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Haz este experimento: mira fijamente una imagen verde brillante durante unos minutos y luego mueve tu mirada a una superficie blanca. ¿Qué observas? Probablemente el fantasma de la imagen, pero en un color diferente, complementario al verde: ¿rojo? Lo que ves (durante unos pocos segundos) es la imagen residual. De hecho, después de mirar una imagen en color durante mucho tiempo, los fotorreceptores del ojo se cansan y su trabajo es compensado por otros fotorreceptores que producen la ilusión óptica de una imagen de un color opuesto (complementario).
Hemos empezado por lo complejo, lo sabemos, pero queríamos introducir uno de los aspectos más fascinantes relacionados con el funcionamiento de los colores complementarios. Pero ahora empezamos desde el principio para explicar qué son los colores complementarios, cuáles son y cómo usarlos para mejorar tus imágenes.
Qué son y cuáles son los colores complementarios
Son pares de colores que interactúan entre sí provocando efectos ópticos particulares. Si se colocan uno al lado del otro, generan el mayor contraste posible entre dos colores. Y, por tanto, se resaltan mutuamente. Por eso, también se les llama colores opuestos o contrastantes. Si, por el contrario, se añaden los colores complementarios, se anulan entre sí, generando un color apagado, que entra dentro de la escala de grises (que va del blanco al negro).
Para aquellos familiarizados con el círculo cromático o la rueda de colores: los colores complementarios son los pares de colores que están en el lado opuesto del círculo. Si, por el contrario, nunca has oído hablar del círculo cromático, enseguida explicamos de qué se trata.
La rueda de colores complementarios
El círculo cromático (que puedes ver en la imagen de la portada) es una herramienta que sirve para ilustrar las relaciones entre los colores primarios, secundarios, terciarios… Sirve para identificar, de un vistazo, el complementario de cada color, simplemente mirando en el extremo opuesto de la rueda. Así que, por si te lo preguntabas, todos los colores, incluso los terciarios (generados por un color primario y un secundario), tienen su complementario.
Al hacer una búsqueda rápida en Google, te darás cuenta de que existen varios círculos cromáticos, más o menos grandes, que incluyen distintas tonalidades de colores. Ten en cuenta que la lectura del círculo sigue siendo la misma: el complementario siempre estará en el extremo opuesto de la rueda.
Cuáles son los colores complementarios
La rueda de colores puede referirse a dos modelos diferentes: al modelo aditivo RGB o al sustractivo CMY (aquí los colores primarios son rojo, verde y azul y las combinaciones con los complementarios son rojo y cian, verde y magenta, azul y amarillo); o al modelo tradicional RYB. A continuación vemos cuáles son las relaciones entre colores según este último modelo:
- el color complementario al amarillo es el morado;
- el color complementario al azul es el naranja;
- el color complementario al rojo es el verde.
Como habrás notado: un par de colores primarios siempre cuenta con un color cálido y uno frío.
Cómo utilizar los colores complementarios
Cualquiera que trabaje con imágenes, desde el diseño hasta el arte y el marketing, debe conocer los colores complementarios y saber cómo interactúan. Es fundamental para garantizar un resultado óptimo en cuanto a cromatismo.
Al combinar dos colores complementarios, como ya hemos adelantado, se consigue el mayor contraste cromático posible, lo que se denomina contraste simultáneo. En términos de percepción óptica, ambos colores aparecerán más vivos, brillantes e intensos y, en consecuencia, llamarán más la atención del observador (quizás ahora ya entiendes por qué también hablábamos de marketing).
Para entendernos mejor, veamos un ejemplo: supongamos que tienes que diseñar un logo o un póster y el color del que partes es un rojo ligeramente apagado, no demasiado vivo. Si quieres realzarlo y hacerlo más intenso, puedes combinarlo con verde. Verás cómo cambia la percepción del color. Por el contrario, si quieres apagar un color, puedes mezclarlo con su complementario.
En resumen, los colores son elementos que interactúan entre sí como partículas. Para tratarlos con eficacia, tendrás que transformarte en un químico aficionado y comprender las reglas que rigen sus relaciones. Aquí te hemos explicado una.
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