#Powercolors: los colores fluorescentes

#Powercolors: los colores fluorescentes

Giovanni Blandino Publicado el 6/21/2024

Eléctricos, brillantes, luminosos y… ¡muy ochenteros! Los colores fluorescentes nacieron hace mucho tiempo, concretamente a principios del siglo pasado, y siguen con nosotros.

Desde entonces, los colores fluorescentes han vuelto a ponerse de moda de forma cíclica, reencarnándose en los objetos y estéticas más curiosos: carteles luminiscentes, chaquetas que no pasan desapercibidas, vídeos musicales, carteles de películas, maquillajes irreverentes, botas, joyas, etc.

Azul eléctrico, naranja neón, fucsia, verde brillante: aquí te contamos la historia y las curiosidades de los colores fluorescentes.

¿Cuáles son los colores fluorescentes?

Estos colores no aparecen en el círculo cromático, sino que son versiones extremadamente brillantes y luminosas (fluorescentes, de hecho) de los colores existentes.

Una paleta fluorescente. Imagen: color-hex.com

Los colores más interesantes para crear los fluorescentes son los colores primarios: así es como se crea el rojo neón, el azul eléctrico y el amarillo brillante. Pero también son fluorescentes el fucsia y varios tonos de verde fluorescente. En definitiva, hay muchísimas combinaciones para crear una paleta fluorescente.

Conseguir el efecto fluorescente en una impresión es cosa de profesionales, pero si quieres utilizar estos colores en internet, aquí tienes algunos códigos hex interesantes:

  • Rojo neón: #FF3131
  • Color Chartreuse: #DFFF00
  • Magenta cálido: #FF44CC
  • Azul eléctrico: #0FF0FC

¿Cómo surgieron los colores fluorescentes? La historia de las lámparas de neón y la fluorescencia

Los colores fluorescentes llevan entre nosotros relativamente poco tiempo, poco más de un siglo para ser exactos. Hay un lugar concreto donde el mundo pudo observarlos por primera vez: el Salón del Automóvil de París de 1910.

Fue ahí donde se exhibió la primera lámpara de neón (cuyo color probablemente era rojo neón) inventada por el ingeniero francés Georges Claude.

La lámpara de neón está formada por un vidrio transparente en el que, una vez eliminado el aire, se introduce un gas que precisamente se llama neón. Una descarga eléctrica ioniza el gas que luego emite luz. La luz de neón es de color amarillo anaranjado y la emite el propio gas.

Lámpara de neón fabricada en los años treinta con el típico color amarillo anaranjado. Imagen: Wikipedia/Teravolto [CC BY 3.0]

Un mecanismo parcialmente diferente, y un poco más complejo, es el de las lámparas fluorescentes. En este caso, en lugar del neón se suelen utilizar otros gases nobles como el argón, el xenón o el criptón, junto con el mercurio. La luz de color en este caso no es emitida directamente por el gas, sino que es provocada por la reacción de los átomos de mercurio con el material fluorescente colocado en las paredes del tubo de vidrio. Variando el material fluorescente se obtienen los típicos colores fluorescentes: el azul brillante, el verde y el naranja rosado. La primera lámpara fluorescente fue patentada en 1927 por los alemanes Friedrich Meyer, Hans Spanner y Edmund Germer.

Aunque técnicamente su origen es diferente, normalmente se utilizan como sinónimos los términos fluorescente y neón.

Letreros de neón: del primer letrero parisino a las metrópolis estadounidenses

Los letreros de neón en Time Square, Nueva York, en una postal vintage. Imagen: pinterest.it

Cuando el ingeniero Claude presentó su invento al mundo, fue amor a primera vista. Por lo visto, el primer letrero de neón fue el que exhibió un peluquero en París: en el bulevar Montmartre, las palabras «Palais Coiffeur» aparecían iluminadas por la luz roja neón de la modernidad.

El letrero se convirtió inmediatamente en inspiración para muchas otras tiendas y negocios. Sucedió especialmente en el extranjero, en Estados Unidos, donde se convirtieron en una auténtica tendencia entre 1920 y 1950. Es icónica, por ejemplo, la instalación de carteles de neón en Time Square: el primero se colocó en 1924 para anunciar los automóviles Willys-Overland.

Un letrero de neón de los años cincuenta, vendido hoy por 31 000 dólares. Imagen: oldcarsweekly.com

En los años siguientes, los colores neón conquistaron Las Vegas y Hollywood, la ciudad del cine. En los años treinta, los colores neón estaban presentes en casi todas las grandes ciudades estadounidenses y permanecieron de moda hasta los años cincuenta.

Fue en los años sesenta cuando los carteles fluorescentes comenzaron a ser suplantados por otras tecnologías, al mismo tiempo que se extendía el temor sobre la presencia de plomo en las primeras lámparas de neón. Sin embargo, aún estaba por llegar la década fluorescente por excelencia: los legendarios años ochenta.

Los años ochenta teñidos de color fluorescente

Una portada de «Vogue» de 1987. Imagen: bestlifeonline.com

Si pensamos en colores fluorescentes, nuestra mente nos transporta inmediatamente a una época concreta: los años ochenta. Y no sin razón.

Durante esta década de individualismo y exceso, los colores fluorescentes se volvieron prácticamente omnipresentes. En estos años, todo se llevaba al extremo, volviéndolo llamativo, vibrante y potente. Y el uso del color no era una excepción.

Entre las cosas fluorescentes que no podemos olvidar, están los maquillajes de Whitney Houston y Boy George, los jerséis y complementos de Madonna, las chaquetas de Prince, los diseños gráficos de Regreso al futuro, el videoclip de Thriller de Michael Jackson… Y estamos seguros de que podrías añadir muchas más cosas a esta lista.

El look fluorescente de Madonna en los años ochenta. Imágenes: cliqueypizza.wordpress.com; pinterest.it

¿Fluorescente contemporáneo? Los colores neón de hoy

Muchos artistas y figuras culturales, incluido un filósofo, han descrito el neón como el símbolo del siglo XX. El artista pop Andy Warhol dijo que el neón es uno de los grandes objetos de la era moderna.

¿Y qué pasó con los colores fluorescentes en la primera década del siglo XXI? Las lámparas de neón o fluorescentes fueron reemplazadas por las bombillas LED —que pueden imitar fácilmente su color—, pero el poder de los colores fluorescentes no parece estar disminuyendo.

De hecho, los colores fluorescentes nunca parecen haber desaparecido del arte. En los años noventa, en la Tate Gallery de Londres, la artista británica Fiona Banner expuso el neón más pequeño del mundo: un punto. En tiempos más recientes, el artista chileno Iván Navarro ha utilizado el neón para ahondar en las connotaciones políticas, económicas y sociales de nuestra vida cotidiana.

La obra «Death Row» (2006-2009) del artista chileno Iván Navarro. Imagen: Stirworld.com

Pero también la moda y las marcas parecen apasionarse de manera cíclica por los colores fluorescentes, hasta el punto de que alguien los ha definido como los colores favoritos de la generación Z. De hecho, varias celebridades, desde Kim Kardashian hasta Emily Blunt, pasando por Selena Gomez, Brad Pitt y, obviamente, Dua Lipa, se muestran en público con accesorios y prendas de colores llamativos.

Pero, además, los colores neón parecen haber conquistado también el cine. La película Titane de Julia Ducournau —galardonada con la Palma de Oro en Cannes en 2021— hace un amplio uso de estos colores en la escenografía, el vestuario y las luces (y también en el cartel); mientras que Denis Villeneuve no escatima en el uso de naranjas, rosas y morados en su nueva versión Blade Runner 2049.

Carteles oficiales de «Titane» (2021) de Julia Ducournau

¿Y tú? ¿Cómo usarías los colores fluorescentes en tu próximo proyecto?