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Camille Ortoli es una diseñadora de papel nacida en Barcelona que transforma simples hojas de papel blanco en esculturas e instalaciones extremadamente complejas desde el punto de vista arquitectónico.
Corta, dobla y pega el papel, creando obras tanto para clientes internacionales como Lancôme, Salvatore Ferragamo y L’Oréal, como para escaparates de tiendas. Algunas de sus obras son ciudades en miniatura, como el impresionante proyecto personal Haussmann, que demuestra todo su talento en el modelado del papel.
Un trabajo manual basado en la paciencia, la minuciosidad y la imaginación que la artista adopta desde que está en París. El trabajo de Camille Ortoli implica una verdadera «fuga de las pantallas» a la que están relegados la mayoría de los diseñadores.
Los inicios en París y los primeros trabajos
Ortoli se mudó a París para comenzar su carrera artística y se matriculó en el curso de Comunicación Visual en EPSAA, una conocida escuela de arte pública francesa. Durante estos años fue tomando cada vez más conciencia de no querer trabajar todo el día frente a un ordenador: su idea era encontrar algo que tuviera que ver con el trabajo que brota de sus manos.
Después de experimentar un poco, eligió el papel como su material principal para expresarse artísticamente. La chispa vino tras un trabajo para la agencia Solab, donde ayudó a su hermana Solène Ortoli para un vídeo realizado íntegramente con papel y cartón. Al volver a los estudios, decidió trabajar sus obras exclusivamente con papel.
«Al principio tenía miedo, porque cuando acabas los estudios todos los profesores te aconsejan que trabajes en una agencia. Yo, en cambio, quería demostrar que también se podían crear obras sugerentes recortando simples trozos de papel», dijo en una entrevista.
Entre la técnica y la investigación
Las herramientas de Camille Ortoli son, por tanto, las más sencillas e inmediatas: papel, tijeras, pegamento y cúter, que utiliza para crear una decoración o una arquitectura compleja llena de atmósfera: «Es un trabajo que requiere mucha paciencia, lo que me tranquiliza mucho durante la realización. Lo que más me gusta del papel es su fragilidad. Solo hay que manejarlo bien; una vez que entiendes cómo trabajar con él, se transforma paradójicamente en un material mucho más sólido y rígido», dijo.
Todo comienza con la selección del papel, que elige en función del gramaje. Si las decoraciones en las que está trabajando son pequeñas, a menudo elige papel fino, ya que es más fácil de cortar. La elección del papel también depende de las expectativas del cliente, por lo que en ocasiones se llega a un acuerdo con este.
En este punto comienza el verdadero proceso creativo: cuando es un encargo, sigue un camino preestablecido. Junto con el cliente, elige el «tema» que necesita mostrar en un escaparate, evento o anuncio. Luego procede con los primeros borradores dibujados y depurados en Illustrator que enviará al cliente en forma de modelos bidimensionales. El siguiente paso coincide con el trabajo manual de corte y modelado del papel. Finalmente, crea toda una puesta en escena con un fotógrafo que inmortaliza sus creaciones o con un director que graba el vídeo, si la obra ha sido encargada para un anuncio.
Camille trabaja únicamente con papel blanco, pero de vez en cuando también trabaja con papel de color, aunque generalmente prefiere el primero para crear cierto tipo de atmósfera.
Una auténtica ciudad de papel
Camille Ortoli suele mostrar el proceso de sus trabajos en Instagram y, gracias a dicha plataforma, ha logrado también encontrar nuevos clientes importantes, al igual que en su sitio web. No hay una filosofía precisa detrás de sus obras, pero ciertamente surgen algunos de sus proyectos personales, incluida la increíble serie de edificios Haussmann.
Se trata de una obra que ve su arte cada vez más complejo. De hecho, tardó varios años en completarla. Son edificios «esculpidos» íntegramente con papel: primero hizo unos 80 centímetros de altura y luego concluyó la obra construyendo otros edificios del doble de altura, manteniendo el mismo nivel de detalle.
El estilo Haussman hace referencia al estilo arquitectónico particular de París a partir del Segundo Imperio. Camille, con su trabajo, quiso reproducir los detalles más pequeños de las fachadas de estos edificios.
Como siempre, primero creó edificios 2D a pequeña escala, luego trabajó con papel y ensambló modelos mucho más grandes. Cada modelo presenta los elementos característicos de este estilo arquitectónico: los techos, las decoraciones modernas, las clásicas filas de ventanas con pequeños balcones. Se aprecia una gran habilidad en el corte del papel y un intenso estudio arquitectónico para hacer estos modelos tan detallados.
En conclusión, el talento de Camille Ortoli para crear ciudades de papel y otras obras de arte tan sugerentes demuestra cómo la creatividad y la dedicación pueden transformar un material simple como el papel en magníficas obras de arte.
Su pasión y dominio del modelado del papel pueden inspirar a muchos artistas a perseguir su propia visión del trabajo artístico manual. De hecho, el arte no es solo digital y no necesariamente tiene que seguir las tendencias impuestas por las plataformas sociales o por algún algoritmo. Artistas de todo el mundo, como por ejemplo la talentosa artista del papel Yulia Brodskaya, siguen un camino personal de descubrimiento, investigación de materiales y expresión de sus talentos a través del papel o las herramientas más inusuales.
Guy Laramée es un ejemplo de ello, ya que incluso utiliza un chorro de arena para dar forma al papel. Camille Ortoli, en cambio, se mueve en una dimensión aparentemente más «simple» en cuanto a las herramientas utilizadas, pero el resultado final es igualmente complejo y poderoso.