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¿Qué hace que un tipo de letra sea bueno? ¿Cuáles son sus cualidades y las características? ¿Cómo evaluar si nuestra elección servirá para nuestro propósito? En este artículo, podrás descubrir respuestas básicas que te ayudarán a elegir las fuentes que aportarán un valor añadido a tu proyecto, en lugar de darte un montón de problemas.
Lo primero que debemos mencionar es que el diseño en sí es puramente subjetivo, y la cantidad de soluciones (correctas) disponibles tan amplia, que resulta prácticamente imposible decir que un tipo de letra concreto es la elección correcta. Por ello, nos centraremos en los elementos técnicos necesarios para que un tipo de letra sea útil.
1. Un propósito claro
Primero debes saber para qué necesitas usar el tipo de letra. Según la clasificación básica, es aquí cuando decides si necesitas una fuente de pantalla (display font) o una fuente de texto (text face). Las normas a la hora de diseñar ambas son muy diferentes. Un proyecto de una fuente de pantalla tiene un propósito más expresivo. Normalmente se usa para logos, títulos o sencillamente para formas gráficas. No es necesario que sea ultralegible en tamaños pequeños o a una cierta distancia, ni hace falta que se compruebe si el diseño cansa al leer en grandes fragmentos de texto. Tiene que reflejar la idea que hay detrás del diseño.
La fuente de texto es otra historia. Como dijo Adrian Frutiger una vez: «Si recuerdas la forma de la cuchara que usaste en la comida, tenía la forma equivocada. La cuchara y la letra son herramientas; una para tomar comida del plato, la otra para tomar información de la página… Cuando el diseño es nuevo, el lector se siente cómodo, porque la letra es a la vez banal y bonita». En ese caso, la elección es muy sutil. Ya depende de tus preferencias y sobre todo de si necesitas un tipo de letra sans o serif, y de si debe ser un diseño más clásico o más moderno. Por supuesto, todavía tiene cierto grado de expresión, pero es más sencilla y pasa más desapercibida en comparación con las fuentes de pantalla.
2. Diseño coherente y lo que ello significa
El diseño de tipos es una práctica meticulosa que requiere horas y horas de ajustes del diseño, píxel por píxel y punto por punto. Lo primero con lo que los diseñadores tipográficos se familiarizan es con el hecho de que los diseños coherentes NO significan unas medidas de ancho y largo iguales en todo el proyecto. Cuanto más unificado está el proyecto, más incómodo de leer resulta en textos largos. El ojo humano necesita detalles distintivos en las formas para reconocerlas más rápidamente, además de que nos cansa más leer las formas que son demasiado parecidas. En segundo lugar, los diferentes tipos de fuentes han de tener diferente anchura y altura para que parezca que son las mismas. Esto resulta muy evidente especialmente entre líneas rectas y arcos. Incluso cuando miras líneas verticales y horizontales, te darás cuenta de que las mismas con direcciones opuestas se ven diferentes en cuanto a grosor. Por ello, los arcos necesitan ser más anchos que las líneas rectas, y las líneas horizontales necesitan ser ligeramente más finas que las verticales. Además, las terminaciones triangulares y redondas de las letras necesitan sobrepasar la línea base y la línea tope un 3-5 % para que parezca que aterrizan en la misma pista que las líneas rectas. A esto se le llama «compensación óptica» y requiere de años de entrenamiento por parte del diseñador tipográfico para tomar decisiones con seguridad.
Incluso al principio del proyecto, las letras tienen que estar correctamente espaciadas. Al principio, antes de la era digital del diseño tipográfico, un tipo tenía una forma rectangular y el espacio era una característica física e intrínseca de cada glifo. Hoy día no es muy diferente, ya que cada letra tiene un cuadro delimitador que refleja la cara del tipo y la parte superior de su cuerpo. Únicamente añadiendo correctamente los espacios en los glifos se puede ver el diseño como lo verían los lectores: el objetivo final es el de lograr un nivel de espacios similar cuando miras el bloque de texto. Eso garantiza un diseño armonizado y que no sea visualmente agotador para el lector.
3. kerning
Esta es la etapa de producción de la creación de las fuentes. A pesar de haber espaciado correctamente los glifos, algunos pares de letras todavía se verán raros. Un ejemplo estándar es el par «AV». Las direcciones diagonales actúan de manera diferente junto a letras diferentes. Con un espaciado normal, se verá un hueco grande entre las letras de dicho par. Para lograr un espaciado unificado, la fuente necesita instrucciones para espaciar este par concreto de manera ligeramente diferente. Este proceso se debe repetir para casi cualquier par de glifos: es muy repetitivo y lleva mucho tiempo, pero es lo que garantiza que el producto final sea de calidad. Por suerte, los software modernos ayudan a los diseñadores y permiten crear grupos de interletraje (kerning). Por ejemplo, a los lados derecho e izquierdo de la «v» se aplicaría el mismo kerning que a la «w», etc.
4. Hinting
Este es el último de los pasos de producción importantes. El «hinting» es un conjunto de instrucciones para tu ordenador sobre cómo rasterizar el tipo de letra en la pantalla a un tamaño determinado en relación con el tamaño del píxel de tu pantalla. Esto es especialmente importante para tamaños pequeños, ya que en esos casos la cantidad de píxeles que tienen que crear la forma del glifo es muy inferior. Sin el hinting, las letras pueden parecer desiguales o un poco alteradas, las aperturas pueden cerrarse y los aros se verían demasiado oscuros. Dado que hoy día la densidad del píxel es mayor (la pantalla retina tiene 144 dpi en lugar de los 72 de una normal), el hinting empieza a ser menos relevante. Sin embargo, si el tipo de letra está creado para que se vea en pantallas de baja resolución, se debe tener en cuenta.
5. Cobertura de idiomas y signos diacríticos
Resulta bastante sencillo encontrar tipos de letra bien diseñados para textos en inglés. Si estás familiarizado con otros idiomas (como el castellano, sin ir más lejos, o el francés), conocerás los llamados signos diacríticos —esas letras con acentos adicionales que cambian la pronunciación—. Para los diseñadores de tipos, esto significa un trabajo extra (¡y conocer bien la tarea!) para diseñar los acentos y colocarlos correctamente en los glifos adicionales. Cuanto menos comunes sean los signos diacríticos —algunos se usan en varios idiomas—, menor es la probabilidad de encontrarlos en la fuente deseada. En mi caso, es el polaco, que se basa en los acentos menos populares. Según las fuentes de google, el 50 % de sus recursos de tipos contienen signos diacríticos polacos. El segundo nivel de verificación es el de evaluar si el diseño de signos diacríticos está hecho correctamente o no (hay un estudio de investigación importante sobre los signos diacríticos de Europa central: https://theinsectsproject.eu/). Cuando elijas un tipo de letra, ¡fíjate en esos acentos también!
6. ¡Y listo!
Todas las normas mencionadas arriba son solo pautas que abordan los requisitos previos de los productos de calidad. El primer paso es saber para qué necesitas el tipo de letra concretamente y cómo su diseño afectará al lector. Luego tienes que comprobar la calidad del producto: diseño coherente, kerning, hinting y cobertura de idiomas. Y, para terminar, tendrás que decidir entre estética y funcionalidad.