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Existe una modalidad de negocio que, pese a las dificultades de los últimos tiempos, no ha experimentado la crisis, sino que, en el primer trimestre de 2021, ha triplicado su crecimiento respecto al año anterior. Hablamos del comercio electrónico, al que se han unido muchísimos comerciantes en los últimos meses, algunos por necesidad y otros por aumentar sus beneficios.
Por este motivo, hemos decidido analizar el «fenómeno del comercio electrónico» para brindar más información a quienes han decidido lanzarse a vender online. Lo haremos partiendo de lo más básico, es decir…
Comercio electrónico: significado e historia
Empecemos con la definición de comercio electrónico: «actividad que consiste en la compra y venta de productos y servicios a través de Internet, tanto por parte de empresas tradicionales como a través de plataformas especializadas». Esta es una posible definición. En inglés se le llama «e-commerce», donde la «e» inicial significa «electronic» y es muy característica porque se coloca antes de la palabra «commerce». Por tanto, es el término que se suele utilizar para llamar a los comercios electrónicos: la actividad de compraventa de bienes y servicios a través de Internet.
Hoy en día parece que poder adquirir productos y servicios online es algo básico. Tan básico, de hecho, que la definición anterior puede ser superflua. Por eso siempre sorprende recordar que los comercios electrónicos, en realidad, son un descubrimiento relativamente reciente: de hace unas décadas, nada más.
Los comienzos del comercio electrónico
Sin andarnos por las ramas, podemos decir que el contexto que hizo posible el nacimiento de los comercios electrónicos se puede resumir en tres etapas:
- En 1991, nace la World Wide Web.
- Poco después, surgen los primeros proveedores de servicios de Internet, empresas que ofrecen conexión previo pago.
- Se empiezan a utilizar navegadores gráficos, como Netscape Navigator (uno de los primeros) y motores de búsqueda.
El terreno estaba listo para el nacimiento de un nuevo sistema de comercio. De esta forma, entre 1994 y 1995, surge el primer comercio electrónico en la Web. En el 94, se crea Amazon, una de las primeras empresas que empezó a comercializar productos online (en el 95). Al principio, solo vendía libros. Hoy podemos decir que vende casi cualquier cosa. En su primer mes de vida, la empresa vende en 50 estados de EE. UU. y en otros 45 países del mundo.
Poco después, nacieron eBay y Alibaba. Son nombres que hoy corresponden a gigantes del comercio online.
En estos treinta años de historia, el comercio electrónico no ha parado de crecer, gracias también al uso de las redes sociales, que han permitido que las empresas puedan interactuar de forma directa con su público, analizar sus comportamientos de compra, sus intereses y mejorar su oferta a través de los comentarios recibidos. Incluso en los momentos económicos más oscuros, los comercios electrónicos continúan con su imparable crecimiento. Los números lo demuestran.
¿Cómo está creciendo el comercio electrónico? ¡Vamos con unos cuantos datos!
Hemos curioseado los datos del Shopping Index de Salesforce, el estudio sobre las tendencias del comercio online. Una de las cosas que hemos leído es esta:
«Si el 2020 se caracterizó por un verdadero auge en las compras online, los primeros meses de 2021 parecen confirmarnos que la pandemia y los cierres de las tiendas le han dado un impulso mundial al sector del comercio digital y parece que este va a permanecer en el tiempo».
En el primer trimestre de 2021, el comercio electrónico creció un 58 %, superando los índices de crecimiento de 2020 y de los años anteriores. Los países que más han crecido son: Canadá (111 %), Países Bajos (108 %), Reino Unido (91 %) e Italia (78 %).
Pero ahora vamos a entrar en detalle y vamos a ver qué tipos de comercios electrónicos existen y cómo funcionan.
Principales modelos de comercio electrónico
La primera distinción que vamos a hacer será respecto al tipo de producto que vendamos. Por tanto, identificamos:
- Comercio electrónico indirecto o comercio electrónico offline: el intercambio comercial se produce sobre un bien material. El producto, por tanto, se compra online y se envía por mensajería.
- El comercio electrónico directo o comercio electrónico online: el intercambio se produce sobre un bien intangible. No se requiere transporte, por lo que basta una descarga o un código para disfrutar del producto o servicio. Hablamos, por ejemplo, de la compra de software, aplicaciones, asesoramiento de un abogado, billetes de transporte, etc.
Pasemos ahora al tipo de mercado al que queremos dirigirnos. Existen tres tipos principales de comercio electrónico:
- B2C (business to consumer): se trata de un intercambio comercial entre empresa y consumidor. ¿Un ejemplo? La página web de una tienda de ropa que vende online a sus clientes.
- B2B (business to business): se trata del intercambio comercial entre empresas.
- C2C (consumer to consumer): se trata del intercambio comercial entre consumidores que utilizan una plataforma para vender productos que ya no usan. ¿Un ejemplo? Vinted, la aplicación para comprar y vender ropa usada.
Una vez que hemos establecido el mercado que nos interesa, vamos a ver un comercio electrónico para entender cómo funciona.
¿Cómo funciona un comercio electrónico?
Vamos a imaginar que vamos a entrar un comercio electrónico B2C. Entramos en la página y nos encontramos ante un catálogo de productos dividido en categorías que podemos seleccionar para facilitar nuestra búsqueda. Seleccionamos nuestras preferencias, elegimos el artículo que nos interesa y entramos en la página del mismo, donde podemos disfrutar del contenido textual y visual del artículo. ¡Nos convence! Con un clic, lo añadimos al carrito de compra y completamos el pedido eligiendo el método de pago y la dirección de entrega. El mensajero nos lo entregará en unos días.
Para que este proceso se lleve a cabo, la empresa debe tener un comercio electrónico, obviamente, y mantener el catálogo online actualizado. También debe encargarse de la logística del almacén, garantizar un servicio de Atención al Cliente adecuado y realizar un seguimiento de los envíos. Si quiere hacer crecer su negocio, también debe encargarse de la promoción de la tienda online. Una de las partes más delicadas de estas tareas es el comienzo: la creación de la página web. En esta etapa es en la que se deben tomar decisiones importantes, como…
Elección entre un software de comercio electrónico o una página web propia
Para crear tu comercio electrónico, tienes que tomar una decisión: ¿confío en una plataforma para comercios electrónicos o creo mi propia página web? Hemos identificado los principales pros y contras de cada opción para ayudarte.
Plataformas para comercios electrónicos
Se confías en plataformas para comercios electrónicos como Magento, Shopify o WooCommerce, puedes crear tu página web de forma sencilla, económica y rápida. Con estas plataformas, se parte de modelos preconfigurados que puedes personalizar. Evidentemente, no ofrecen muchas posibilidades para configurar la página como quieras y, seguramente, tendrás que renunciar a cosas. Lo que nosotros aconsejamos es recurrir a un programador que pueda ayudar en la creación del comercio electrónico por medio de estas plataformas, ya que lo hará de la manera más eficiente posible.
Página web propia
Los profesionales del desarrollo de comercios electrónicos pueden diseñar una página web que se ajuste perfectamente a tus necesidades y, por tanto, muy personalizada. ¿Un punto en contra? El precio. En este caso, suele ser mucho más alto.
Independientemente del camino que escojas, es fundamental ofrecer a tus clientes la mejor experiencia de compra posible: sencilla, transparente y segura.
Un buen comercio electrónico debe…
Estar optimizado para los motores de búsqueda para que se pueda encontrar sin dificultad. Además, debe ofrecer un buen rendimiento cuando el tráfico de la página sea elevado (por ejemplo, durante los periodos de promociones).
Desde el punto de vista empresarial, debe ser sencillo de administrar, de modo que cada acción se pueda realizar rápidamente, sin tener que llamar continuamente al programador. Evidentemente, desde el punto de vista del usuario, es importante que sea intuitivo para garantizar que la experiencia sea fluida. Por tanto, la arquitectura de la página debe ser lineal y lógica, y debe estar diseñada para que la compra se realice sin problemas.
Por último, pero no menos importante: el comercio electrónico debe poder utilizarse desde cualquier dispositivo, también desde el móvil. De hecho, los datos nos dicen que las compras desde el móvil son similares (incluso algo superiores) a las compras desde el ordenador: 28 % desde el ordenador y 29 % desde dispositivos móviles.
Comparación: pros y contras de los comercios electrónicos
Ya casi hemos llegado al final de este viaje por los comercios electrónicos. Hagamos un resumen: ¿cuáles son las principales ventajas que ofrecen? ¿Cuáles son las posibles desventajas? Un pequeño spoiler: como ya habrás imaginado, las ventajas superan con creces a las desventajas. Repasémoslas.
Ventajas de los comercios electrónicos
Los comercios online ayuda a las empresas:
- A tener más clientes, ya que con una tienda online, tu negocio amplia sus fronteras.
- A aumentar los beneficios, gracias a tener un canal de venta continuo (24 horas y 7 días a la semana).
- A reducir costes: a diferencia de una tienda física, no hay que pagar alquiler ni servicios públicos.
- A llegar a personas interesadas en tu comercio a través de campañas de marketing personalizadas, es decir, basadas en los intereses y el comportamiento de los usuarios.
A diferencia del comercio tradicional, los consumidores que compran online pueden:
- Comparar muchos productos diferentes y elegir el mejor por su relación calidad-precio.
- Comprar en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Desventajas de los comercios electrónicos
Hay que recordar que:
- Parte del público no sabe manejar bien los entornos digitales.
- Aún existe un sentimiento de desconfianza hacia las compras online por el intercambio de datos sensibles (como los datos de la tarjeta de crédito).
- Hay quienes «quieren ver y tocar antes de comprar».
Conocer a fondo tu negocio y a tus clientes objetivo es fundamental para saber si la experiencia online puede resultar estratégica y convertirse en una verdadera fuente de ingresos. Nuestro consejo es que siempre permanezcas en el presente, pero con un ojo puesto en el futuro.