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Los colores tienen una gran influencia en nuestro cuerpo y nuestra mente. Nos condicionan psicológicamente e influyen en nuestro día a día, ya que nos hacen sentir distintas emociones: alegría, optimismo, tranquilidad, ganas de reflexionar… Sin embargo, también pueden hacernos sentir tristeza o alarmarnos.
Una de las cosas que nos afirma la ciencia, de hecho, es que nuestro cerebro asocia estados de ánimo y colores. Además, las distintas longitudes de onda de los colores cambian la forma en la que nuestro ojo los percibe. La relación existente entre los colores y la mente se puede apreciar también en algunos idiomas que utilizan las mismas palabras para describir colores y estados de ánimo, como el idioma indígena hanunó’o, de Filipinas.
Según la teoría del color, otro elemento importante para distinguir los colores es su temperatura. Existen colores cálidos, colores fríos y colores neutros. Cada una de estas categorías puede tener un efecto particular en nuestro cuerpo y en nuestra mente.
Saber cómo combinar los colores cálidos y fríos (y cuáles son sus consecuencias) nos es muy útil en muchísimas situaciones: trabajando en un proyecto gráfico, por ejemplo, en el diseño de interiores, editando fotografías o pintando.
¿Nos metemos de lleno en el mundo de los colores cálidos y fríos?
La rueda cromática con los colores cálidos y fríos
La rueda cromática (o círculo cromático) es una representación gráfica que sirve para organizar los colores en un círculo. Aunque la rueda de colores puede tener un número personalizado de colores, normalmente se suelen clasificar los primarios, los secundarios y los terciarios.
Si miramos la rueda cromática, la podemos dividir en dos partes: los colores cálidos y los colores fríos.
La distinción es bastante intuitiva, solo hay que dejarse guiar por nuestras sensaciones. Pero vamos a explicar mejor cuáles son los colores cálidos y fríos, qué diferencias hay en la estructura física de estos colores y cómo se pueden combinar.
¿Cuáles son los colores cálidos?
Los colores cálidos, con todos sus matices y tonalidades, son los siguientes:
- Los amarillos.
- Los rojos.
- Los naranjas.
Estos colores suelen transmitir una sensación de energía, vitalidad, entusiasmo, alegría, amor, calor humano, familiaridad y cercanía. Eso sí, a veces se usan como señal de alerta o peligro. Además, los colores cálidos dan una sensación de mayor cercanía que los colores fríos.
¿Cuáles son los colores fríos?
Los colores fríos, con todos sus matices y tonalidades, son los siguientes:
- Los verdes.
- Los azules.
- Los morados.
Este tipo de colores suelen transmitir calma, dulzura, tranquilidad, tristeza, serenidad e introspección. Los colores fríos nos parecen más distantes y no suelen llamar tanto la atención. Desde un punto de vista práctico, estas características hacen que si pintamos una habitación con un color frío, parecerá más grande lo que realmente es.
¿Cuáles son los colores neutros?
Los colores neutros son los que no aparecen en la paleta de colores. Son los siguientes:
- Los grises.
- Los marrones.
- Los beige.
Los colores neutros reflejan elegancia, equilibrio, tranquilidad y neutralidad. En una composición gráfica que siga la teoría de los colores (o en el mundo de la moda, del interiorismo o de la pintura), los colores neutros son de gran utilidad porque se pueden combinar tanto con colores cálidos como con colores fríos, ya que se complementan entre sí.
Por ejemplo, si usamos la teoría del color y una paleta gráfica para saber cómo amueblar un apartamento, los colores neutros nos pueden ayudar a darle un toque elegante y equilibrado a nuestra composición.
La explicación científica que hay detrás de los colores cálidos y fríos: ¿qué cambia en nuestra percepción?
Los colores cálidos y fríos también son distintos desde un punto de vista físico.
Sabemos que los colores son parte de la luz visible que se refleja en los objetos y que llega a determinados receptores que hay en nuestros ojos. Sin embargo, la luz no es uniforme: está formada por distintas ondas electromagnéticas. Algunas ondas son más largas y otras son más cortas. Los colores fríos tienen longitudes de onda más cortas, mientras que la de los colores cálidos son más largas.
El ojo humano solo llega a percibir longitudes de onda comprendidas entre 380 nanómetros (el color violeta) y 790 nanómetros (el color rojo). Esto también explica el origen de ciertos nombres asociados a los colores, como los rayos ultravioleta y los infrarrojos. Si miramos un gráfico que represente el espectro de la luz, podemos ver que a la izquierda, más allá de las ondas visibles para nosotros, está el ultravioleta. A la derecha, en cambio, más allá del rojo, que es la mayor longitud de onda visible para nuestros ojos, se encuentra el infrarrojo. En cualquier caso, no podemos comentar mucho más en lo que a colorido se refiere, ya que nos estamos adentrando en un área de nuestro universo que carece de colores.
Desde el punto de vista físico, existe otra medida que determina la temperatura del color y son los grados K. Aunque suene contradictorio, las temperaturas más bajas (2700-3000 K) se corresponden con los colores cálidos, mientras que las superiores a 5000 K son de colores fríos.
Cómo componer usando colores cálidos y colores fríos
Antes hemos dicho que los colores cálidos dan más sensación de cercanía, mientras que los fríos parecen más distantes. Si sabemos usar estas características, podemos darle una sensación de movimiento y de profundidad a nuestra composición. Por ejemplo, si estamos ante una composición con muchas tonalidades frías, un color cálido será lo primero que nos va a llamar la atención.
Por otro lado, la temperatura de los colores depende del contexto en el que se utilicen y el tipo de luz que los ilumine. Nos referimos a la temperatura percibida. Por ejemplo, un color frío como el azul podría parecer aún más frío si lo posicionamos en una composición en la que predominen los amarillos o los marrones. La temperatura de los colores también depende de la cantidad de luz que los ilumine y de cuál sea la fuente: un amarillo parecerá aún más cálido si le da directamente la luz del sol, por ejemplo.
¿Te ves listo para experimentar con los colores cálidos y fríos en tus composiciones?
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