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Los primeros tipos móviles —nacidos en Alemania a mediados del siglo XV— se inspiraron en la escritura manual «gótica» de los monjes escribas alemanes de la época. Un ejemplo de ese tipo de fuente es Textura, con la que Gutenberg imprimió la Biblia en 1455.
En 1470 aparece en Venecia Jenson, de Nicolas Jenson, un carácter tipográfico más cercano a la forma de escritura de los escribas italianos.
Hasta principios de 1800, todos los caracteres tipográficos tenían trazos puntiagudos, curvos o redondeados. Todos eran serif. Con los años, las gracias de las serif cambiaron, primero se volvieron más geométricas (Baskerville, Bodoni, Didot) y luego más sutiles y cuadradas con las slab serif (o también llamadas egipcias). Las egipcias debutaron en 1815 con Figgins Antique. La primera fuente con terminales netas y sin adornos apareció en 1816 en el catálogo de William Caslon, bajo el nombre de egipcia: Two Lines English Egyptian (tipografía egipcia inglesa de dos líneas).
Las primeras sans serif
En 1832, en el catálogo del tipógrafo inglés Vincent Figgins, aparece otra fuente con las mismas características que la egipcia de Caslon, Figgins Sans Serif, con un nombre que definirá toda una clasificación de caracteres tipográficos. En el mismo año, el tipógrafo inglés William Thorowgood comercializa Seven Lines Grotesque (o Thorowgood Grotesque)[1]. También el nombre de la fuente de William Thorowgood definirá toda una clasificación de caracteres tipográficos, las sans serif del siglo XIX.
Las egipcias y las primeras grotescas nacieron para hacer frente a las necesidades del emergente mercado publicitario, que requería textos llamativos que captasen la atención. Tanto Figgins Sans Serif como Thorowgood Grotesque estaban compuestas únicamente de letras mayúsculas.
En esos años, comenzaron a difundirse varias grotescas y es difícil determinar su origen. No era raro encontrar la misma fuente vendida por diferentes fundiciones con nombres distintos. En 1890 la fundición alemana Shelter & Giesecke produjo Bertie Grotesk, con letras minúsculas también, y en 1898 la fundición alemana Berthold lanzó una primera versión de Akzidenz-Grotesk. A lo largo de los años, Akzidenz-Grotesk sufrió algunos cambios, influenciados por las distintas adquisiciones de Berthold. El más significativo se debió a la adquisición de la fundición Theinhardt, de Ferdinand Theinhardt. Akzidenz-Grotesk incorporó algunas soluciones de Royal Grotesk de Theinhardt, haciéndola más limpia y lineal. Akzidenz-Grotesk se convirtió así en la primera sans serif en alcanzar una popularidad considerable, creando un mercado para ese tipo de carácter tipográfico, considerado hoy el progenitor de casi todas las fuentes grotescas modernas.
La influencia de Akzidenz-Grotesk
Akzidenz-Grotesk —llamada también Standard en Estados Unidos y Gran Bretaña— influirá en la primera grotesca estadounidense Franklin Gothic, y en una de las fuentes más conocidas y populares, Helvetica.
Franklin Gothic fue creada por la fundición Morris Fuller Benton en 1908. El nombre gótico no debe resultar confuso, las tipografías góticas estadounidenses son una variante de las tipografías grotescas europeas. Es probable que en esa época derivaran el nombre de las tipografías góticas medievales más por connotaciones relacionadas con el significado de la palabra «gótica» (por falta de familiaridad con ese tipo de formas y el hecho de que sean muy oscuras) que por similitud[2].
Las góticas estadounidenses difieren, en algunos detalles, de las grotescas europeas. Tienen formas más simples y abiertas y menos contraste. También tienden a ser más finas y menos sinuosas. Además de Franklin Gothic, también entran en esta categoría News Gothic (1908) y Trade Gothic (1948)[3].
A continuación, dos imágenes que destacan las diferencias entre las tipografías góticas y las grotescas (tomadas de una publicación de Stephen Coles en Quora).
Helvetica
El diseño de Helvetica, creada por el tipógrafo suizo Max Miedinger en 1957, está inspirado en gran medida en Akzidenz-Grotesk.
Helvetica sigue siendo todavía una fuente muy popular. En 2007, con motivo de su 50 aniversario, se le dedicó un documental, realizado por Gary Hustwit. Es imposible moverse en algunas ciudades o navegar por la Web sin encontrarse con Helvetica. A lo largo de los años, se ha convertido tanto en un símbolo de «diseño» —valorado sobre todo por diseñadores gráficos como Massimo Vignelli— como de «pereza», como explica el diseñador tipográfico Bruno Maag en una entrevista en Eye on Design.
En el mismo año que apareció Helvetica, también entraron en escena Univers, de Adrian Frutiger, y Folio, de la fundición alemana Bauer. Esta última es la que más imita, de una manera más precisa, a Akzidenz-Grotesk, con una altura de minúscula menor.
En cambio, Univers fue la primera fuente diseñada desde el principio para expandirse en varios anchos y pesos, con un total de 21 estilos diferentes.
Desde 1800 hasta hoy, la «sed» de grotescas aún no se ha aplacado. Casi todas las fundiciones tienen al menos una en su catálogo. Como en muchos ámbitos y sectores, también en el mundo de la tipografía la elección se ha expandido definitivamente y hoy es posible elegir entre muchas grotescas. La propia Monotype ha creado una versión actualizada y más moderna de Helvetica, Helvetica Now.
Söhne
La fundición neozelandesa Klim Type realizó recientemente una reinterpretación de Akzidenz-Grotesk. La idea de partida de Söhne (2019) fue la señalización del metro de Nueva York, creada por Massimo Vignelli y Bob Noorda.
Koopman
En 2018, la fundición inglesa Fontsmith intentó hacer una síntesis de las grotescas ingleses y alemanes[4] y las góticas estadounidenses, creando Koopman.
Theinhardt
En 2009, la fundición suiza Optimo rindió homenaje a Ferdinand Theinhardt creando una fuente que lleva su nombre. Theinhardt, como hemos visto anteriormente, es el autor de Royal Grotesk, una fuente que contribuyó al éxito de Akzidenz-Grotesk.
[1] La fundición Commercial Type hizo recientemente una versión digital de Seven Lines Grotesque de William Thorowgood.
[2] Paul McNeil, «The Visual History of Type», Laurence King, Londres, 2017
[3] Stephen Coles, «The Geometry of Type: The Anatomy of 100 Essential Typefaces», Thames & Hudson, Londres, 2016
[4] «Grotesk» es la traducción alemana de la palabra «grotesca»
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