. Ahora vamos a intentar ofrecerte algunos consejos básicos a partir de los cuales podrás ampliar información. En primer lugar, deberás responder a una pregunta: ¿es la ilustración tu actividad profesional principal o más bien una actividad secundaria o un hobby?
Si se trata de una actividad secundaria y saltuaria, tu actividad podrá considerarse desde el punto de vista fiscal como una colaboración ocasional. Por ejemplo en Italia, el límite de ingresos que puedes percibir en un año sin estar dado de alta como profesional es de 5.000 euros netos (la cifra aumenta ligeramente para los estudiantes menores de 25 años). Si, por el contrario, aspiras a ser ilustrador profesional, probablemente superarás este límite de ingresos en un año y, en tal caso, deberás darte de alta como autónomo.
Por último, la cosa cambia si piensas trabajar principalmente en el campo editorial. En ese caso, lo habitual es que los contratos con la editorial contemplen la cesión de los derechos de autor, y no siempre es necesario darse de alta como autónomo.
7 – Convertirse en ilustrador (y seguir siéndolo): la formación continua
Coronar tu sueño de convertirte en ilustrador es un hito grandioso. ¡Enhorabuena! Pero, si has conseguido convertirte en ilustrador, te habrás dado cuenta de una cosa: no es un objetivo estable que se alcanza y ya está, sino que se trata de un camino constante, ¡tan duro como apasionante!
Una vez que empieces a trabajar como ilustrador, el perfeccionamiento continuo y la búsqueda de contactos, nuevas colaboraciones y estímulos serán tu pan de cada día. He aquí algunos consejos al respecto.
- Participa en talleres y cursos formativos: las escuelas de verano y los cursos para profesionales representan una excelente ocasión para seguir actualizándose y dar un nuevo rumbo a tu trabajo. También son una buena forma de hacer amistades y de tomarse un breve descanso de la rutina diaria.
- Las fieras sectoriales son otra excelente oportunidad para hacer contactos y saber qué están haciendo los demás ilustradores y qué buscan los clientes. Además, ¡participando en ellas podrás darte a conocer en persona! Tanto en Italia como en Europa, hay prestigiosas ferias internacionales como la Bologna Childrens’ Book Fair, dedicada al sector editorial y de la ilustración para niños, ¡y otros mil eventos más pequeños e igual de interesantes!
- Libros, revistas, bibliotecas. No subestimes los recursos impresos. Los libros y manuales te pueden ayudar a mejorar tu estilo. La investigación continua también pasa por descubrir, observar y analizar las obras maestras del pasado (sobre todo aquellas ocultas y menos conocidas). Las visitas a bibliotecas sectoriales o librerías históricas siempre representan una fascinante fuente de sorpresas.
Ciertamente, no es fácil y no se trata de una carrera de la que se pueda esperar alcanzar el éxito enseguida: se necesita mucha paciencia, mucho trabajo y varios años para construir una base técnica sólida y una cartera de clientes, pero la satisfacción final será grande.