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En el mundo cada vez hay más escritores. Según se dice, se publican más libros de los que se leen y se escriben incluso más aún de los que se publican, por lo que parece que estamos ante la paradoja de que existan más escritores que lectores. En un periodo histórico en el que el mundo editorial clásico está pasando por unas dificultades evidentes, nos encontramos con autores valientes y descarados que han decidido hacer ellos mismos el trabajo de las editoriales, es decir: autopublicarse.
La autoedición es uno de los fenómenos más interesantes que se han producido en el mundo editorial en los últimos veinte años. En nuestro blog ya hemos hablado del tema en otros dos artículos introductorios, pero en este vamos a descubrir quiénes han logrado triunfar con unas cifras de ventas increíbles y en un género que está muy de moda: el género fantástico. Dentro de este género literario, podemos encontrar fantasía, ciencia ficción, terror y novelas distópicas (en las que se presenta un futuro catastrófico), con sus miles de subgéneros (desde vampiros a extraterrestres o desde el romanticismo a la Edad Media, entre otros).
Fantasía y ciencia ficción: el poder de la imaginación
El género fantástico es uno de los más populares entre los escritores que se autopublican y sus lectores. Casi todos los años llegan historias nuevas que tienen muchísimo éxito y que son totalmente impredecibles. Este género se presta a la autopublicación por, al menos, dos motivos: el escritor tiene que crear un mundo y adentrarse en él haciendo uso de su propia imaginación, por lo que escribir un libro de este tipo puede resultar agotador y llevar mucho tiempo. Precisamente por este motivo, estos textos pueden ser larguísimos, incluso llegando a convertirse en sagas de miles de páginas con costes de producción prohibitivos para cualquier pequeña editorial.
La parábola de los grandes éxitos autopublicados del género fantástico y de ciencia ficción es casi siempre la misma, aunque las historias sean totalmente distintas entre sí: una vez que se publica, el libro tiene tanto éxito que alguna editorial importante decide comprar la novela y publicarla, o bien llega incluso la industria cinematográfica (en estos últimos años, también la del streaming) y compra los derechos.
Parece increíble que cualquiera que tenga una buena idea y que sepa escribir pueda llegar a vender decenas (o cientos) de miles de libros escribiendo desde la oscuridad de su habitación o durante alguna mañana inundada por la tristeza en el bar de siempre… ¿No te recuerda a nadie esta imagen? Pues sí, la autora en cuestión estaba muy deprimida porque la vida le iba muy mal tras haber recibido muchísimas negativas de todas las editoriales a las que acudía. Sin embargo, encontró una pequeña editorial que creyó en sus historias de magia, dando vida a uno de los proyectos narrativos más atractivos de los últimos años. Si aún no sabes de quién estoy hablando, significa que no te apasiona la literatura fantástica… ¡o las escuelas de jóvenes magos en ciernes!
Casos de escritores que se han autopublicado con éxito
Vamos a analizar algunos casos de éxito.
Hugh Howey – La trilogía del silo
Hugh Howey es un autor estadounidense, creador de la serie de ciencia ficción «Trilogía del silo», una epopeya que está dividida en nueve volúmenes y en los que se habla de un futuro distópico en el que la población mundial vivirá bajo tierra porque el planeta se ha vuelto demasiado tóxico. Toda la serie original fue reeditada por una gran editorial, Simin & Schuster, que también intentó comprar los derechos de las ediciones digitales con un acuerdo «de seis cifras» y que Howey rechazó.
J. R. Rain, exinvestigador privado
J. R. Rain es otro autor de fantasía que ha cosechado bastante éxito: de su primera novela autopublicada, «Vampiro de alquiler», se vendieron más de dos millones de ejemplares online. El autor sufre de TDA, es decir, de trastorno de déficit de atención, lo que hace que sea hiperactivo, frenético e inquieto, tanto que ha pasado por más de 60 trabajos (incluso por el de investigador privado) y solo parece calmarse cuando escribe. De hecho, publicó su primer libro con veinte años recién cumplidos, pero el salto lo dio cuando decidió no enviar más novelas a las editoriales pequeñas, con la esperanza de que alguna creyese en él, y empezó a hacer todo él solo, autoeditándose.
David Dalglish, de Pizza Hut al cielo
David Dalglish es el autor de la exitosa serie de fantasía «Shadow Dance». Hasta la fecha, David ha vendido varios cientos de miles de libros.
Como muchas personas que se han autopublicado, su camino está marcado por el esfuerzo, un éxito que logró empezando desde abajo. Cuando David publicó su primer libro en febrero de 2010, trabajaba en Pizza Hut. Como tuvo tanto éxito, publicó otros libros durante los años siguientes y consiguió hacer de la escritura su oficio. La dedicación para poder publicar un libro al año es uno de los secretos de todo autoeditor de éxito: escribir mucho y bien, autopromocionarse y aguantar ante ofertas que aparentemente son irrechazables. Dalglish, de hecho, nunca ha accedido a vender los derechos de sus novelas a ninguna gran editorial.
Amanda Hocking, un éxito paranormal
Una de las primeras autoras en cosechar un gran éxito en el mundo de la autoedición fue Amanda Hocking, gracias a su saga de fantasía. A los 26 años, esta escritora nocturna ya había escrito miles de páginas que ninguna editorial quería publicar. Vista la situación y para poder comprar una entrada para un espectáculo de los Teleñecos, decidió poner a la venta una de sus novelas en formato electrónico. Necesitaba 300 dólares. En tan solo unos días, ya había recaudado miles, pero llegó a ganar más de un millón. Como suele pasar, cuando esta chica de Minnesota logró triunfar entre el público, la contactó una editorial. Corría el año 2012 y su caso de éxito fue uno de los primeros que ocurrieron, por lo que animó a muchas chicas que, como ella, escribían en sus escritorios cuando volvían de trabajar, la mayoría de las veces agotadas.
¿Y en Italia? ¿Hay escritores que hayan autopublicado con éxito?
La respuesta es afirmativa: en Italia también hay ejemplos de autores de género fantástico que han logrado triunfar autopublicándose. Está claro que sus números de ventas no tienen nada que ver con los libros escritos en inglés, pero son buenos ejemplos de cómo se puede llegar a ser escritor sin tener que pasar obligatoriamente por una editorial.
Michele Amitrani es el autor de la serie «Onniologo», publicada en cuatro volúmenes. Empezó a escribir y a publicar hace una década, pero fue tan solo en los últimos años, y gracias a un enfoque más profesional en la escritura y en la promoción, cuando empezó a recoger los frutos.
En una entrevista, dio algunos consejos excelentes para cualquier autor que quiera dar ese salto de calidad:
«Empecé […] a adoptar un enfoque empresarial. Cuando te autopublicas, tienes que ponerte en varias “pieles”: la de escritor, la de publicista, la de contable y la de diseñador, y son pocos los que admiten que un escritor independiente tiene que saber hacer estas cosas».
Stefano Lanciotti es el autor de la saga «Nocturnia». Esta saga, en los albores de la autopublicación, se convirtió en todo un ejemplo, al venderse casi veinte mil ejemplares de las novelas, que estaban publicadas exclusivamente en formato electrónico. Más adelante, publicó otra exitosa serie con una editorial italiana, pero decidió seguir autoeditándose también, aumentando las ventas hasta ser considerado uno de los autores italianos del género de fantasía con mayor número de libros vendidos.
Su biografía, que puedes leer en su página web, no defrauda y, como todo autoeditor que se precie, describe una historia de superación ante las adversidades de la vida que lo llevaron de recuperarse de un grave accidente de coche a convertirse en campeón del mundo de Sable en la categoría más alta de esta disciplina.
Otro ejemplo, esta vez femenino, es el de Elisa S. Amore, la autora de la pentalogía «Touched», una saga paranormal que nació como proyecto de autoedición y que luego fue publicada por una editorial con visión de futuro que supo apreciar su éxito.
Una comunidad de escritores especiales
Los autores del género fantástico, como hemos visto en estos ejemplos, son bastantes peculiares, tienen unas historias muy variopintas y suelen escribir mucho, con una urgencia incontrolable que les lleva a crear una historia detrás de otra. Además, también son grandes lectores: los autores de fantasía leen mucha literatura de este género y han creado grandes comunidades para compartir lecturas, críticas y consejos.
Una de estas comunidades la creó el autor de fantasía estadounidense Mark Lawrence, llegando a organizar un concurso literario anual llamado Self-Published Fantasy Blog-Off (SPFBO) y que está dirigido a autores de género fantástico que autopubliquen sus novelas en inglés. Lawrence es el autor de la trilogía «Broken Empire» y lo que pretendía con este premio era ayudar a otros autores emergentes haciendo que blogueros y autores revisasen y calificasen los manuscritos.
De hecho, de ese premio han salido otros autoeditores que han vendido miles de libros. Podríamos poner muchos ejemplos, sobre todo de ese lado del charco, donde la autoedición se ha convertido en una práctica habitual en un país donde persiste el mito de la «persona hecha a sí misma», o lo que es lo mismo: una persona que llega a ser lo que es luchando contra cualquier adversidad.
Hay que mencionar que, en EE. UU., cada vez hay más lectores de libros electrónicos, por lo que muchos autores se autopublican solo en formato digital, imprimiendo un número muy limitado de ejemplares para las librerías locales. En Europa, los libros electrónicos siguen siendo un nicho en el mercado editorial, por lo que el libro en papel sigue teniendo un fuerte atractivo. Además, para el público europeo, el verdadero éxito de una novela solo se percibe como tal cuando esta se puede comprar en formato físico.
El futuro del género fantástico autopublicado
Como ya hemos visto, el género fantástico suele atraer a un público que tiende a aficionarse mucho a los mundos creados en los libros y a ser parte de comunidades que giran en torno a sus autores favoritos.
Por ese motivo, los mejores autoeditores son aquellos que logran crear una relación empática con su público. Para poner un ejemplo, voy a concluir este artículo con esta historia, publicada por el New York Times en la primavera de 2022:
«Brandon Sanderson, un prolífico autor de ciencia ficción y fantasía, lanzó una campaña de recaudación de fondos online para autopublicar cuatro de las novelas que escribió durante la pandemia. Su objetivo era recaudar un millón de dólares en un mes.
Superó el millón a los 35 minutos.
En 24 horas, recaudó 15,4 millones de dólares. Según la página web de recaudación de fondos Kickstarter, fue la mayor cifra conseguida en un solo día de todas sus campañas. El jueves, dos días después, ya había recaudado más de 19 millones de dólares».
Brandon Sanderson es un escritor de éxito que está experimentando con un método de publicación híbrido, combinando la autoedición y la publicación tradicional, ya sea en formato digital que físico. También se encarga él mismo de su propia comunidad. De esta forma, es muy probable que esté allanando el camino de lo que será el mercado editorial en los próximos años, un equilibrio impensable hace algunos años entre autoedición, ambición, trabajo duro, promoción, pasión, edición tradicional, formato digital, formato en papel… Sin olvidarse nunca del público y sin fiarse de esas empresas que actúan como «editoriales de vanidad», es decir, editoriales que promueven las autopublicaciones, pero que piden una inversión por parte de los autores, en realidad.
En otra entrevista, habla del futuro híbrido del mundo editorial, afirmando que las librerías tradicionales y, por tanto, el formato en papel, van a seguir siendo un medio importante para los escritores, también para defenderse del monopolio de los marketplaces digitales:
«Mi carrera ha sido un éxito gracias, en parte, a los empleados de las librerías que compartieron mis libros con las personas. Creo que las librerías son realmente importantes. Cuantas más librerías cierren, más difícil tendrán los nuevos autores entrar en el sector».
En resumen, si tienes una buena idea para un libro de fantasía, ¡genial! Ha llegado el momento de escribirlo: quién sabe si se convertirá en el próximo gran éxito editorial.