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Desde 2016, Siuza ha ido sustituyendo progresivamente sus billetes. El último en vigor es el billete de 100 francos. Para el lanzamiento de estos nuevos billetes, se ha desarrollado una aplicación de realidad aumentada para ofrecer información sobre el diseño gráfico y la seguridad de los billetes.
Entre Suiza y el diseño gráfico, siempre ha habido una auténtica historia de amor. Y, a día de hoy, esta habilidad propia del país helvético es un referente a nivel internacional. Tanto en lo relativo a las líneas como a la tipografía, se caracteriza por una sencillez y una eficacia visual que dan lugar a composiciones y creaciones armónicas. Por tanto, actualmente los nuevos billetes en circulación aprovechan este diseño gráfico, consagrado en el ADN del país.
Se trata de la novena serie de billetes que se ha emitido en este país, después de las de 1907, 1911, 1918, 1938, 1956, 1976, 1984 y 1995. Los últimos emitidos hasta la fecha habían sido diseñados por el diseñador suizo Jörg Zintzmeyer y ponían de relieve personalidades que representan la diversidad lingüística y cultural de Suiza, recurriendo a diversos modos de expresión artística como la arquitectura, la música, las artes plásticas y la literatura. Por tanto, se podían admirar los retratos de Le Corbusier, Arthur Honegger, Sophie Taeuber-Arp, Alberto Giacometti, Charles Ferdinand Ramuz y Jacob Burckhardt en los billetes de 10 a 1 000 francos suizos.
No hay famosos: los nuevos billetes representan los valores de Suiza
Este nuevo papel moneda es radicalmente distinto, dado que ya no se representa ninguna personalidad en los billetes, sino que se ponen de manifiesto los valores de Suiza. Por tanto, ahora cada billete muestra un aspecto característico de Suiza, ilustrado mediante uno de sus elementos principales. Este aspecto también está representado mediante una acción, un lugar en Suiza y otros elementos gráficos.
La concepción de estos nuevos billetes se debe a Manuela Pfrunder, diseñadora gráfica suiza originaria de Lucerna ganadora de distintos premios, entre ellos el segundo premio (ex aequo con Martin Woodtli) en 2005, a la edad de 26 años, del concurso de ideas para el diseño de una nueva serie de billetes para el Banco Nacional de Suiza. Tras determinarse finalmente que su proyecto era el más propicio para llevarlo a la práctica, en 2007 recibió el encargo de diseñar la nueva serie.
Por tanto, estos nuevos billetes, impresos por la editorial e imprenta suiza Orell Füssli (con sede en Zúrich) y actualmente en circulación en todo el país, van acompañados de una aplicación específica que permite a los usuarios de smartphones obtener información de manera lúdica sobre el diseño gráfico y la seguridad de los billetes. Esta aplicación, desarrollada por el Banco Nacional de Suiza (BNS) y descargable desde la App Store y Google Play, se llama «Swiss Banknotes».
La realidad aumentada explica las características gráficas y de seguridad de los billetes
Según explica el BNS, «Esta aplicación de realidad aumentada funciona con la cámara de un smartphone o de una tablet. Dirigiendo el sensor de la cámara de fotos hacia un nuevo billete, la aplicación revela los elementos gráficos y de seguridad de este. Estos distintos elementos también se muestran en una imagen ampliada o una animación. La aplicación también funciona con reproducciones impresas o digitales de los billetes. Permite descubrir los nuevos billetes, pero no comprobar su autenticidad.»
De esta forma, en lo relativo a la seguridad de los billetes, gracias a esta aplicación podemos descubrir que el BNS ha decidido desarrollar el sustrato Durasafe en colaboración con la empresa grisona Landqart. Se trata de un sustrato de tres capas, formado por dos capas de papel fabricadas con algodón y reforzadas en el centro por un corazón de polímeros. Se han ideado numerosos elementos de seguridad. Una primera manera de comprobar la autenticidad de los billetes consiste en observar el globo situado en la cara delantera del billete: si inclinamos el billete de izquierda a derecha, veremos cómo un arco dorado se desplaza sobre dicho globo si sostenemos ante nosotros el billete y lo inclinamos hacia atrás, el globo cambiará de color.
Una segunda manera de comprobar la autenticidad que puede realizar cualquier persona que posea un billete residen en la banda de seguridad situada en la mitad inferior: si inclinamos el billete de izquierda a derecha, aparecerán unos números rojos y verdes en cuatro líneas que se desplazarán en direcciones opuestas. La aplicación «Swiss Banknotes» también revela que los gastos de producción de estos nuevos billetes ascienden a 40 céntimos por billete, lo que representa un coste adicional de unos 10 céntimos respecto a la serie antigua.
Un elemento principal y un color dominante para cada nota
En lo que respecta al diseño gráfico, en primer lugar se puede observar que el formato de los billetes de esta novena serie se amplía de 70 x 123 mm para el billete de 10 francos a 70 x 158 mm para el billete de 1 000. Cada billete pone de relieve un tema asociado a un elemento principal y a un color dominante. El de 10 francos representa en su cara delantera la mano de una directora de orquesta que marca el compás con su batuta. Con el amarillo como color dominante, también muestra los husos horarios visibles en el globo terráqueo, símbolo de una Suiza que forma parte de un mundo interconectado. En la cara posterior, se representa una vez más el tema del tiempo mediante un movimiento de relojería. Por último, un túnel representa la amplia red ferroviaria suiza, cuyo buen funcionamiento depende de una organización minuciosa y de la precisión horaria.
Por su parte, el billete de 20 francos ilustra el tema de la creatividad utilizando como elemento principal la luz y como color dominante el rojo. El billete de 50 francos insta a la aventura con un dominio del color verde y con el viento como elemento característico. El billete de 100 francos está dominado por el color azul, como símbolo del agua, y está dedicado al tema de la tradición humanitaria. El de 200 francos pone de relieve la vocación científica de Suiza utilizando cono elemento gráfico principal la ilustración de la materia, con el marrón como color dominante. Y, por último, el billete de 1 000 francos está dedicado al tema del interés por la comunicación, en un universo violeta con la palabra como elemento principal.